PROBLEMA AMBIENTAL
mjoserrada23 de Marzo de 2014
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NUESTRA LECTURA DE LA CRISIS MUNDIAL
El contexto en este inicio de 2009, esta marcado por el impacto de la crisis financiera y económica internacional, la cual caracterizamos como una crisis estructural, sistémica del neoliberalismo y del propio capitalismo y que profundiza la crisis social de las ultimas décadas resultante del neoliberalismo desde la instalación de su hegemonía mundial. En este marco se localiza la persistencia de la crisis humanitaria y sanitaria en buena parte del mundo, con profundas repercusiones en el campo alimentario y ambiental, con destaque para la tragedia de los paises africanos sub-saharianos, mas también presente en todos los continentes e inclusive de forma dramática en los paises desarrollados, con restricciones en las garantías sociales históricamente conquistadas, y con crecientes inequidades en los paises de mayor crecimiento económico como China e India.
Los conflictos del mundo unipolar, donde se destacan las guerras de ocupación en Irak y Afganistán, y las agresiones israelíes en los territorios palestinos, sin olvidar las guerras económicas en África y la persistencia del conflicto colombiano, se inscriben en el ejercicio doctrinario hegemónico del neoliberalismo y reflejan la injusticia que marca las relaciones económicas y políticas entre las naciones, consolidando las inequidades existentes y estableciendo una lógica de fuerza para enfrentar los conflictos económicos y sociales. Tal doctrina de fuerza tambien se ve presente en la criminalización de los movimientos sociales cada pais, considerando la protesta social una amenaza contra la hegemonía actual.
Destacamos además que esta crisis estructural del neoliberalismo refleja lo que los Foros Sociales vienen denunciando desde su origen: que el neoliberalismo produjo una gran crisis social que de forma sustentada e intencional viene abatiendo a las poblaciones del mundo, y que las deudas sociales que se vienen acumulando de forma vertiginosa en la forma de múltiples exclusiones frente a los derechos humanos y sociales, necesitan ahora ser pagadas no de forma parcial o emergencial mas si de forma substantiva a través de una inflexión civilizatoria que cuestione no solamente el neoliberalismo en crisis, sino la propia matriz capitalista que lo generó.
La doctrina hegemónica neoliberal estableció la lógica de la "desasistencia programada" como tónica para las políticas sociales y promovió un genocidio contra las poblaciones pobres del planeta al negar el acceso a las condiciones que puedan garantizar los derechos necesarios para una vida digna.
Este III FSMS no acepta que la cuenta de esta crisis sea nuevamente pasada a los pueblos del mundo y exige que los recursos que son necesarios para la efectiva protección social y económica de las poblaciones, los cuales afirmamos que existen como prueban los recursos aplicados para el salvamento de las entidades financieras, sean direccionados a constituir respuestas permanentes y estructuras que aseguren las condiciones de bienestar, de buen vivir, la calidad de vida de la población del mundo, al protegerla económicamente, al garantizar la seguridad social, la protección ambiental, el trabajo digno, el acceso a la tierra y a la habitación, al acceso al crédito, a la soberanía alimentaria y el acceso a la justicia y a la seguridad y el acceso universal, integral y con equidad a la educación y a la salud.
Dos aspectos fueron destacados en el FSMS: – lo primero es referente a lo ambiental y destaca la necesidad de combatir los aspectos vinculados a la contaminación y degradación ambientales relacionados a la supremacía de los intereses de las mono culturas transgénicas o no de alta producción, las cuales afectan directamente la salud de la población así como el manejo de los desechos industriales depositados en los países de el tercer mundo y la transferencia para estos países de sus tecnologías sucias y ambientalmente dañinas; y segundo el papel fundamental que ejerce como determinante de la salud y la calidad de la vida, la remuneración y seguridad /salubridad del trabajo remunerado y no remunerado, formal e informal, victima que es el trabajo de la degradación provocada por la flexibilización laboral y la desprotección social del trabajador y la trabajadora. Estos dos aspectos exigen un redoblado esfuerzo por hacer frente al comprometimiento neoliberal del ambiente, del trabajo, de la salud y de la seguridad social, garantizando la protección de la salud de la población y su inserción plena en una seguridad social universalizada.
