PROBLEMATICA DE LA LECTO ESCRITURA

CENTRO DE ACTUALIZACION DEL MAGISTERIO

LICENCIATURA EN EDUCACION SECUNDARIA

ESPECIALIDAD EN HISTORIA CUARTO SEMESTRE

LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA I ASPECTOS COGNITIVOS

ASESOR: MTRO. FERNANDO RESENDIZ ACEVEDO

ALUMNO: ROBERTO DE JESUS RAMIREZ HLUZ

PROBLEMÁTICA DE LA LECTO ESCRITURA

A partir de esta realidad, que vivo a diario en la Escuela Telesecundaria, suelo preguntarme qué hacer y aunque llego a algunas respuestas, las soluciones implementadas no parecen dar resultados.

Esto, indudablemente se debe a que el problema de la lectura supera con mucho los esfuerzos que pueda hacer una persona o, incluso, un conjunto de docentes, porque hunde sus raíces en problemas estructurales tales como: la familia, los programas de estudio, la infraestructura bibliotecaria y, lamentable es decirlo, los niveles socioeconómicos. Factor este último que es necesario reconocer para lograr romperlo y anularlo, porque es posible.

Uno de los problemas más comunes con que se enfrenta un abogado, es con su lectura y escritura, es sabido por todos, que no tener la cultura de dominarlas trae consigo que un abogado nunca sepa expresar correctamente el sentido de sus oraciones impresas en un escrito dirigido a las Autoridades de quien pretende le resuelva alguna situación concreta. La interpretación que se le hace ley, exige para llevarse a cabo que los textos jurídicos estén bien escritos, ya que un acento mal colocado provocará que se cambie el sentido completo de lo que se pretende decir y se presta a confusiones.

Es de recordar que a los abogados de la antigüedad, los Romanos los consideraban gentes muy cultas, y en la actualidad, un abogado debe seguir siendo una persona que demuestre su grado de instrucción, haciendo redacciones en las que se demuestre su dominio de las letras; pues de no hacerlo así, se piensa inmediatamente que cómo es posible que se ostente como abogado cuando su lectura y escritura tiene un nivel básico de primaria, es decir alguien quien apenas se está familiarizando con la ortografía y la redacción.

Sin embargo, desde la escuela, me permitiré hacer algunas reflexiones:

1. Un error bastante común y reiterado en nuestra educación es creer que la lectura sólo se adquiere en los primeros niveles de escolaridad. Ahora que me estoy capacitando como docente, jamás se abordó este tema y salvo algunos contenidos de la cátedra de “Desarrollo del los Adolescentes” y a propósito de los estadios de desarrollo propuestos por Piaget, esto me ha revelado un error fundamental de enfoque de que todavía hay muchos docentes que piensan que la lectura se aprende en los primeros años de escolaridad (los programas de la SEP fijan esto en 3º de Preescolar, como tope) y luego había que ejercitar las lecturas silenciosa y oral. Con este enfoque solo hemos conseguido eximir a los docentes de cursos superiores de esta tarea y que ellos repitan, a modo de argumento por las fallas escolares, que “los niños no vienen bien preparados” (esto suelen decir los maestros de secundaria) y suelen derivarlos a otros especialistas, sin involucrarse en la adquisición y aprendizaje de una lectura adecuada.

De más está señalar que en las familias, los padres y tutores ni siquiera cuestionan esta situación asumiendo que la adquisición de la lectura es sólo responsabilidad de los docentes de los niveles pre-escolar y primero de primaria.

Una de las razones por la cual los jóvenes adquieren este estilo de escritura, es el uso masivo que le dan al teléfono celular, y a la comunicación vía internet, "el chat". Los mensajes con vocablos abreviados son frecuentes entre los usuarios que usan estas tecnologías, ya que, "por la falta de tiempo, para evitar mayores costos del servicio, las palabras comenzaron a ser "economizadas", escribiéndoseles sin vocales, con símbolos que remplazan letras o viceversa y con finales o comienzos de vocablos abreviados", esto sucede principalmente con el manejo de celulares. Por otra parte, el uso del "chat" influye, pues los jóvenes recurren a la simplificación de términos, para facilitar la comunicación y por ende nuestra escritura se esta deformando día a día, yo me pregunto que pasara si seguimos así, nuestros nietos de que forma irán a escribir con símbolos o como.

2. Un segundo error generalizado, es suponer que sólo los docentes de Lenguaje son responsables de mejorar los índices de lectura. Esto, aunque no sea reconocido por los colegios y a menudo se diga que no es así y que sí se involucra a todo el cuerpo docente, suele ser letra muerta, buenas intenciones, pero no práctica real. Todos hemos visto las palabras Matemática, Música, Científico o Histórico, sin los acentos en más de un pizarrón de nuestros salones. Todos sabemos que, salvo en idiomas, es difícil que haya demasiada comprensión lectora en algunas asignaturas.

