PLAN DE TRABAJO

La primera, y a mi juicio la más importante.

Sucede porque los trabajadores lo permiten. No ven dificultad en ello hasta que tienen problemas con alguno de los mandos oficiales de la escuela, después de tenerlos se preguntan ¿Con quién me quejo en la escuela? o ¿Quién defenderá mis derechos? siendo que mi jefe de departamento, subdirector o director es el secretario general… hasta entonces lo comprenden. Luego van a la sección sindical estatal a quejarse y ¡oh sorpresa! se encuentran allí con que los mandos superiores del SNTE están alineados con el secretario general de la delegación (con sus excepciones por supuesto).

La segunda, que no por ir después de la primera deja de ser importante.

Sucede porque el SNTE lo permite. Por un lado el sindicato no quiere tener enfrentamientos en este tenor con su contraparte oficial, mientras que la base trabajadora por ignorancia, por temor, por negligencia, por indiferencia o por lo que sea, se mantenga PASIVA. Por otro lado los Estatutos no son puntuales respecto de la limitante de votar y ser votados para los empleados de confianza, y ya sabemos que lo que no está prohibido en cualquier ordenamiento, o bien es permitido o por lo menos es negociable, sí, solo que, nunca debe perderse de vista que: NINGUN ESTATUTO ESTÁ POR ENCIMA DE LA LEY, y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado es precisa en este tema.

La tercera, que no por estar al último es menos importante que las anteriores.

Sucede también porque los mandos directivos alegan que ellos pagan sus cuotas sindicales y que por lo tanto tienen derecho a intervenir en las asambleas. Sí, es verdad que aportan dinero al SNTE lo cual se sale del texto de la Ley: ‘…quedarán en suspenso todas sus obligaciones y derechos sindicales.’ hay pues una anomalía ya que no deberían pagar. En efecto, si los mandos directivos de una escuela le reclamaran al SNTE el dinero de sus cuotas seguramente lo recuperarían y ya no los obligarían a pagar cuotas posteriores -mientras tuvieran su encargo-, pero ya adivino la respuesta del SNTE: “bueno… si por derecho exiges no pagar cuotas sindicales entonces por derecho no reclames los aumentos de salario que conseguimos para todos los trabajadores de la educación”. Luego entonces me parece que hay un justo equilibrio en lo anterior, ‘pagas cuotas = recibes aumentos’, pero hasta ahí lo tolerable (que lo mejor sería obviamente apegarse rigurosamente al texto de la Ley), porque si de participar en asambleas, de votar y ser votado se tratara, eso se sale completamente de la Ley (y hasta del sentido común).

Así que… ¡Asegúrate trabajador!.

1. Elige al candidato que no tenga ningún cargo administrativo, porque además de que es una irregularidad hacerlo, poco puedes esperar en la defensa de tus derechos.

El Secretario General de tu delegación es el contrapeso natural de las decisiones de los mandos oficiales de tu escuela, y si ese contrapeso se pierde también se pierde la defensa de los derechos de los trabajadores. A esto le apuestan quienes siendo directivos se asumen como candidatos a la secretaría general (o a alguno de los puestos sindicales) y además, claro está, a centralizar el poder y hacer lo que les venga en gana en la escuela, sin que nadie les objete nada.

2. Elige a quien veas -creas, conozcas o sepas- que es capaz de hacerle frente a las decisiones equivocadas de tus directivos.

Lo mejor es elegir por trayectoria

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