Proyecto hidráulica
olgacotua23 de Julio de 2013
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INTRODUCCIÓN
La ingeniería hidráulica es la rama de la ingeniería civil que se ocupa de planificar, proyectar, construir y operar las obras hidráulicas, entendiendo por estas últimas las obras civiles cuya función es captar, regular, controlar, transportar, distribuir, recolectar y disponer de las aguas o bien protegerse de ellas. En un sentido más específico se acepta que una obra civil tenga el carácter antes dicho, si sus dimensiones han sido establecidas tomando mayormente en consideración criterios y normas hidráulicas e hidrológicas.
En concordancia con la definición anterior, el objetivo de la ingeniería hidráulica es fijar las citadas dimensiones; sin embargo, para alcanzar ese objetivo se requiere frecuentemente de un proceso largo y complejo que consiste no únicamente en la aplicación de técnicas, criterios, normas y cálculos hidráulicos, o de las otras ramas de la ingeniería civil, sino que conlleva consideraciones de diversa índole, dentro de un marco conceptual de referencia más amplio.
Todo el conjunto de acciones que constituyen un proyecto hidráulico es indicativo de la complejidad que conlleva el proceso de su elaboración –planificación de proyecto –desde su origen hasta su culminación. Esta complejidad se refleja, entre otras cosas, en el conjunto de especialidades profesionales y sub profesionales cuyo concurso es necesario reunir para llevar adelante un proyecto de esta naturaleza. Estas especialidades irían desde los ingenieros hidráulicos y los de otras ramas de la ingeniería civil (sanitaria, estructural, suelos, vial y geotécnica), hasta los ingenieros agrónomos, eléctricos, mecánicos e industriales; y, también, los abogados, los economistas y los sociólogos, además del personal sub profesional de asistencia.
PROYECTOS HIDRÁULICOS
Definición y clasificación
Se define como proyecto hidráulico al conjunto de acciones acometidas por el hombre con el propósito de usar el agua con un fin o fines determinados. Al unir la descripción de los diferentes usos del agua con la definición anterior, se concluye que los proyectos hidráulicos pueden clasificarse así:
• Proyectos De aprovechamiento: de abastecimiento al medio urbano, de riego, hidroeléctricos, de navegación, de recreación, y de conservación y desarrollo de la fauna y la flora.
• Proyectos de protección: de disposición de aguas servidas, de drenaje urbano, de drenaje agrícola y de control de crecidas.
En la actualidad, la importancia de la calidad de las aguas va tomando tal trascendencia que se ha venido utilizando un tercer tipo de proyecto, denominados proyectos de manejo de la calidad de las aguas (3pl). En realidad, es prácticamente imposible encontrar un proyecto que tenga un sólo propósito u objetivo; aún en el caso en que todas sus acciones hayan sido concebidas en ese exclusivo sentido.
Por ejemplo, un proyecto de abastecimiento de agua al sustraerla de un río, afecta al régimen hidráulico de éste y a la vida animal y vegetal en él, o bien, el drenaje de un área bajo explotación agrícola puede tener acciones secundarias similares al anterior u ocasionar erosión del suelo, si no es apropiadamente proyectado. Estos ejemplos muestran que realmente todos los proyectos hidráulicos son de propósito múltiple; sin embargo, a los efectos de este libro se aceptan las siguientes definiciones:
• Proyectos de propósito único: Son aquellos donde existe un uso dominante, es decir, que es concebido con ese fin primordial donde los usos colaterales se aceptan como productos secundarios.
• Proyectos de propósito múltiple: Son aquellos donde existe más que un uso, pues su destino es cumplir con más de un propósito simultáneamente. Al definirse anteriormente los proyectos hidráulicos, se hizo referencia a un conjunto de acciones que le conforman.
Estas acciones podrían clasificarse en dos tipos generales:
• Físicas: Son las obras propiamente dichas, tanto hidráulicas como de otra índole.
• Complementarias: Son acciones de diversa naturaleza, que son necesarias de acometer para poder lograr los objetivos del proyecto. No son acciones físicas. Generalmente son medidas de carácter institucional y legal.