3. Falta de hábitos, de parte de los alumnos y sus familias, para acceder a lecturas gratuitas a través de las bibliotecas públicas y escolares. La cultura audiovisual imperante, no obstante tener y requerir índices de lectura superiores, hace preferir aquellos “objetos culturales” donde la lectura es mínima o inexistente. Estoy seguro que si hubiera cinetecas públicas, donde en vez de alquilar se presten gratuitamente las películas, estarían llenas siempre. No ocurre eso con las bibliotecas.

Las escuelas pueden hacer esfuerzos con las bibliotecas de aula, pero a menudo los materiales son escasos y no siempre bien conservados.

4. Programas de Estudio que, a partir de ciertos cursos, van diluyendo la responsabilidad de adquirir la lectura. Puede discutirse que no es así. Pero la mayoría de los profesores de Lenguaje del país, a partir de la Enseñanza Media y aún antes, limitan su relación con la lectura a controles escritos sobre obras propuestas por el Programa o a guías de trabajo. Vale decir, se asume que el estudiante “ya sabe” leer y yo cuestiono que no es cierto.

Una lectura comprensiva, crítica, relacional, inferencial, etc., debe ser motivo de ejercitación permanente, debe llenar un espacio importante en las planificaciones docentes de todos los niveles y de todas las asignaturas, debe ser motivo de discusión técnico pedagógica al interior de las escuelas, pero todos siguen haciendo las cosas como si los únicos responsables fueran los profesores de los primeros anos de primaria.

Si pensamos que la lectura es fundamental en el mundo actual, porque hay que insistir en la idea de que nuestras generaciones de alumnos requerirán una permanente educación formal a través de toda su vida (como ninguna generación anterior requirió), tenemos que mantener permanente énfasis en ella.

Por otra parte, la lectura cumple una función social, porque amplía visiones, abre mundos, lo que nos da una mejor capacidad para adaptarse a los cambios.

Podemos agregar, además, que la lectura cumple funciones informativas, instrumentales y recreativas, que son muy importantes y por ello, creo, que es hora de reflexionar en serio sobre este tema y asumir que si ella nos sirve a todos, debemos todos hacernos cargo de ella con los estudiantes.

Estas problemáticas no impiden la comunicación, sin embargo, es preciso pensar en alternativas de solución. A continuación, se presentan algunas de ellas.

La primera opción consiste en designar un horario específico, donde los alumnos pongan en práctica actividades de escritura. Los días para llevar a cabo los talleres dependen de la organización de la escuela. El maestro hace la revisión de los trabajos realizados por los alumnos. En el taller, los errores identificados son dados a conocer, para luego proseguir con una explicación del por qué son incorrectos.

Esta alternativa, aún cuando puede funcionar, tiene inconvenientes, ya que, el sistema educativo de la SEP cuenta con un programa, que debe concluirse en un determinado tiempo. Así que, los horarios de clase para cada asignatura, están establecidos, por lo que no es posible implementar un nuevo taller.

Sin embargo, el deseo de mejorar la escritura de los estudiantes, hace posible contar con otra alternativa. La propuesta consiste en asesorías extracurriculares. Es decir, después del horario de clases (serian de 45 min. De 2:00 a 2:45 p.m.), el maestro dispone de ese tiempo más para trabajar con los alumnos que considere presentan mayores problemas. En las asesorías, el alumno tiene la oportunidad de prácticar la escritura y preguntar en caso de surgir con dudas. El maestro por su parte, brinda apoyo al educando, haciéndole ver sus errores y explicando en qué está mal.

La propuesta es viable siempre y cuando exista un deseo de superación por parte del alumno, y aspiración del maestro por lograr que sus alumnos mejoren. Esta alternativa tiene inconvenientes, por lo que, no puede llevarse a cabo. Primero, algunos maestros no están dispuestos a dedicar un poco más de su tiempo. Segunda, los alumnos se oponen a quedarse después de clase. Como ya se mencionó, se necesita disposición de ambas partes para que la propuesta sea posible. Tercero la SEP no tiene contemplado pagar a los maestros pagar estas horas extras.

Otra actividad que puede plantear el maestro, es la lectura. Ésta debe realizarse de acuerdo a temas de interés para los estudiantes. Con esta actividad, el alumno enriquece su vocabulario, detecta la forma correcta de escribir e incrementa su nivel de conocimiento. Esta solución es la más factible, ya que, así no se interrumpen actividades de otras materias, pero añado el alumno no esta acostumbrado a leer sino que lo hace a fuerza por que su maestro le exige y por pasar las materias.

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