Perfil Del Docente De Educación Inicial
Dairubys28 de Mayo de 2012
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Introducción
La doble faceta de docente e investigador del profesor exige una correcta preparación tanto para la adquisición de conocimientos y actualización de los mismos como para el desarrollo de nuevas habilidades y destrezas exigibles en una sociedad en permanente cambio. Este trabajo ofrece un estudio de las nuevas competencias docentes y de cómo su desarrollo profesional se encuentra sometido al influjo de la sociedad de la información y la comunicación. Asimismo se reclama la capacitación de los profesionales de la educación en el dominio y explotación didáctica de las nuevas tecnologías tras reconocer que con su auxilio se puede lograr la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje en sintonía con los cambios que hoy se operan en la sociedad y en el individuo.
El creciente desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el acelerado cúmulo de información y la omnipresencia de las comunicaciones en el entorno social, contribuyen a que en el ámbito educativo se lleven a cabo las necesarias transformaciones para adecuarse a una sociedad en estado de cambio permanente, con nuevas necesidades y valores.
No cabe duda de que las nuevas tecnologías están transformando la ecología del aula y las funciones docentes, y estos cambios están induciendo una mutación sistemática en las teorías y en las prácticas didácticas. El desarrollo tecnológico actual nos está situando ante un nuevo paradigma de la enseñanza que da lugar a nuevas metodologías y nuevos roles docentes.
Un profesional comprometido con la educación deberá actuar, en consecuencia, preparando a las nuevas generaciones para convivir con los medios desde una formación que promueva la participación y reflexión crítica en su uso e interpretación. No podemos seguir enseñando a las generaciones del futuro con las herramientas que formaron parte de nuestro pasado.
Perfil del Docente de Educación Inicial
El maestro y la maestra del subsistema de Educación Inicial Bolivariana, se caracteriza por enfatizar el amor y el respeto cotidiano; así como por su alta capacidad de expresión de sentimientos, sensibilidad e interacción social. Es un profesional que está consciente de su vocación para el ejercicio de la docencia, congruente en su sentir, pensar y actuar; con altos niveles de conciencia y responsabilidad, tanto de sí mismo y sí misma como de la realidad física y social donde se encuentra.
Además, es una persona poseedora y promotora de una conducta ética, moral, social y cultural cónsona con los valores locales, regionales y de la nacionalidad venezolana; así como de habilidades para comunicarse con el colectivo comunitario, en tanto posee una sólida conciencia.
En definitiva, se trata de un maestro y una maestra que sea capaz de:
• Promover las relaciones interpersonales con los niños, niñas, adultos y adultas involucrados en el proceso educativo.
• Relacionarse con sentido de equidad y justicia social en la aceptación, comprensión y respeto de la diversidad personal y cultural del niño, niña y su familia.
• Atender diferenciadamente las potencialidades de los niños y las niñas.
• Emplear herramientas personales y conocimientos para facilitar el trabajo interdisciplinario, en pro de la atención integral del niño y la niña.
• Demostrar una actitud para el trabajo grupal, utilizando un sentido cooperativo y solidario.
• Promover el diseño en colectivo de proyectos sociales y comunitarios que propendan al desarrollo endógeno y a elevar la calidad de atención de los niños y las niñas.
• Asumir una actitud crítica, reflexiva y transformadora permanentemente en su práctica pedagógica.
• Actuar con sensibilidad y responsabilidad en la preservación y conservación de los recursos naturales y sociales.
Los maestros por definición, son los protagonistas principales del cambio educativo. Sin su compromiso este acontecimiento no es posible. Los maestros detrás de los principales factores que lo dinamizan, son los actores de las prácticas pedagógicas innovadoras. En ese contexto, el maestro en forma general propicia los espacios instruccionales y los estímulos para que el niño aprenda e impulsa el proceso educativo. Así mismo, apoya y potencia el cambio educativo.
El maestro es el líder y promotor social que actúa en función de la nación, por tanto tiene la ardua tarea de renovar el pensamiento, planificar el futuro del educando y de la sociedad, razón por la que debe entregar lo mejor de su espiritualidad, desenvolviéndose como gestor del movimiento de transformación educacional y nacional. Debe ejercer, por lo consiguiente, una acción revolucionaria que caldee los espíritus, rompa la indiferencia y tenga un amanecer magnifico, concretar la libertad del hombre, lo que quiere decir, ajustar el proceso educativo a la ideología del Estado venezolano, la cual debe surgir de los ciudadanos, los hechos y las necesidades de la patria.
