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Los países están creciendo económicamente, las poblaciones están desarrollándose cada vez más, ¿pero qué está ocurriendo?, una de las respuestas para esta interrogante es que la actividad minera contribuye a este suceso, pero sabemos que la mayor parte de ella es ilícita; sabiendo que la minería ilegal es un fenómeno presente en todos los países, esta genera graves impactos ambientales en este ecosistema, además de impactos de carácter económico y social, configurando un escenario de vulneración de los derechos ambientales de poblaciones que dependen de manera directa de estos ecosistemas para su subsistencia.

Es así como se define la minería ilegal como la actividad minera que se realiza en espacios prohibidos como las riberas de ríos, lagunas, cabeceras de cuenca y las zonas de amortiguamiento de áreas naturales protegidas.

Los estragos ambientales, tributarios y morales causados por el auge de la minería informal están nuevamente en la primera plana. ¿Por qué hay tanta minería informal hoy en el Perú?

El extitular del Ministerio del Ambiente, Antonio Brack Egg, en una entrevista a gestion.pe calculó, que la evasión de impuestos a manos de los mineros informales e ilegales a nivel nacional equivale a 2.000 millones de soles anuales. Por ende las regiones del Perú dejan de recibir entre S/. 300 millones y S/. 600 millones por concepto de canon minero. Brack Egg indicó que, aunque en el 2011 la onza del oro estaba en US$ 1800 y ahora ha caído a casi US$ 1400, el costo de extracción por onza oscila entre los US$ 600 y US$ 700. Aun así estas personas ganan el doble por cada onza de oro extraída, un negocio bastante atractivo, si se considera –además- la evasión de impuestos, el incumplimiento a normas laborales y a la ley del cierre de minas.

Entonces se dice que la minería ilegal es una actividad atractiva en el Perú ya que resulta ser muy rentable y, al mismo tiempo, porque el riesgo es bajo para aquellos que la practican. Sin duda todos sabemos que esa alta rentabilidad proviene de los altos precios del oro.

Por otro lado, sabemos la informalidad no solo es en minería sino también en otras actividades económicas; pero esta surge principalmente por falta de otras oportunidades, aunque el mercado de trabajo en el Perú ha mejorado notablemente en la última, ya que aún este no es mercado fluido en el cual las nuevas generaciones pueden conseguir un trabajo formal fácilmente. Es por eso que la presión de la informalidad mantiene la explotación de la mano de obra que emplea con salarios a comisión, la cual es el porcentaje del oro que se extrae, que inducen a jornadas de trabajo mucho más largas que la jornada legal, sin ningún beneficio social. Así también, la debilidad del sistema educativo ya que esta actividad incluso explota a niños, menores de 15 años. Y, por supuesto, no paga impuestos.

Pero por otro lado, la minería informal e ilegal en nuestro país afecta nuestra biodiversidad, principalmente en nuestra Amazonía. Árboles talados, agua contaminada, tierra muerta y un escenario desolador es el resultado de esta actividad que tiene décadas en nuestro país. Al respecto de esto el asesor de la Alta Dirección del Ministerio del Ambiente (Minam), Ernesto Ráez, menciona “50 mil hectáreas fueron deforestadas en la cuenca del río Madre de Dios”, esta deforestación se ha acelerado de manera impresionante ya que en la actualidad, la selva sur del país, la minería informal es una de las principal causa de deforestación esto viene a ser un cambio total si se tiene en cuenta que este problema siempre estuvo asociado a las actividades agropecuarias. Si solo en los últimos doce meses,

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