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Parte De Una Recopilacion De Poemas

catatralaa22 de Octubre de 2011

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Alerta en Viet Nam

Información de la agencia Xich-Dao,

publicada en la prensa Nan Nign.

¡Preferible es morir que vivir como esclavo!

Mientras que en todas partes nuestras rojas

Banderas

De libertad ondean, mi desdicha en la cárcel me

Retiene

Y, al campo de batalla, ir a ocupar mi puesto no

Me deja.

Ho Chi Minh, Indochina Francesa

¡EMBRIAGATE!

Es preciso estar siempre Borracho. Todo consiste

en eso: es la única cuestión. Para no sentir la horrible

carga del tiempo, que aplasta tus hombros y te inclina

hacia la tierra, es preciso que te embriagues

Sin tregua.

Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud; de

lo que te plazca. Pero ¡embriágate!

Y si alguna vez en los escalones de un palacio,

sobre la hierba verde de un foso, en la soledad sombría

de tu habitación, te despiertas, disminuida ya o disipada

la embriaguez, pregunta al viento, a la ola, a las estrellas,

al ave, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime,

a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla,

pregúntale la hora que es. Y el viento, la ola, la estrella, el

ave, el reloj, te responderán:

-¡Es hora de emborracharse! Para no ser esclavos martirizados

del tiempo, embriágate embriágate, embriágate continuamente.

De vino, de poesía o de virtud; de lo que te plazca.

Charles Baudelaire, Francés.

Poema 20

(De Veinte poemas de amor y una canción desesperada)

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda, Chileno.

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