Matrimonio Gay
6 de Octubre de 2013
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“EL MATRIMONIO GAY ES UNA HERIDA PARA LA CIVILIZACIÓN”
“Es justo manifestarse en contra del matrimonio homosexual, porque la que está siendo amenazada es la alteridad en la que se basa la sociedad”. Mientras en París marchaba el domingo pasado una imponente manifestación en contra del proyecto de ley del gobierno de Hollande para permitir el matrimonio homosexual, en la Curia el cardenal francés Paul Poupard defiende las razones de la protesta.
El presidente emérito del Pontificio Consejo de la Cultura explica a Vatican Insider las razones del “no” y asegura que “lo que está sucediendo en Francia no es solo una reivindicación católica”.
Giacomo Galeazzi
Vatican Insider
¿Los que se manifiestan en contra del matrimonio homosexual son los católicos?
No son solo los católicos los que se oponen al proyecto legislativo “Mariage pour tous” (Matrimonio para todos). Participan en la manifestación muchas personas que no forman parte de la comunidad eclesial, como el ex ministro socialista de la familia de la época de Mitterand, la esposa de Lionel Jospin y muchísimos no creyentes y homosexuales declarados. Comparten la misma postura antropológica del mundo católico. Esto demuestra que, como nos enseña el Beato John Henry Newman, la Iglesia, al defender a la cultura católica salvaguarda a la cultura “tout court”. No es ninguna casualidad que el líder de la Iglesia francesa, el cardenal Andre Vingt-Trois, el gran rabino de París, Gilles Bernheim, y el líder del Consejo Islámico, Mohammed Moussaoui, se unieron para rechazar el proyecto del gobierno.
¿Por qué la Iglesia habla de una amenaza para la familia?
Los que proponen el matrimonio homosexual hablan abiertamente de un cambio de civilización. Pero se trata de una mistificiación, porque los que votaron por Hollande en las últimas elecciones no votaron por un cambio de civilización. El mérito de la marcha en contra de este proyecto de ley, profundamente erróneo, es haber creado el espacio para una reflexión sobre una cuestión decisiva para toda la sociedad.
¿El laicismo prevalece sobre el bien común?
Se menosprecia el valor de la unión entre un hombre y una mujer, de la que surge el concepto de familia que constituye la base de la sociedad. Si se destruye el fundamento de la familia, que es la célula constitutiva de la sociedad, se va en contra del bien común. Como ha recordado hace poco Benedicto XVI, si hasta ahora habíamos visto como causa de la crisis de la familia un malentendido de la esencia de la libertad humana, ahora queda claro que lo que está en juego aquí es la visión del ser mismo, de lo que significa verdaderamente ser hombres.
¿Que diría a los que acusan de tradicionalismo al catolicismo francés?
No podemos permanecer callados ante la destrucción de la sociedad mediante una nueva concepción de la sexualidad que provoca una revolución antropológica, que se basa en la ideología de género. Pero de esta manera, aclaró el Pontífice, el hombre niega la propia naturaleza y decide que no la ha recibido como un hecho preconstituido, sino que es él mismo quien la puede crear. Es una tarea de la Iglesia la defensa de estos valores no negociables, para que se puedan traducir en una acción política.
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Matrimonio homosexual pros y contras
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Esto es solo para pensar y discernir, la idea no es discriminar ni ofender.
argumentos a favor y en contra:
En contra:
Los homosexuales, actualmente, ya se pueden casar en cualquier país
Los homosexuales pueden casarse igual que cualquier otro, con los mismos derechos y obligaciones que los heterosexuales. Es decir, sólo con otra persona y sólo del sexo opuesto y que tenga cierta edad y dé su consentimiento. Que un homosexual se queje de discriminación porque no le dejan casarse con alguien del mismo sexo es como si un polígamo se queja de discriminación porque no le dejan casarse con varias mujeres, o un pederasta con un niño, o un secuestrador con su secuestrada (en muchos países aún se practica el secuestro de mujeres para casarse). No hay discriminación con ninguno: la ley es igual para todos y la sociedad tiene un modelo de matrimonio que ha demostrado su eficacia durante siglos.
