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Poemas: pido perdón a Dios, pero no al hombre

mirianaliciaTutorial19 de Agosto de 2013

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POEMA 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

LAS REDONDILLAS

Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón,

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual

solicitáis su desdén,

¿por qué queréis que obren bien

si la incitáis al mal?

Cambatís su resistencia

y luego, con gravedad,

decís que fue liviandad

lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo

de vuestro parecer loco

el niño que pone el coco

y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,

hallar a la que buscáis,

para pretendida, Thais,

y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro

que el que, falto de consejo,

él mismo empaña el espejo,

y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén

tenéis condición igual,

quejándoos, si os tratan mal,

burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis

que, con desigual nivel,

a una culpáis por crüel

y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada

la que vuestro amor pretende,

si la que es ingrata, ofende,

y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena

que vuestro gusto refiere,

bien haya la que no os quiere

y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas

a sus libertades alas,

y después de hacerlas malas

las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido

en una pasión errada:

la que cae de rogada,

o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,

aunque cualquiera mal haga:

la que peca por la paga,

o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis

de la culpa que tenéis?

Queredlas cual las hacéis

o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,

y después, con más razón,

acusaréis la afición

de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo

que lidia vuestra arrogancia,

pues en promesa e instancia

juntáis diablo, carne y mundo.

PATRIA EXACTA" DE OSWALDO ESCOBAR VELADO

Esta es mi Patria:

un montón de hombres; millones

de hombres; un panal de hombres

que no saben siquiera

de donde viene el semen

de sus vidas

intensamente amargas.

Esta es mi Patria:

un río de dolor que va en camisa

y un puño de ladrones

asaltando

en pleno día

la sangre de los pobres.

Cada Gerente de las Compañías

es un pirata a sueldo; cada

Ministro del Gobierno Democrático

un demagogo

que hace discursos y que el pueblo

apenas los entiende.

Ayer oí decir a uno de esos técnicos

expertos en cuestiones

económicas; que todo

marcha bien; que las divisas

en oro de la patria

iluminan las noches

de Washington; que nuestro crédito

es maravilloso; que la balanza

comercial es favorable; que el precio

del café se mantendrá

como un águila ascendiendo y que somos

un pueblo felíz que vive y canta.

Así marcha y camina la mentira entre nosotros.

Así las actitudes de los irresponsables.

Y así el mundo ficticio donde cantan

como canarios tísicos,

tres o cuatro poetas,

empleados del Gobierno.

Digan, griten, poetas del alpiste.

Digan la verdad que nos asedia.

Digan que somos un pueblo desnutrido.

Que la leche y la carne se la reparten

entre ustedes

después que se han hartado

los dirigentes de la cosa pública.

Digan que el rábano no llega

hasta las mesas pobres; que diariamente

mueren cientos sin asistencia médica

y que hay mujeres que dejan

la uva de su vientre

a plena flor de calle.

Digan que somos lo que somos

un pueblo doloroso,

un pueblo analfabeto,

desnutrido y sin embargo fuerte

porque otro pueblo ya se habría muerto.

Digan que somos, eso sí, un pueblo excepcional

que ama la libertad muy a pesar del hambre

en que agoniza.

Yo grito, afirmo y aseguro:

En todas partes donde vivo, el cerro.

En todas partes donde canto, el hambre

El hambre y el dolor junto a los hombres.

La miseria golpeándoles la vida

hasta quebrar el barro mas cocido del alma.

Y a ésto amigo se le llama Patria

y se le canta un himno

y hablamos de ella como cosa suave,

como dulce tierra

a la que hay que entregar el corazón hasta la muerte.

Mientras tanto al occidente de la casa que ocupo

hay una imagen encaramada en el mundo

(¡mayor razón para que viera claro!)

y allá junto a sus pies de frío mármol

una colonia alegre

se va en las tardes

cantando, a los cinemas

Bajo la sombra de "El Salvador del Mundo"

se mira el rostro de los explotadores.

Sus grandes residencias con sus ventanas que cantan.

La noche iluminada para besar en Cadillac

a una muchacha rubia.

Allá en el rostro de la Patria, un gran dolor

nocturno: allá y yo con ellos, están los explotados.

Los que nada tenemos como no sea un grito

universal y alto para espantar la noche.

Allá las mesa de pino; las paredes

húmedas; las pestañas de las tristes candelas;

la orilla de un marco de retrato

apolillado; los porrones

donde el agua canta; la cómoda

donde se guardan las boletas

de empeño; las desesperadas

camisas; el escaso pan junto a los Lunes

huérfanos de horizontes; el correr

de los amargos días ; las casas

donde el desahucio llega y los muebles

se quedan en la calle

mientras los niños y las madres lloran.

Allá en todo ésto, junto a todo ésto,

como brasa mi corazón

denuncia al apretado mundo

la desolada habitación del hombre que sostiene

el humo de las fábricas.

Esta es la realidad.

Esta es Mi Patria: 14 explotadores

y millones que mueren sin sangre en las entrañas.

Esta es la realidad.

Yo no callo aunque me cueste el alma

Verdades amargas

Yo no quiero mirar lo que he mirado

a travéz del cristal de la experiencia,

el mundo es un mercado en que se compra

amor, voluntad y conciencia.

Amigos... es mentira... no hay amigos,

la verdadera amistad es ilusión,

ella cambia, se aleja y desaparece,

con los giros que da la situación.

Amigos complacientes sólo tienen

los que disfutan de ventura y calma,

pero aquellos que abate el infortunio,

sólo llevan tristezas en el alma.

En éste laberinto de la vida,

donde tanto domina la maldad,

todo tiene su precio estipulado,

amores, parentesco, y amistad.

El que nada atesora, nada vale,

en toda reunión pasa por necio;

y por nobles que sus hechos sean,

lo que alcanza es la burla y el desprecio.

Lo que brille nomás tiene cabida,

aunque brille por oro lo que es cobre,

lo que no

...

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