PARA QUE LA EDUCACIÓN

¿Para qué educar?

La supervivencia de toda sociedad no sólo puede entenderse por medios fisiológicos, se necesita educar a las nuevas generaciones a través de la escuela, pero acepta que el ser humano puede ser capaz de sobrevivir en una era de tecnología, aún y a través de esas habilidades “básicas” a las que algunos como Sparkman han decidido referirse a ellas como dones o regalos.

Es la misma naturaleza del hombre la que sigue motivándolo a tomar retos y enfrentarse con la posibilidad de transmitir estas habilidades a posteriores generaciones.

Es por ello que nuestra sociabilización nos obliga, sin darnos cuenta, a educar a las nuevas generaciones y que no sólo le corresponde al educador sino también a otras instituciones cómo la familia, empresas, comunidad y gobierno.

¿Para qué los maestros?

Son o deberían ser aquellos que sean motivo de inspiración pues respetan la tarea de conocer y se dedican a transmitirlo a nuevas generaciones, pero actualmente lo hemos desprestigiado tanto y prueba de ello es la escasa remuneración que reciben por ser aquellos que desde esa trinchera llamada escuela, buscan humanizar al niño con la finalidad de ser los pilares o motores de cambio de nuestra sociedad.

Necesitamos maestros capaces de entender la realidad de la sociedad y ser sólo un medio de transmisión de un modelo humanista, capaz de colaborar con la familia, empresas y gobierno para el desarrollo de los infantes.

¿Para qué (tanta) información?

En esta época la tecnología se ha permeado tanto dentro de nuestras vidas y dentro de todo lo que conocemos. En este caso la facilidad y la rapidez para obtener información a través del internet nos ha saturado de ella, a tal grado de que los datos que estamos obteniendo no son utilizados o no nos significan, a esto Theodore Rosak le llama “Hartazgo Informativo”.

Lo verdaderamente preocupante de este fenómeno es que la información al moverse tan rápido y al ser tan accesible, crea en las personas una especie de adicción a la información y llega a crear la ilusión de que a cuanto más información se tiene, mayor es progreso cultural o el conocimiento.

La información que se obtiene a través de tecnologías muchas veces sólo son pequeños fragmentos o hay tantos contenidos que cualquier persona o fuente puede publicar y del cual no se hace un verdadero análisis ni una reflexión.

¿Para qué el libro?

Los libros han sido desde tiempos pasados la mejor fuente de conocimiento e información. Los libros siempre han sido valorados como un preciado tesoro por todos aquellos que reconocen su importancia y valor.

A diferencia de las publicaciones hechas en internet, el poder publicar un libro requiere de un proceso más riguroso además de ser más costoso, por lo que son objetos realmente valiosos tanto por su contenido como por su elaboración.

Los libros tienen un valor histórico también importante pues podemos saber de muchos hechos históricos gracias a ellos, cada civilización se ha caracterizado también por ellos, además de que han sido un objeto con el cual se han inmortalizado conocimientos, personas, historias y romances.

A diferencia de los libros, la televisión y otros medios que manejan principalmente la información a través de imágenes lo que disminuye el esfuerzo intelectual, además de que los libros llegan a estimular la imaginación.

¿Para qué esforzarse en aprender?

Hemos creído que lo hemos aprendido todo, que lo único que debemos hacer es replicar lo ya hecho. Pero ¿Qué pasa con el pensamiento de los iluministas, dónde la autonomía del hombre recae en el pensamiento?.

La escuela ha quedado estancada cuando en las aulas el individuo posmoderno exige al sistema modificarse pero sólo con la intención de satisfacer necesidades, pero no para que éste se

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