Pena

Caracteres.

Las penas se imponen con la intención de salvaguardar a la sociedad contra el crimen.

Pueden ser de carácter:

Carácter Intimidatorio: evitar el delito por el temor a la aplicación.

Carácter Ejemplar: servir de ejemplo no solamente al condenado sino al resto de la colectividad, sociedad entera.

Carácter Legal: debe cumplirse el concepto de legalidad, estar previamente establecida, no hay pena, sin ley previa.

Carácter Correctiva: debe proporcionar en el condenado una inserción positiva a la sociedad esto implica que el tiempo de la privación de libertad sea intervenida y se dote de herramientas para su reinserción.

Carácter Personal: debe cumplirla a quien se le impone la pena, a quien se le concede.

Carácter Variado: primero cantidad o modalidades (calidad), debe haber varias posibles sanciones de imponer ajustadas a lo impuesto.

Segundo debe haber variación en las condiciones de cumplimiento:

Que no se cumpla unitariamente sino que haya cambio.

Carácter Proporcionar al delito; Que responda a las gravedades del hecho delictivo.

Naturaleza.

Es común vincular al Derecho Penal exclusivamente con la prisión y poco se habla del alcance, naturaleza y fines de otras penas y medidas de seguridad, seguramente porque se desconoce que la prisión tiene la naturaleza de una pena privada, en tanto que la medida de seguridad conocida como sanción pecuniaria, por ejemplo, tiene la naturaleza de una pena pública.

Esta confusión generalizada pone de manifiesto que cuando la persona sentenciada recupera su libertad, porque cumple su condena, o bien enfrenta un proceso penal encontrándose libre, la medida de seguridad que en su caso se le aplique parece perder importancia, lo cual constituye un error ya que la aplicación de una medida de seguridad parte de la premisa de que toda libertad externa o social del individuo, se justifica, en última instancia, en la posesión de una libertad interna o ética, regida por la autodeterminación ética del individuo, sin la cual éste no puede reclamar su libertad externa o social, máxime que la aplicación de una pena o medida de seguridad sólo corresponde apreciarla y aplicarla al juez y no a la sociedad. En consecuencia todo aquel que se encuentre acusado de un ilícito penal y pretenda ponerse en manos de la sociedad para ser juzgado, lo único que propone es pretender eludir a la autoridad facultada para aplicar penas y medidas de seguridad, que en este caso sólo es el juez y nunca la opinión pública o la sociedad.

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