Desde esa perspectiva, el maestro es constructor de futuro social, viabilizador de la convivencia, quien debe proporcionar la participación social de las familias en las comunidades. Es un líder. El maestro de educación inicial de Venezuela “es un docente que se le considera mediador de experiencias de aprendizajes, quien centra su labor en la realización de procesos, mediante el cual deberá generar interacción social” (Ministerio de Educación y Deportes, 2003), para producir conocimientos. Actúa en dos ámbitos integrados: la escuela y ambiente socio-cultural (integrado por la familia y la comunidad).
Esa concepción del educador, está vinculada al concepto de desarrollo, zona de desarrollo próximo, formulada por Vigotsky (1973), el cual permite estimar las diferencias entre el desarrollo psicointelectivo y los procesos de desarrollo realizado. El maestro de educación inicial, en esta perspectiva, enfatiza la comprensión y significación, como factores fundamentales de aprendizaje, cuyo trabajo laboral debe estar orientado a superar el memorismo, para lograr aprendizajes significativos, orientando el que los niños aprendan a conocer, hacer, convivir.
De acuerdo con el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (2003), el perfil del educador de educación inicial está centrado en las dimensiones:
1. Personal: asociada al pilar del conocimiento aprender a ser, lo que implica que el maestro deba situarse en el contexto de una democracia genuina, desarrollando carisma personal y habilidades para comunicarse.
2. Pedagógica-profesional: vinculada con el aprender a conocer y hacer e implica que el educador debe conocer la cultura general y local. Debe influir sobre el entorno escolar.
3. Social cultural: vincula el aprender a convivir, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas.
Características personales del Docente de Educación Inicial
-Salud física y mental, lo que favorece el desempeño eficiente de la función docente. Cuidado de su apariencia personal. Con estabilidad emocional. Seguridad en sí mismo, firme y con autoestima.
-Manifestaciones de un adulto que enfatice el amor y el respeto cotidiano, con alta capacidad de expresión de sentimientos, con gran sensibilidad e interacción social.
-Expresividad, con capacidad para la comunicación verbal, corporal y escrita; aunada a la capacidad de escuchar.
-Capacidad de dar y recibir afecto, a fin de contribuir al desarrollo de la inteligencia emocional de los niños y las demás personas con las que interactúa en su quehacer profesional.
-Paciencia, sensibilidad, alegría y espontaneidad en su quehacer cotidiano.
-Empatía, que favorezca la compresión del otro y el abordaje efectivo de las diferencias individuales.
-Congruencia en su sentir, pensar y actuar.
-Capacidad de aceptar y formular críticas, lo que implica una condición de humildad y de pensamiento flexible que le permite la auto evaluación y la valoración adecuada del trabajo de los demás.
-Conciencia de la voluntad y autodisciplina para cumplir y colaborar en las tareas encomendadas.
-Disposición para tomar decisiones con autonomía, independencia y auto responsabilidad, potenciar su desarrollo personal, y, en consecuencia, propiciarlo en el niño.
-Dé una conducta ética, moral, social y cultural cónsona con los valores nacionales, regionales y locales, lo que capacitan para promoverla.
-Equidad y garantía de la justicia social.
-Apertura a las creencias religiosas y filosóficas particulares de las personas con las cuales le corresponde actuar.
El profesional es una persona que:
• Tiene una ocupación con la cual está comprometido;
• Tiene una motivación e inclinación por su carrera y la mantiene durante toda su vida;
• Posee y domina, como resultado de un proceso largo de formación, conocimientos y habilidades;
• Usa sus conocimientos en función de los beneficiarios;
• Posee un sentimiento especial por la contribución que brinda;
• Es experto en el área específica en que fue preparado;
• Puede agruparse en asociaciones para satisfacer necesidades de la población a la que presta sus servicios;
• Asiste a eventos y mantiene contactos diversos con sus colegas para beneficio del oficio.
Al analizar todas estas ideas se observa que estas también han de cumplirse cuando se trata de un profesional de la educación, añadiendo que en el caso de la profesión pedagógica, por la función social del educador,
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