Alcance social y económico
El impacto social de las construcciones hidráulicas va a variar en función tanto de las características del proyecto que se trate como de las características concretas del medio social en el que se ubica. Un mismo tipo de proyecto puede producir un impacto diferente (mayor o menor) según se localice, pudiendo llegar incluso a cambiar la dirección o signo del impacto, es decir que en un lugar puede ser negativo mientras que en otro puede ser positivo. Pero también puede ocurrir que un mismo tipo de proyecto pueda disminuir dramáticamente el impacto social negativo con cambios en la dimensión, o en el diseño, o en la misma tecnología, o en el “estilo” de relación proyecto-sociedad. Esta diversidad de resultados es lógica puesto que el concepto de impacto viene referido al resultado directo de la interacción entre una acción (incluyendo su fase de proyecto como tal) y un espacio físico o social. Aún más, literalmente el impacto se podría visualizar como un vector de causa-efecto, pero el resultado final va a depender no solamente de eso, sino también de las relaciones indirectas o inducidas, de las sinergias que se produzcan, de la duración y la distribución del impacto entre otros. Pero además, y atravesando todas esas variables consideradas, en la evaluación del impacto social (como del impacto ecológico por otra parte) interviene inevitablemente la valoración de su importancia relativa para los analistas y para la sociedad. En términos más generales podemos decir que la valoración del impacto ambiental trata de la estimación y la apreciación de la condición de una sociedad que está siendo transformada por las aplicaciones a gran escala de la alta tecnología.
Este planteamiento preliminar nos sirve para darnos una idea inicial de la importancia que tiene una buena evaluación del impacto social. Decíamos entonces que se trata de la interrelación entre el proyecto y el medio en el que se ubica. Pero para su correcta evaluación necesitamos mayor concreción.
Procedemos entonces a una desagregación de ambos a niveles significativos para el análisis de impacto. Las construcciones hidráulicas las vamos a distinguir en
1) Embalses
2) Canales de riego y trasvases
3) Canalizaciones de ríos o cambios de su curso
4) Depuradoras
5) Centrales hidráulicas
6) Espigones en el mar,
7) Puertos,
8) Playas artificiales,
9) Lagos artificiales,
10) Pozos de extracción de aguas subterráneas,
11) Otros.
Como se ve, la intervención humana sobre el recurso agua es fuerte. Son proyectos bien diferentes que conllevan una tipología de acciones muy diversas, por lo que aquí nos centraremos sólo en algunos: los embalses, las centrales hidráulicas y las canalizaciones o cambios en el curso de los ríos.
El medio social también debemos proceder a desagregarlo en subsistemas y elementos manejables. La lista sería larga incluyendo el empleo, el balance fiscal de la hacienda local, los usos del suelo, los sistemas de propiedad y tenencia de la tierra, las infraestructuras y servicios de agua, energía, viarias, transportes, de incendios, comercio, los aspectos de riesgos y salud, el sector de la vivienda, las infraestructuras recreativas y los lugares recreativos informales, las referencias geográficas tradicionales... En síntesis habría que analizar
1) La población, como base demográfica
2) El lugar, es decir el área geográfica, en cuanto a sus recursos naturales básicos y base biofísica
3) La base económica, y
4) La estructura social y cultural. Todo ello planteado desde una visión global histórica del área, que permita valorar el impacto social en perspectiva.
Para evaluar el impacto social habrá que considerar no sólo el medio social como tal, sino también el impacto social de los impactos en el sistema biofísico afectado. Es la interconexión de ambos sistemas (el biofísico y el social) el que nos interesa especialmente. No es posible entender el estado del medioambiente físico sin conocer las bases históricas del desarrollo económico de la zona que se trate. No hay forma de explicar muchos de los procesos de poblamiento y de desarrollo económico y social de determinadas zonas sin conectarlo con su base de recursos naturales.
Por último pasamos a la tipificación del impacto, que por simplificar lo clasificamos en positivo o negativo, aunque a veces puede ser difícil de evaluar a priori el sentido que tiene. Pero tan importante como la dirección de ese impacto es su magnitud, duración, distribución del impacto y, desde luego, su nivel de posibilidad de corrección y control.
Todo ello, entre otros, son elementos que nos van a permitir caracterizar la importancia o el alcance que puede llegar a tener ese impacto.
Es necesario detenernos en estas precisiones metodológicas ya que son en definitiva ese tipo de informaciones las que nos van a aportar elementos concretos en todos sus matices para una correcta evaluación y toma de decisiones.
Pocos ven la otra faceta de este instrumento, la información que aporta muy útil para una mejor toma de decisiones, y las oportunidades que el nuevo proyecto pudiera llegar a presentar, bien dirigido y aprovechado, para la mejora de ciertas condiciones socioeconómicas e incluso biofísicas de la zona en que se va a ubicar y también del propio
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