Negro Y Pardo
Kya_Des21 de Marzo de 2013
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Negro y pardo
¿Has observado a un pintor cuando comienza un cuadro?
Entonces, vuelve a observarlo.
Y en cada ocasión te maravillarás al ver como tantos cuadros empeizan con una etapa de concentrada atención, a la que acompaña el cuidadoso frotado de un poco de suciedad – tierra, barro, hollín, polvo, roca – Todo en la vida las tiene, y en el arte, quizá de modo más evidente que en cualquier otro lugar.
Los vivos colores y la transparencia vienen más tarde. Y cuando se añaden puntos de luz, notarás que siempre necesitan puntos de oscuridad ó de sombras, que los hagan parecer auténticos.
Según una leyenda clásica occidental la primera pintura fue el negro, y el primer pintor, una mujer.
Uno de los primeros artistas fue una joven de la ciudad griega de Corinto que una noche lloraba al despedirse de su amante el cuál partía para un largo viaje. De repente, entre apasionados abrazos, reparó en la sombra de él en la pared, proyectada por la luz de una vela; de forma espontánea, echo mano de un trozo de carbón del fuego y convirtió la sombra en un dibujo.
La imagino besando la imágen y pensando que así parte de su presencia fisíca se quedaba cerca de ella mientras el cuerpo de su amado estaba lejos, en el mediteraneo distante.
Es una imágen deliciosamente estimulante, utilizar algo ya consumido para simbolizar un amor que se desea eterno. Después de todo ¿Qué mejor inspiración para el arte, que la pasión?
La pintura negra puede hacerse de hollín, huesos de melocotón, ramitas de vida, marfil e incluso de cadáveres humanos, aunque hay muchas razones para pensar que solo eran rumores. Y de hecho no era el negro – según sabían los aprendices por sus colegas más entendidos – lo que a veces se hacía con seres humanos muertos. Era el color pardo.
La receta es sencilla; Toma el cadáver de un hombre joven (algunos dicen que pelirrojo) no muerto de enfermedad sino matado; dejálo estar 24 hrs en agua clara al aire: corta la carne en pedazos, a lo cuál añade polvo de mirra y un poco de áloe, empápalo 24hrs en espirítu de vino y trementina.
Desde luego se trata de un color, más que el negro o el blanco, pero, al igual que el rosa no tiene lugar en el espectro óptico. Fue en cambio la necesidad de distinguir diferentes tonos de pardo lo que hizó posible el colorímetro.
El pardo, un color que procede en su mayoría, tradicionalmente de la tierra, un color que pasa su tediosa vida en la zona intermedia entre el verde oliva y el puce o color de pulga. El pardo más extraordinario estaba hecho, como sugería su nombre, con antiguos egipcios muertos.
El negro es un color que no se elije, él te elije a ti.
Es el final de todo: de la alegría y de la trsiteza; de la esperanza y de las dudas... Es eterno y. además elegante. Es taxativo y detesta la ambigüedad. Cuando alguien quiere expresarse pero no sabe como, o bien quiere declararse en rebeldía pero te sobran o te faltan las palabras, basta acudir a él, para reivindicarse, para reinventarse, revivir... Uno se siente seguro entre sus brazos. A su paso se apagan las voces. Los impresionistas quisierón abolirlo. Se esforzarón en vano. Han admitido "Es el rey de los colores; como una nada sin posibilidad, una nada muerta después de apagarse el sol. Un silencio sin futuro ni esperanza." Lo cierto es que, en el fondo, nadie sabe como es...
En la cultura occidental el negro a menudo representa muerte, también representa seriedad; el símbolismo protestante precisa ropa negra auténticamente protestante. El problema es que no hay auténticos tintes negros, hay pigmentos negros. Y, de todos modos, muchos pensarían que no es probable que haya muchas historias interesantes sobre gente que quemaba trozos de madera para hacer carboncillos
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