PENSAMIENTO POLÍTICO.-HENRY JESÚS GRANADOS ZAPATA
hnohenryccjesApuntes21 de Febrero de 2016
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PENSAMIENTO POLÍTICO.-HENRY JESÚS GRANADOS ZAPATA
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¿Qué papel juega el pensamiento positivista en la conformación de la política venezolana a principios del siglo XX?
Con Augusto Comte se inaugura una nueva manera de hacer filosofía y de adentrarse en el pensamiento social de la Historia reciente, (1798-1857), fue él quien so este término por vez primera. Es un método basado en la experiencia sensible e los hechos externos. Consiste en no admitir como válidos científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. Visto desde una perspectiva negativa, el positivismo es negación de todo ideal, de los principios absolutos y necesarios de la razón, es decir, de la metafísica. El positivismo es una mutilación de la inteligencia humana, que hace posible, no sólo, la metafísica, sino la ciencia misma. Considerado como sistema religioso, el positivismo es el culto de la humanidad como ser total y simple o singular. Dios es reemplazado por la humanidad.
Políticamente el positivismo insiste en una reorganización moral, política e intelectual del orden social. Esta corriente filosófica entra en la cultura venezolana, introduciendo al país en la tendencia que sigue toda Iberoamérica. Así hasta Brasil tiene como lema en su Bandera el pensamiento positivista de “Orden y progreso”. Así lleno esta filosofía el quehacer social de la Venezuela post independentista hasta la aparición de la “generación del 28”.
Marca dentro de sus ideales, un nuevo orden social, dejando atrás el viejo orden, marcando una unidad de tendencia progresista con características sociales. Rompe con la estructura social de la edad media, quitando el poder político a la nobleza y el absolutismo espiritual del que era dueño la Iglesia Católica. El positivismo propone una nueva sociedad y una nueva forma de construirla y de hacerla avanzar. Y para esto era necesario formar un Estado que diera forma a la nueva sociedad.
Al acabar el oren colonial que España había impuesto a los países de América latina, surge el deseo en algunos países de convertirse en repúblicas basadas en los ideales de libertad y de democracia, sin “liberales” y sin “conservadores, como España lo había impuesto. De allí que a los ojos de los pueblos latinos esta corriente filosófico- política, aparece con la panacea que salvaría a los pueblos empobrecidos de Latinoamérica y que los llevaría al progreso social.
Pareciera que Bolívar fue conocedor de esta corriente pues en la Constitución que propone para Bolivia, se encuentran semejanzas entre las ideas positivistas de Comte y el pensamiento que refleja en esta. Igualmente se encuentran ideas tales en Don André Bello (1843), en Fermín Toro (1834)
Sin embargo es Adolfo Ernst, catedrático de Ciencias naturales de la universidad central de Venezuela, quien se convierte en difusor de estas ideas, proponiendo ya las ideas de Darwin, dando todo esto inicio a la formación de la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales, el Instituto de Ciencias Sociales y la Sociedad de Amigos del Saber.
Es en el denominado período Liberal Amarillo cuando se expanden las ideas positivistas, tanto en la literatura, la historia, la sociología, el arte, la educación, entre otras ciencias. Luis López Méndez, Alejandro Urbaneja y Lisandro Alvarado. Sus ideas políticas se orientan a la defensa de la democracia, entendida como la superación de una fase.
La segunda etapa, es la de los positivistas durante el período Liberal Amarillo; constituye la etapa de expansión de estas ideas a diversos campos del quehacer humano, encontramos expresiones positivistas en las ciencias naturales, la historia, la sociología, la literatura, el arte y la educación, algunos pensadores se destacan, entre ellos Luis López Méndez, Alejandro Urbaneja y Lisandro Alvarado. Sus ideas políticas se orientan a la defensa de la democracia, la igualdad, el progreso social.
Es a finales del siglo XIX cuando se impone como paradigma del pensamiento y es aceptado generalmente en el país. La dictadura gomecista es vista como una etapa necesaria en la evolución histórico social y política del país y recibe el apoyo positivista. El positivismo, dominante en la época de Gómez, pronto se transmutó en ideología encubridora del sistema dictatorial, tomado a conveniencia de los que ejercían el poder. Sin embargo, por lo mismo, en la medida en que las ideas positivistas, en su fase social y política de la dictadura, sirvieron de ideología de respaldo al régimen gomecista, no es de extrañar que, a la desaparición física del caudillo andino, comenzara la declinación del positivismo como expresión conceptual representativa del pensamiento venezolano.
