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Positivismo Y Geografia


Enviado por   •  7 de Julio de 2014  •  2.627 Palabras (11 Páginas)  •  388 Visitas

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Cuadro I

RASGOS ESENCIALES DE LA OPOSICION ENTRE "POSITIVISMO" E "HISTORICISMO"

Positivismo

Historicismo

Monismo metodológico (Unidad de la ciencia y el método científico)

Contraposición entre Naturaleza e Historia

Reduccionismo científico o naturalismo

Afirmación de la especificidad de las ciencias humanas

Nomotético

Idiográfico

Explicación

Comprensión

Conocimiento científico untiliza sólo la razón

Se valora el conocimiento empatético y el uso de facultades como la sensibilidad y la intuición

Predicción

Imposibilidad de realizar predicciones en las ciencias humanas

Ahistórico

Énfasis en el desarrollo histórico

Indiferencia axiológica

Valoración

Importancia de la teoría (tanto en los métodos inductivos, dominantes en el Positivismo del siglo XIX, como en los deductivos de mediados del siglo XX)

Métodos inductivos sin teorías previas

Empirismo

Idealismo (?)

En la ciencia geográfica la contraposición entre "positivismo" e "historicismo" fue, de hecho, apuntada ya, desde una posición positivista directamente ligada al círculo de Viena, por Fred K. Schaefer(44). Más recientemente está adquiriendo una gran difusión en la disciplina. Yo mismo he realizado un intento de interpretación de la evolución del pensamiento geográfico desde el siglo XIX utilizando como idea directriz la contraposición entre estas dos tradiciones(45). Pero al mismo tiempo otros autores han realizado igualmente propuestas semejantes(46).

Desde principios del siglo XIX la historia de la geografía podría interpretarse, en lo que se refiere a la evolución del pensamiento geográfico, como un movimiento pendular entre posiciones "positivistas" e "historicistas". Las primeras tendrían su origen en el período central de la Ilustración, en lo que César Ulises Moulines ha denominado fase protopositivista(47), y dominaría a mediados del siglo XIX y, otra vez, un siglo más tarde con el triunfo de la revolución cuantitativa. Las segundas impregnarían el romanticismo de principios del siglo XIX, la reacción antipositivista del Historicismo finisecular y del primer tercio del siglo XX, y aparecen nuevamente hoy en la reacción frente al neopositivismo de las geografías "críticas" y "radicales".

Tradiciones geográficas y movimiento pendular

Tal como creo haber mostrado en mi libro Filosofia y ciencia en la geografla contemporánea, este esquema interpretativo que destaca la oposición entre las actitudes positivistas e historicistas permite entender ciertos rasgos de la historia del pensamiento geográfico, que no resultan inteligibles desde otras perspectivas. En aquella obra apliqué el esquema a toda la evolución de la geografía durante los siglos XIX y XX, sin realizar ninguna distinción entre las diferentes tradiciones que pueden reconocerse en la definición de la disciplina. Trataré ahora de mostrar la validez del mismo para interpretar también la evolución de las ideas en cada una de las grandes tradiciones que anteriormente hemos identificado.

La figura 3 representa un intento de presentar de forma resumida los hitos fundamentales en el desarrollo de cada una de las tradiciones antes indicadas (física, corológica, paisajística, ecológica, espacial, y social o socio-espacial). Se han señalado en ella algunas influencias importantes (con línea discontínua) así como algunos movimientos de reacción frente a las ideas de ciertos geógrafos (línea contínua). También se ha situado cronológicamente, de forma aproximada, la línea de separación entre las fases de predominio de las concepciones positivistas e historicistas.

Figura 3 Positivismo e historicismo en las tradiciones geográficas

(Línea discontinua: influencias importantes de unos autores sobre otros; línea continua: oposición al pensamiento de un autor)

Sin duda en la difusión de una y otra posición pueden haberse experimentado desfases cronológicos entre las distintas tradiciones geográficas. En la figura se ha intentado destacar este hecho resaltando la pervivencia de la posición positivista en la tradición física -y concretamente en la geomorfología- donde, gracias al prestigio de la figura de William Morris Davis, los planteamientos de este carácter se mantuvieron todavía con cierta fuerza cuando ya dominaban en la geografía humana actitudes decididamente historicistas.

Seguramente en un análisis más matizado habría que introducir otras ondulaciones semejantes en las líneas de separación, pero para nuestro intento puede bastar ahora con el esquema gráfico que presentamos.

En general, creo que puede aceptarse que en cada una de las tradiciones geográficas antes identificadas ha existido un movimiento pendular que conduce al predominio alternativo de las actitudes positivistas e historicistas. Haré unos comentarios a título ilustrativo.

Dentro de la tradición corológica la obra de Ritter es bien representativa de la filosofía del romanticismo, mientras que la Geographie universelle, de Reclus (1876-1905) quizás haya que interpretarla -a pesar de las influencias ritterianas que, sin duda, posee-(48) dentro del ambiente positivista y evolucionista de mediados del siglo XIX. Desde fines de dicho siglo Hettner y Vidal de La Blache impulsan el estudio de la geografía regional desde una perspectiva neokantiana, espiritualista e historicista, que insiste en la singularidad de la región y en el carácter idiográfico del estudio. Durante la revolución cuantitativa la línea corológica sufrió una fuerte desvalorización y se subsume, en parte, en la línea espacial. Pero, en cambio, conoce un fuerte desarrollo desde presupuestos positivistas en el campo de la ciencia regional, El nuevo interés que existe hoy por la obra de Vidal y por la concepción regional en general -y que se traduce en la aparición de libros como el A. Buttimer (1971)- refleja el cambio de énfasis que

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