ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA

tome1 de Mayo de 2012

15.003 Palabras (61 Páginas)627 Visitas

Página 1 de 61

PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA

(1600 – 1681)

NO HAY BURLAS CON EL AMOR

Personajes:

Don Alonso de Luna, galán

Don Juan de Mendoza, galán

Moscatel, gracioso

Don Luis, galán

Don Diego, galán

Don Pedro Enríquez, viejo y padre de las dos damas

Doña Beatriz, dama

Doña Leonor, dama

Inés, criada

ACTO PRIMERO

Salen Don Alonso de Luna y Moscatel muy triste

Alonso:

¡Válgate el diablo! ¿Qué tienes,

que andas todos estos días

con mil necias fantasías?

Ni a tiempo a servirme vienes,

ni a propósito respondes;

y, por errarlo dos veces,

si no te llamo, pareces,

y si te llamo, te escondes.

¿Qué es esto? Dilo.

Moscatel:

¡Ay de mí!

Suspiros que el alma debe.

Alonso:

Pues ¿un pícaro se atreve

a suspirar hoy así?

Moscatel:

Los pícaros ¿no tenemos

alma?

Alonso:

Sí, para sentir,

y con rudeza decir

de su pena los extremos;

mas no para suspirar;

que suspirar es acción

digna de noble pasión.

Moscatel:

Y ¿quién me puede quitar

la noble pasión a mí?

Alonso:

¡Qué locuras!

Moscatel:

¿Hay, señor,

más noble pasión que amor?Alonso:

Pudiera decir que sí;

mas, para ahorrar la cuestión

que "no" digo.

Moscatel:

¿Que no? Luego,

si yo a tener amor llego,

noble será mi pasión.

Alonso:

¿Tú, amor?

Moscatel:

Yo amor.

Alonso:

Bien podía,

si aquí tu locura empieza,

reírme hoy de tu tristeza

más que ayer de tu alegría.

Moscatel:

Como tú nunca has sabido

qué es estar enamorado;

como siempre has estimado

la libertad que has tenido,

tanto, que en los dulces nombres

de amor fueron tus placeres

burlarte de las mujeres

y reírte de los hombres;

como jamás a ninguna

quisiste, y más te acomodas

a engañar, señor, a todas

que hacer elección de una;

como eres (en el abismo

de amor jugando a dos manos,

potente rey de romanos)

mal vencedor de ti mismo,

de mí te ríes, que estoy

de veras enamorado.

Alonso:

Pues yo no quiero crïado

tan afectüoso. Hoy

de casa te has de ir.

Moscatel:

Advierte...

Alonso:

No hay para qué advertir.

Moscatel:

Mira...

Alonso:

¿Qué querrás decir?

Moscatel:

Que se ha trocado la suerte

al paso, pues siempre dio

el teatro enamorado

el amo, libre el crïado.

No tengo la culpa yo

de esta mudanza, y así

deja que hoy el mundo vea

esta novedad, y sea

yo el galán, tú el libre.Alonso:

Aquí

hoy no has de quedar.

Moscatel:

¿Tan presto,

que aun de buscar no me das

otro amo tiempo?

Alonso:

No hay más

de irte al instante.

Sale don Juan

Juan:

¿Que es esto?

Moscatel:

Es pagarme mi señor

el tiempo que le he servido

con haberme despedido.

Juan:

¿Con Moscatel tal rigor?

Alonso:

Es un pícaro, y ha hecho

la mayor bellaquería,

bajeza y alevosía

que cupo en humano pecho,

la más enorme traición

que haber pudo imaginado.

Juan:

¿Qué ha sido?

Alonso:

¡Hase enamorado!

Mirad si tengo razón

de darle tan bajo nombre,

pues no hace alevosía,

traición ni bellaquería,

como enamorarse un hombre.

Juan:

Antes pienso que por eso

le debierais estimar,

que diz que es dicha alcanzar,

y yo por tal lo confieso.

¿Crïados enamorados?

Un hombre que se servía

de dos mozos, y los veía

necios y desaliñados,

nada en su enmienda buscaba

como es decirlos a ratos:

"¡Enamoraos, mentecatos!"

que estándolo, imaginaba

que cuerdos fuesen después,

y aliñados; y, en efecto,

¿qué acción, qué pasión, qué

afecto,

decid, si no es amor, es

el que al hombre da valor,

el que le hace liberal,

cuerdo y galán?Alonso:

¡Pesia tal!

De los milagros de amor

la comedia me habéis hecho,

que fue un engaño culpable,

pues nadie hizo miserable,

de avaro y cobarde pecho

al hombre, si no es amor.

Juan:

¿Qué es lo que decís?

Alonso:

Oíd,

y este discurso advertid;

veréis cuál prueba mejor.

El hombre que enamorado

está, todo cuanto adquiere

para su dama lo quiere,

sin que a amigo ni a crïado

acuda, por acudir

a su gusto; luego es

miserable amando, pues

no es, ni se puede decir

virtud, lo que no es igual,

y miserable no ha habido

mayor, que el que sólo ha sido

con su gusto liberal.

Que hace osados es error,

pues nadie contra su fama

entra en casa de su dama

que no entre con temor.

¡Cuántos cobardes han sido

de miedo de no perdellas;

cuántos, mirando por ellas,

mil desaires han sufrido!

Luego, si gusto u honor

hacen sufrir y callar,

nadie me podrá negar

que hace cobardes amor.

Pues si privan los sentidos

los favores o desprecios,

bien claro está que hace necios,

puesto que hace divertidos;

pues que si se llega a ver

o desdeñado o celoso

el hombre más cuidadoso

de lucir y parecer,

desde aquel punto se deja

descaecer, sin acudir

al parecer y al lucir,

y sólo aliña su queja.

Luego amor en sus cuidados

hace, con causas mudables,

cobardes y miserables,

necios y desaliñados.

Y en fin, sea así o no sea así,

no quiero mozo que ama

y que, por servir su dama,

deje de servirme a mí.Juan:

A vuestra sofistería

nada quiero responder,

don Alonso, por no hacer

agravio a la pena mía

del amor; y si en su historia

discurro, temo quedar

vencido, y no quiero dar

yo contra mí la victoria.

A buscaros he venido

para consultar con vos

un pesar; mas viendo, ¡ay Dios!,

que de mi amor ha nacido,

le callaré, porque quien

da a un crïado tal castigo,

mal escuchará a un amigo.

Alonso:

No escuchará sino bien;

que no es todo uno, don Juan,

ser vos el enamorado,

o el bergante de un crïado;

que vos sois noble, galán,

rico discreto y, en fin,

vuestro es amar y querer;

mas ¿por qué ha de encarecer

el amor la gente ruín,

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (42 Kb)
Leer 60 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com