La transición política que vivió Venezuela de 1935 a 1945 (de la muerte de Gómez a la toma del poder por una Junta Cívico-Militar encabezada por Rómulo Betancourt), declina definitivamente el positivismo como expresión de pensamiento social. No sólo sucede así por la ya registrada vinculación de dicho pensamiento con el régimen dictatorial gomecista, sino que es en parte consecuencia del empuje con que se presentaban nuevos sistemas conceptuales en el agitado horizonte político y social de aquella Venezuela.
Y es que, con la irrupción en la escena política de los partidos revolucionarios (Acción Democrática, tras sus cambios de siglas; URD y, sobre todo, el Partido Comunista), a la desaparición del gomecismo, entran en escena las clases sociales inferiores, hasta entonces no representadas ni política ni culturalmente en la vida social venezolana. Las ideas que desplazan del primer lugar al positivismo son el nacionalismo informe, pero combativo, de los primeros acción democráticas, y el marxismo, deficiente y rudimentario, de los introductores de las ideas comunistas en Venezuela.
Pero siguiendo con El positivismo, diremos que este es completado con las ideas del enciclopedismo, hasta las guerras de Independencia. Influido por el pensamiento de las ideas liberales de A. Leocadio Guzmán, Santos Michelena, entre otros, que formarían el auténtico paradigma positivista en Venezuela. Cada uno de estos movimientos se encarna en la realidad venezolana, dando inicio a élites de intelectuales y políticas que buscan definitivamente acabar con la herencia española de nuestros pueblos. Se busca la propia identidad. Este logra que se rompa la anarquía social que había quedado de los nexos sociales coloniales, en su ambición por el poder. Y desde finales del siglo pasado, el positivismo se impuso definitivamente en la vida y en el pensamiento del venezolano. En dicho sentido, bien podría tildarse de «elistesco» el pensamiento positivista venezolano.
Por ende, la anarquía social que habíamos vivido en nuestras tierras no era más que una etapa necesaria, era el punto de transición de un nuevo orden. La sociedad venezolana como toda sociedad es un ente vivo, y sujeto como todo ser vivo a ser perfectible de cambios. Solo se necesita una reorganización de la sociedad. Si se le organiza, reaparece el orden, el progreso y la sociedad cambia. Pues la sociedad puede ir perfeccionando como las especies de Darwin. Pero todo debe ser hecho en la misma realidad y dentro de su contexto, el venezolano, no hay que importar nada del exterior. El progreso es el camino a la libertad.
La mejor forma de hacer estos cambios es la educación. Solo a través de ella se transforman las maneras de ser de los pueblos que le impiden el avance. La educación abre las mentes, deja atrás lo metafísico, da paso a la razón, dando libertad al hombre para no dejarse imponer sistemas y fundamentos que no permitan la libertad y el progreso. Pues se sabe que una sociedad ha avanzado cuando la libertad es el resultado, pues esa esperanza en un futuro de libertad es la que permite pasar el trago amargo de las etapas de orden necesarias para contener la anarquía que no hace sino alejar ese futuro deseado.
El positivista latinoamericano se considera realizador de las aspiraciones de los liberales. Estos cumplieron la tarea de romper el orden colonial. Ahora les toca a los positivistas la creación de un nuevo orden que sustituya al destruido. el positivista latinoamericano se considera realizador de las aspiraciones de los liberales. Estos cumplieron la tarea de romper el orden colonial. Ahora les toca a los positivistas la creación de un nuevo orden que sustituya al destruido.
Es así como: "...es bien sabido que ningún sistema de gobierno ni ninguna constitución puede ser permanente e inmutable. Todas son cambiantes, como la sociedad misma, sometidas e igual modo que todo organismo a las leyes de la evolución" (Vallenilla, Cesarismo Democrático, Monte Ávila Editores, 1990,p.174).
RESPUESTA 2
¿En qué se fundamenta el principio de ciudadanía y cuál de las teorías expuestas apoya? Argumente su respuesta.
Nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela deja claro el Derecho Humano de la participación ciudadana en la gestión pública, comenzando desde su preámbulo, en el cual indica: “...establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural...”.
En el artículo 62, encontramos:
Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas.
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