Problematica

“La escuela ya no tiene nada que ofrecer”

La escuela parece haber perdido la capacidad de prometer.

Si hay un factor que ha contribuido al éxito de la escuela en nuestro país, ese ha sido la fuerte capacidad de promesa. La obligatoriedad escolar implico movilizar a la sociedad para que enviara a sus hijos a la escuela y al estado para que proyectara los recursos que garantizaban el funcionamiento y la continuidad de la actividad escolar.

Muchos tenían expectativas positivas puesta sobre la escuela, lo cual otorgaba un “piso” de credibilidad a la tarea, de interés y estímulo a cada participante de la cotidianeidad del aula.

Actualmente, buena parte de aquellas expectativas han desaparecido, porque la escuela no puede prometer progreso económico ni reconocimiento social al distribuir sus credenciales educativas: ni ser médico garantiza trabajo, ni terminar el secundario o polimodal supone un reconocimiento social significativo, por ejemplo. Sin embargo, también es claro que el no pasar por la escuela y el abandono temprano asegura fracaso y exclusión a los sectores que carecen de credenciales educativas. La escuela ya no asegura éxito social a los “exitosos” escolares, pero garantiza fracaso social a los “fracasados” escolares.

Por otra parte, en las definiciones políticas parece primero el interés en que la escuela “contenga” a los chicos y “retenga” a los adolescentes, porque la ausencia de la escuela es una vía hacia la inseguridad y el caos.

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