Ortodoncia
aldo087 de Enero de 2013
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CONCEPTO DE ORTODONCIA
El concepto de cualquier ciencia médica tiene un significado eminentemente cultural e histórico deri¬vado de la acumulación de conocimientos adquiridos por la observación, la investigación, el estudio y la práctica clínica. Lógicamente ha sido el progreso científico general el que ha ido modelando el con¬cepto actual de la estomatología y de cada una de sus ramas, que a lo largo de su evolución histórica se ha ido enriqueciendo con la dimensión médica, la meto¬dología científica y el sustrato biológico que hoy po¬see dentro de las ciencias de la salud.
Posiblemente el medio idóneo de delimitar una ciencia médica es el considerar cómo ha llegado a convertirse en especialidad contemplar sus orígenes y evolución es la forma apropiada de identificarla conceptualmente. Junto a ello, y reconociendo el efecto restrictivo de la denominación sobre el con¬cepto que hay que describir y la dificultad de limitar materias biológicamente encuadradas, es también conveniente analizar el alcance de la definición a partir de sus raíces etimológicas.
Por lo tanto, al aproximarnos al concepto de orto¬doncia vamos a hacerlo desde una doble perspectiva. Aplicaremos, por un lado, el método de aproxima¬ción histórica exponiendo los supuestos teóricos en que se ha ido basando esta especialidad a través de la historia y dentro del contexto social en que se ha ido desarrollando; nos detendremos también en la consideración etimológica de los términos aquí em¬pleados recordando el origen, la variedad de denomi¬naciones y su justificación conceptual. Y si la orto¬doncia es hoy, en España, una subespecialidad estomatológica, parece oportuno detenernos, como marco y pórtico de estos comentarios, en la conside¬ración del término estomatología.
En su acepción terminológica, la estomatología es la especialidad que trata del «estoma», palabra griega que habitualmente se traduce al castellano por boca. En este sentido se trataría de la especiali¬dad médica que se ocupa de la boca cuyas raíces eti-mológicas proceden del latín bucea, mejilla y en sentido estricto designa la pared lateral de la cavi¬dad bucal. A su vez, la traducción de mejilla maxila nos indica el mismo término para la envoltura o esqueleto bucal, puesto que en castellano las mejillas y los maxilares constituyen las paredes duras y blandas de la boca. Así, vemos que desde la pers¬pectiva odontológica se denomina al conjunto bucal con un término que propiamente corresponde al con¬tinente y no al contenido. Tampoco la denominación de cavidad oral, en lugar de la cavidad bucal o boca, es más certera, ya que, en latín os, oró, significa abertura, por lo que señala que la cavidad está abierta y comunicada con el exterior.
Pero aunque la traducción de bucea entraña cierta dificultad, su delimitación anatómica nos aproxima a su comprensión, ya que mejilla es, sobre todo, la parte de la cara situada debajo de los ojos el (hypó-nion griego) y así viene definida por Barcia Goya-nes. La estomatología queda así más ampliamente circunscrita a una zona facial en la que la boca -en cuanto cavidad oral o bucal constituye la parte de mayor relieve y especial importancia.
Un paso más en el terreno semántico nos lleva a la búsqueda del verdadero significado del stoma, que en la traducción del griego no sólo significa boca, sino rostro, faz o, incluso, entrada a un puerto o a una casa: en esta acepción sí que coincide el sentido que al estoma y a la boca se le ha querido dar. Tanto un término como otro designan así la cara o facies, aun-que el análisis etimológico cree, en un primer mo¬mento, cierta confusión conceptual. Es ese vestíbulo de entrada al tubo digestivo rodeado por las mejillas anclado en los maxilares y situado en la parte infe¬rior de la cara lo que constituye el campo de estudio y aplicación de la estomatología.
El stoma o boca es el área topográfica que contiene el aparato tritura¬dor de los alimentos de rica dinámica y triple articu¬lación: el aparato estomatognatico como complejo estructural integrado por la articulación interdenta¬ria, la gónfosis periodontal y la articulación temporomandibular.
Si nos atenemos a sus orígenes, la estomatología procede históricamente de la odontología, y la consi¬deración de este término ilustra y aclara el concepto de esta especialidad médica. La odontología trata del diente y de sus elementos de sujeción y relación anatomofuncional: gira alrededor del dens latino y del Odontos griego. Con estos nombres se designaba a los objetos que realizaban la labor de corte o de desgaste o que morfológicamente recordaban esta función. Llamaban así dens tanto al diente humano o animal como a la cuchilla del arado o a las púas del peine o rastrillo. La odontología, etimológicamente, hace referencia a la labor de corte y desgaste llevada a cabo por la dentición y esta acepción ilustra su contenido. El odontólogo históricamente ha curado las enfermedades del aparato masticador o triturarte por excelencia el aparato dentario y su co-metido se ha centrado en el intento de conservar los dientes para que la función masticatoria, como pri¬mera fase de la digestión, se pudiera realizar eficaz¬mente.
