Prevenir La Receta Para Prevenir Las Malas Notas

Los especialistas aconsejan fortalecer el diálogo con la escuela y monitorear el rendimiento escolar de los chicos todo el año

Los padres suelen ir al colegio sólo en diciembre, cuando los adolescentes ya se fueron a examen

Se deben aplicar medidas consensuadas con los docentes

Qué se puede hacer

No hay que esperar hasta fin de año para prevenir el mal rendimiento de los adolescentes en el colegio.

Cada vez son más en el secundario los alumnos que se llevan por lo menos cinco materias a marzo -el mes último había en esta ciudad 15.525 chicos en riesgo de repetir por tener que rendir más de dos asignaturas- y el mejor modo de evitarlo es ayudar a que los chicos asuman sus responsabilidades desde temprano.

En eso coinciden distintos especialistas consultados por LA NACION. Si bien todos aclaran que no existen recetas mágicas, hay medidas preventivas que se pueden aplicar a lo largo del año y evitar que en diciembre los chicos vuelvan a quedar al borde del abismo.

Entre los consejos más apropiados que se pueden sugerir a los padres de chicos adolescentes, los especialistas recomiendan conversar con ellos sobre los problemas en la escuela, establecer un buen diálogo con el colegio, no desautorizar al profesor en el hogar, saber poner límites a tiempo, desarrollar el sentido de la responsabilidad y asegurarles, en lo posible, un espacio y un tiempo para su estudio.

Responsabilidad del colegio

"Hay que averiguar por qué les va mal en el colegio", apuntó la doctora Silvina Gvirtz, directora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés y premiada el año último por la Academia Nacional de Educación por una investigación sobre cómo revertir la crisis de la educación argentina.

"Algunos papás culpabilizan muy rápidamente a los chicos y los castigan porque no estudiaron lo suficiente; pero hay alumnos que tal vez no comprenden lo que ven en clase y por eso les va mal", agregó la investigadora, al señalar que detrás de una mala nota se pueden esconder varias razones.

Las medidas por tomar en cada caso son diferentes. Dijo Laura Manolakis, directora de Educación de la Universidad de Quilmes: "Incluso cuando hay un tema de rebeldía, propio de la adolescencia, tampoco es bueno pegar el grito antes de ver cuál es el problema, porque no permite comprender qué pasa y trabajar en una solución".

Para poder hacer este diagnóstico es importante establecer un buen diálogo con la escuela y evitar descalificar al docente frente a los chicos. "Hay padres que recuerdan que sus hijos están en la escuela sólo en los momentos de exámenes. Si los padres trabajasen en una interacción más constante con la escuela estos temas se resolverían mejor", opinó Manolakis.

La doctora Gvirtz coincidió en que "los papás tienen que concurrir al colegio y hablar con el director y profesor de las materias en que presentan dificultades para entender cómo ven ellos el tema y qué consejos les dan para resolverlo".

Pero sostuvo que los padres no deben actuar solos. "Conviene que las medidas sean consensuadas con los chicos y con los docentes. Y luego, los padres tienen que monitorear la situación, hacer un seguimiento", explicó la reconocida especialista.

Agregó que la presencia de la familia en el colegio es fundamental, no porque vaya a solucionar por sí misma todos los problemas, sino porque son ellos los que tendrán que interactuar con su hijo para encarrilar la situación.

La profesora María Nieves Tapia también opinó que siempre lo mejor es acercarse a la escuela.

Esto se complica, según reconocieron varios especialistas, en momentos en que los adolescentes previenen a los padres para que no vayan a la escuela "porque yo soy grande y me las arreglo". Pero es fundamental asumir el rol de padres y ser capaces de poner límites a tiempo. "Hoy, por no ser autoritarios hemos caído en una relación de compinches con los hijos", dijo Manolakis.

La misión del adulto

Para Graciela Pisano, rectora del Master College, de Belgrano, el tema es preocupante. "Muchas veces al chico le falta un adulto que le diga que no. Para que pueda crecer y desarrollarse necesita de una autoridad atenta al diálogo, pero también firme", precisó.

Para entender bien qué pasó es fundamental entablar un diálogo en serio con los hijos; lo mejor es un acercamiento frontal. "A menudo nos limitamos a un diálogo informal y sin mayor profundidad con nuestros hijos. Es necesario que éste vaya acompañado de un diálogo formal, en el que las cosas importantes se conversen serenamente, en un lugar y momento apropiado", sostuvo Julio Labaké, doctor en psicología social.

En este intercambio, además, es fundamental "respetar la personalidad del hijo y a la vez plantear los asuntos sin medias tintas, que generan más distancia que acercamiento", agregó el especialista.

Darles mensajes claros a los chicos y evitar los dobles discursos es también

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