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Obra De Tetro Satira De Dos Amantes


Enviado por   •  14 de Marzo de 2014  •  1.142 Palabras (5 Páginas)  •  348 Visitas

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Teatro: Sátira amorosa de un solo acto

(Personajes: Amalia, una joven de veinte años cuya familia tiene mucho dinero; Roberto, apuesto amante de Amalia, proveniente de Colombia; Petunia, la tía-abuela de Amalia, una anciana amargada; Brígida, amiga de Petunia; Manuel, hijo de Brígida, con quien las dos ancianas quieren casar a Amalia mediante un matrimonio de conveniencia; Cassius, sirviente negro de la familia.)

Escenario: Nueva York, 1826. Un salón sin ventanas, en una mansión, todo muy decorado. Hay una mesa en medio con varias sillas y dos chimeneas a los lados de la larga estancia, alrededor de las cuales hay dos sofás de terciopelo rojo que combinan con las cortinas.)

Acto I

(En dos sillas de la mesa están sentadas Petunia y Brígida, chismeando sobre las vecinas y sus vidas. Entra en escena Amalia seguida de Roberto, de quien tira por la manga mientras sonríe.)

Amalia: Mire tía, le quiero presentar a Roberto, mi amigo.

Petunia: ¿De dónde eres, hijo?

Amalia: ¡Pero tía!

Roberto: No importa, Amalia. Pues mi familia es de Colombia, aunque llevo ya dos años viviendo en Manhattan.

Petunia: Pues vaya que si tienes acento aún, se ve que no hablas mucho.

Roberto: La verdad es que sí, hablo con mucha gente, pero como aquí gano bastante dinero voy habitualmente a mi país a ver a mi familia. En realidad voy a ver a los niños del pueblo, que para mí son como mis hijos, pues mi familia ya hace tiempo que no me habla.

Petunia: Así que estás viajando constantemente. Normal que Amalia no nos presentase antes, al no tener tiempo para ella no sois tan amigos como lo son ella y Manuel. ¡Manuel!

Brígida: (Con voz muy débil) No hace falta que lo llames tan fuerte, ¿no?

Petunia: Claro que sí, hija, que estos jóvenes están pasmados.

Brígida: Ah, claro.

(Aparece Manuel con una sonrisa y se va hasta Amalia, a quien pasa una mano por la espalda, a lo que esta responde con cara de asco. Se queda mirando fijamente a Roberto, quien le saca dos cabezas.)

Manuel: Vaya Amalia, ¿no nos presentas?

Amalia: (Librándose de su brazo) Pues a eso iba. Roberto, te presento a mi amigo, Manuel. Manuel, este es mi amigo de Colombia que ha suspendido una reunión empresarial solo para venir a verme.

Roberto: Encantado. (Le tiende la mano con una sonrisa sincera.)

Manuel: Igualmente. (Le devuelve el apretón con una sonrisa sarcástica)

Roberto: Amalia, ¿podemos hablar a solas?

Amalia: Claro.

(Se van a un lado del escenario)

Roberto: (Susurrando) Creo que no les caigo bien. ¿Has visto cómo me ha mirado ese tal Manuel?

Amalia: Qué va, seguro que les caes genial, lo que pasa es que estás acostumbrado a mí, todo el día sonriendo, y el cambio te asusta, pero no te preocupes.

(Vuelven a la escena)

Petunia: ¿Qué pasa Amalia? ¿No será que este chico se tiene que ir?

Brígida: (Con voz muy débil) No creo, Petunia, ¿no?

Petunia: Claro que sí, hija, que estos jóvenes no saben lo que quieren.

Brígida: Ah, claro.

Amalia: No, tía, solo queríamos aclarar una cosa, nada importante.

Manuel: Amalia, ahora me gustaría hablar a mí contigo, si no te importa.

Amalia: (Supira) Está bien.

(Se van a un lado del escenario)

Petunia: (Susurrando) Eh, chico. Tú, el colombiano.

Roberto: ¿Me llama, señora?

Petunia: Acércate aquí, muchacho.

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