Desde este punto de vista, la odontología está orientada hacia todo lo que tiene relación con la den¬tición humana: de ahí el término dentistería, amplia¬mente extendido en los países sajones. Fundamental¬mente centrada en la labor masticatoria, se ocupa de todos los órganos que anatómica y funcionalmente tienen relación con la masticación, trituración y pre¬paración digestiva de los alimentos. Y en este con¬junto entran tanto los elementos de sostén del diente como todas las estructuras vecinas mejillas, lengua, paladar y órganos colindantes glándulas salivales, botones gustativos de primordial importancia en la función digestiva.
La estomatología engloba la odontología prestán¬dole un enfoque médico al estudio y tratamiento de la dentición e integrando su fisiopatología en el sis¬tema orgánico general. Se ocupa de este mismo ob¬jeto, la dentición, pero considerándola como parte de un todo y no como parcela aislada y diferente lo que la eleva y constituye en especialidad médica. Pero es que, además, la estomatología se ocupa del stoma y no sólo del Odontos, extendiendo su área desde el diente hasta la cara; el sentido de boca queda así enriquecido y ampliado al contemplar la dentición como parte fundamental aunque no única de la estoma. Y si la boca sirve para masticar, para hablar, para respirar y para identificarnos socialmente, lógico es que la denominación se modifi¬que de acuerdo con las exigencias que le son pro¬pias, por lo que está plenamente justificado la actual denominación de estomatología, de cuyos límites to-pográficos nos ocupamos más adelante.
ORÍGENES DE LA CIENCIA Y ARTE DENTAL
Si la medicina como arte de curar surge como res¬puesta a la presencia de la enfermedad, podemos su¬poner que ya en épocas prehistóricas existió una ru¬dimentaria medicina de la boca. Tan pronto como el hombre primitivo pretende aliviarse del dolor de muelas se inicia la medicina de la boca, que se pierde en la noche de los tiempos. El hombre em¬pieza a interesarse por su boca tan pronto como algo de ella le molesta y es lógico pensar que sintiera una inicial curiosidad por conocer el dónde, por qué y cómo de ese dolor: así nace la estomatología del mismo modo que surgieron el resto de las ciencias clínicas.
Existe evidencia paleontológica del sufrimiento oral de nuestros antepasados y de los primeros in¬tentos de atención por parte de magos, curanderos o brujos. Hay restos y documentos que prueban el amanecer de la ciencia dental en Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma; el ascenso del arte y ciencia dental desde su origen hasta la actual estomatología es el fin de un largo viaje desde las raíces de la civili¬zación hasta la era atómica de la biología molecular. Siempre y en todo momento alguien tuvo que ocuparse de la afección dental, patología frecuente y molesta hace miles de años y hoy en día.
La práctica dental hasta el Renacimiento estaba claramente dividida en tres quehaceres: los médicos que curan las enfermedades de la boca, los barberos, mercaderes o charlatanes que extraen muelas o dientes y los orfebres que reponen a veces las piezas dentarias perdidas o extraídas. La Edad Media está, así, presidida por actividades curativas que lindan con el arte, la magia, la filosofía y la ciencia.
El siglo xv es el principio de la era científica de la estomatología con la obra de Fierre Fauchard El cirujano dentista (1728), que ordena, recoge, inventa y sistematiza los conocimientos de la época. Opor¬tuno es recordar por su interés ortodóncicos la «Bandelette de Fauchard» y su técnica para tomar medi¬das de la boca por medio de patrones de papel. La escuela francesa sienta las bases de la moderna odontología uniendo ingenio y observación con una dilatada experiencia en el campo clínico.
El siglo xix supone el despliegue definitivo de la tecnología dental con la aplicación de la anestesia que permitía actuar, por vez primera, sobre los dien¬tes sin dolor para el paciente y con tiempo para el dentista para poner en práctica una rudimentaria operatoria dental. Se puede actuar ya sobre los teji¬dos duros dentarios merced al uso del torno y ex¬traer molares con fórceps específicamente diseñados para este menester. Coincide también con la época bacteriológica que permite identificar ciertos agen¬tes causales de interés para la interpretación de la enfermedad oral y la desinfección del campo opera¬torio.
Aparecen
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