LINEAS ESTRATEGICAS PARA UNA ACCION POLITICA TRANSFORMADORA
Frente a una crisis estructural de la hegemonía una respuesta estructurar
De esta forma los movimientos sociales y populares, políticos y culturales convocamos a encarar la crisis como una crisis estructural, a ser enfrentada por lo tanto con una ambición estructural, que ponga en destaque la necesidad de una nueva relación con la naturaleza para enfrentarnos los desafíos de la sustentabilidad y del calentamiento global, con una perspectiva innovadora para la producción y para la distribución de la riqueza –primando por la producción ambientalmente sustentable, con el combate al consumismo y con un firme compromiso por la equidad, incorporando una visión integral y holística del mundo y de la vida, no antropocéntrica, rescatando en este proceso las cosmogonías tradicionales y populares, construyendo una inflexión civilizatoria basada en el respeto a la naturaleza, a las diversidades identitarias de los pueblos y al buen vivir de individuos y colectividades.
En Venezuela las áreas de influencia fronteriza aún y cuando representan zonas estratégicas, no
han sido atendidas con la urgencia y la dedicación que éstas ameritan, debido a muchos factores entre los cuales podemos mencionar la concentración territorial y la división político-administrativa, lo que conlleva a la existencia de espacios de mayor concentración poblacional; situación que pasa además por todo un proceso histórico, político, económico y cultural, que condujo a la población a abandonar las zonas rurales para concentrarse en las grandes ciudades buscando mejorar la situación económica que además de ser crítica, se agudizaba producto de las políticas mal aplicadas que respondían al modelo clásico liberal de democracia representativa donde los desposeídos no tienen injerencia dentro del sistema.
Las fronteras en nuestro país, son esos espacios donde se ha visto muy reducido el poder del Estado en el ejercicio pleno de su soberanía, dado su carácter burocratizador que lo convierte en una estructura pesada, incapaz de generar respuestas rápidas y eficaces en torno a las demandas de la sociedad, que conducen a situaciones de ingobernabilidad en todos los aspectos pero, se acentúa en los espacios fronterizos que crean los Estados Nacionales, porque en ellos se manejan los límites físicos, desvinculados de la cotidianidad, la evolución y la dinámica social que se entreteje en esos espacios y que a su vez introducen en ellos elementos que convergen en esa misma dinámica, como por ejemplo, las relaciones de intercambio cultural, los lazos o parentesco que existen entre sí, resaltando el sentido de la alteridad, que se pone de manifiesto en el reconocimiento de los “otros” como parte esencial de “ello mismos” y la influencia que ejerce los modos de vida tan complejos propios de esos lugares apartados de los centros de mayor concentración urbana. En este sentido, no se profundiza acerca de las discusiones que deben generarse a partir de la importancia que tienen esas zonas de convivencia desde el punto de vista político, ideológico, económico, cultural y social considerando además el potencial de recursos existentes en ellas, cuando estamos dentro de un marco de crisis económica y social generalizada.
En Venezuela, sus zonas fronterizas configuran unos niveles de crecimiento y desarrollo poblacional que no cuenta con planes ni programas definidos y/o diseñados para tal fin, pero, ¿está situación es la misma en todas las fronteras del Estado venezolano? Para el caso de los estados del sur del país, especialmente los limitantes con Brasil se puede observar estas configuraciones atribuidas a varios elementos que por lo general están relacionados al espacio físico ya que son zonas que se constituyen en una amplia región con muy poca densidad demográfica y de difícil acceso, agrupadas en pequeños pueblos, la mayoría de ellos comunidades indígenas, como igualmente sucede con las comunidades indígenas asentadas a la margen del río Cuyuní, en las cercanía del Esequibo, tal es el caso de San Martín de Turumbang, comunidad indígena que nos ocupa. Estas zonas están en su mayoría marginadas de la planificación y distribución de la renta nacional lo que conlleva a que se encuentren desasistidas en sus necesidades básicas y esenciales, aparte de las situaciones conflictivas que se generan producto de la explotación indiscriminada de los recursos naturales existentes en la zona, causante de la contaminación de los ríos -en este caso el Cuyuní- dada la utilización del mercurio para la realización de las actividades de minería lo cual representa un grave problema ambiental debido a que el agua es un recurso vital y escaso.
Dentro de este marco se debe reflexionar acerca de la importancia de la preservación del ambiente dado el incremento del uso desmedido e irracional de los recursos naturales, lo que ha incidido no sólo en la contaminación ambiental, sino que también ha generado conflictos por el uso inadecuado de la tierra y con esto el desplazamiento de las comunidades indígenas fuera de su
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