Mi Pie Izquierdo

Mi pie izquierdo es una película irlandesa-británica de 1989, dirigida por Jim Sheridan, protagonizada por Daniel Day-Lewis, Brenda Fricker, Ray McAnally y Fiona Shaw en los papeles principales.

Galardonada con numerosos premios cinematográficos. La crítica valoró a la pareja protagonista como las mejores interpretaciones que habían hecho los actores.

La película está basada en la autobiografía homónima de Christy Brown (Daniel Day-Lewis). Christy es un poeta, pintor y escritor que padece parálisis cerebral. Esta enfermedad le deja todo su cuerpo paralizado a excepción de su pie izquierdo. En el film se muestra que el protagonista va superándose día a día por sus propios medios.

En los primeros años de su vida, Christy fue etiquetado cruelmente como deficiente mental; al nacer se encontraba aislado de los demás bebés en la sala de maternidad por su patología y más adelante sus vecinos y los niños del pueblo se burlaban de él. A pesar de esto, Christy siempre fue apoyado y querido por sus hermanos, quienes se mostraban atentos con él y le brindaban afecto, lo que contribuyó a su éxito como persona y por su mamá (Brenda Fricker), quien creyó en él y siempre intentaba mejorar su situación aunque con ello tuviera que perjudicarse; ella lo atendía, cuidaba y notaba sus necesidades.

El padre (Ray McAnally) era el único que lo maltrataba, se mostraba autoritario y no lo consideraba como uno más de sus hijos a causa de su patología, sólo tenía en cuenta sus limitaciones y no sus potencialidades. Christy se mostraba temeroso ante su presencia y comprensivo con su mamá y sus hermanos quienes trataban de ayudarlo constantemente, lo que se pudo observar cuando él comenzó a ganar dinero con sus pinturas y se lo dio a su madre como forma de agradecimiento.

La familia de Christy era humilde y numerosa. En algunas oportunidades se vivía episodios de violencia, abuso de autoridad por parte de su padre, lo cual limitaba su desarrollo como persona haciéndolo sentir inferior a los demás miembros de la familia. Un ejemplo de esto es cuando su papá no quería comprarle la silla de ruedas ya que insistía con que ya era suficiente con la carretilla que él le había construido.

En los comienzos de su infancia, el protagonista se motivaba al ver a sus hermanos hacer deberes escolares; procesaba todos los estímulos del hogar aunque no eran dirigidos a él directamente.

Al pasar el tiempo adquiere el pleno control sobre una parte de su cuerpo, el pie izquierdo y demuestra sus habilidades con el mismo para la escritura y posteriormente el dibujo. Esto le permitió en un principio poder comunicarse con su familia.

Su madre, logra apreciar su gran potencial y contacta a una médica, la doctora Eileen Cole (Fiona Shaw), especializada en niños con parálisis. Es así como Christy comienza un tratamiento, al principio de manera grupal pero al ver a sus compañeros

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