Sólo un hombre con una mujer generan niños y los crían de forma idónea
El matrimonio es un status especial que la sociedad reconoce a la unión comprometida entre un hombre y una mujer por una razón: porque su relación corporal es la única capaz de generar nuevos miembros de la especie humana y porque su relación interpersonal es la idónea para criarlos, protegerlos y educarlos. Este servicio es tan importante y benéfico para la sociedad que merece protección legal. Por el contrario, ningún acto corporal entre homosexuales puede generar nuevos seres humanos, y tampoco dos personas del mismo sexo son idóneas para la cría y educación de los niños, que carecerían de referente paterno/masculino (si son dos lesbianas) o materno/femenino (si son dos homosexuales). Son los homosexuales los que deben cargar con el peso de la prueba y demostrar que pueden cumplir las mismas funciones que el matrimonio.
Para evitar abusos contra/entre homosexuales o desamparo legal no hace falta aprobar el matrimonio homosexual
Casi todos los beneficios de un matrimonio a nivel de herencias, transmisión de bienes, propiedades compartidas, etc... pueden regularlo dos (o más) personas con acuerdos legales ante notario, independientemente de que tengan relaciones sexuales. De hecho, las pocas parejas homosexuales realmente interesadas en estos temas ya han establecido acuerdos así ante notario. Es de destacar que en el contrato matrimonial hay limitaciones, por ejemplo, los cónyuges se comprometen a ser fieles el uno al otro y a la ayuda mutua; en cambio, dos (o más) homosexuales o un grupo de amigos que viven juntos pueden, ante notario, regular muchas de las ventajas del matrimonio sin comprometerse ni a fidelidad ni a ayuda mutua.
Legalizar el matrimonio homosexual establece un agravio comparativo con las personas que viven juntas sin relaciones sexuales
Dos ancianas que viven juntas, tres hermanos en una casa, cuatro amigos que comparten piso desde hace seis años... Tienen una relación con afectividad, compromiso y convivencia, igual que puedan tener dos homosexuales. Sin embargo, se ven privadas de las ventajas legales del matrimonio gay porque no practican sexo entre ellos. El matrimonio gay en realidad premia a los practicantes de cierto tipo de sexo, privilegiándoles sobre otras convivencias afectivas y estables. Es evidente la diferencia con el matrimonio verdadero, que premia la complementariedad hombremujer estable y abierta a la generación y crianza de los hijos.
Legalizar el matrimonio homosexual establece un agravio comparativo con los polígamos... y con cualquier otra combinación numérica
Al contrario que el matrimonio homosexual, que nunca ha sido aceptado por ninguna civilización, la poligamia tiene una larga tradición en numerosos países y sociedades, incluso en nuestros días. Si casamos a dos hombres, ¿con qué argumentos impediremos a nuestros ciudadanos islámicos o de origen subsahariano que no se casen con dos o más mujeres? ¿Puede un emigrante pedir por reagrupación familiar que vengan sus tres esposas? Al menos, las uniones polígamas tradicionales tienen hijos y suelen ser estables, lo cual es un bien social. ¿Con qué argumento los defensores del matrimonio gay lo impedirían? Después de todo, “si se quieren...”
Pero lo cierto es que en los ambientes homosexuales lo que ya se pide es la aprobación de la poligamia bisexual. Un famoso escritor lo ejemplificaba en un número de la revista homosexualista Zero: un amigo suyo está casado con una mujer, madre de sus hijos, y la quiere; pero es homosexual, y tiene una relación con un hombre. ¿Por qué esconderlo? ¿Por qué no casarse todos entre ellos? Así, los niños tendrían dos papás, que siempre es mejor que uno. Cuando el matrimonio deja de ser lo que naturalmente se ve (un hombre y una mujer unidos en un acto de amor que puede generar nuevas vidas –el coito natural está diseñado para uno con una, nadie más–, entonces puede redefinirse para ser cualquier cosa. Una palabra que sirve para todo ya no sirve para nada.
Legalizar el matrimonio gay debilita la fortaleza del matrimonio natural, igual que la moneda falsa debilita la moneda verdadera
Muchas personas piensan que no les afecta en nada que los homosexuales se casen. Es lo mismo que pensar: “no me afecta en nada que haya gente que haga circular falsos billetes de 100 euros, yo soy honrado y no los usaría, de hecho casi nunca veo billetes de 100 euros”. Sin embargo, es evidente que la circulación de moneda falsa nos afecta a todos, porque se pierde confianza en esa moneda, la gente la usa con reticencias, prefiere usar otras monedas (dólares, por ejemplo) o no comerciar o no aceptar ciertos billetes y al final la economía de todos se resiente porque todo es más costoso. Lo mismo pasa cuando se hace circular un matrimonio falso como si fuese matrimonio real.
En los países nórdicos, donde el matrimonio entre homosexuales hace años que existe, la mitad de los niños nacen fuera del matrimonio. Al aprobar el matrimonio
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