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Puericultura


Enviado por   •  27 de Diciembre de 2013  •  4.231 Palabras (17 Páginas)  •  267 Visitas

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En una sociedad signada por el aceleramiento, el estrés ocupacional, hogares disfuncionales, instituciones educativas alejadas de la realidad social, entre otros factores desencadenantes, se observan actualmente niños y niñas con necesidades extremas de cuidado, apoyo y seguimiento en todas las áreas de crecimiento. Infantes desnutridos, inestables emocionalmente, con conductas agresivas y violentas, proyectan un contexto psicosocial con abundantes carencias.

A lo anteriormente planteado, se une la gran tasa demográfica sobre todo aumentada por jóvenes menores de edad, que aun no internalizan la importancia de ser padres, generando conflictos familiares y sociales que a la final perjudica en demasía a ese pequeño ser que llegó al mundo sin pedirlo. Es así como una cantidad de factores negativos se van gestando en contra de esa nueva vida, coartándole la posibilidad y oportunidad de desarrollarse de forma sana y estable, en un mundo de grandes cambios como el de hoy.

De lo antes expuesto, surge la necesidad de volver a los tiempos de antaño, donde el cuidado de las y los infantes, era de primera necesidad para padres, madres, abuelos y parientes en general, quienes celebraban el nacimiento y adquirían el compromiso de dedicarse todos juntos a la protección de ese bebe, desde los primeros días de gestación, cuando la madre como protagonista principal comenzaba la tarea de protegerse a sí mismo.

De allí que surja la Puericultura, definida como la disciplina que estudia el cuidado integral del niño y niña desde su gestación, para garantizar el óptimo desarrollo y crecimiento. En palabras de Álvaro (2005, p. 45), “La experiencia del nacimiento indudablemente dejará huellas imborrables en el ser humano; por tanto una adecuada Puericultura natal se constituye en una de las bases fundamentales del crecimiento y desarrollos futuros”. De manera que quienes tienen a su cargo la responsabilidad de tratar con niños y niñas en diferentes contextos, madres, padres, familias, docentes, médicos, entre otros, deben enfocar sus estudios y reflexiones hacia esta disciplina para lograr mejoras sustanciales en el desarrollo de los infantes.

Sin embargo se observa que aunque la puericultura forma parte esencial de las disciplinas para el desarrollo de niños y niñas, ha sido olvidada en los últimos tiempos, por el desajuste familiar y social que se destaca al principio del presente ensayo. Este desenfoque respecto al deber ser en la crianza de los niños y niñas, tiene una cantidad de causales enunciadas por Fernández y De Lama() al citar que:

En los últimos 20 años, la relación entre la sociedad y el niño ha variado profundamente en nuestro medio cultural. El abandono masivo de la actitud femenina como exclusivamente doméstica, con su incorporación al trabajo “fuera de casa”, desembocó en una menor relación horaria con sus hijos de edad preescolar, dejándolos al cuidado de personal mercenario, vecinas, abuelas, en las primeras etapas de este cambio social, para ir sustituyendo a sus cuidadoras posteriormente por personal de guarderías y “sucedáneos”, con la ventaja de la relación con otros niños, cuando ella era limitada previamente y con el inconveniente en algún caso, del excesivo tiempo fuera del ámbito de la relación afectiva familiar: lugar natural de desenvolvimiento para la vida del niño. (p. 4).

Por consiguiente, el papel de la madre primera especialista en puericultura, fue desplazado por personas que si bien asumían el trabajo algunas veces con agrado, no eran los más idóneos para llevarlo a cabo, ya que en los primeros años de la infancia el contacto de los niños con sus padres y en especial con sus madres es vital.

En tal sentido, la responsabilidad al respecto empieza a recaer en la escuela, y es de suma importancia que todos los profesionales de la docencia en los primeros seis años de vida de los individuos, entiendan y asuman la puericultura más que un cumulo de conceptos, una serie de herramientas que le ayudarán en su práctica pedagógica.

De manera que, para el docente conocer y valorar tópicos de puericultura, tales como: cuidados del recién nacido, y niños y niñas en edad preescolar, vacunación, crecimiento y desarrollo, alimentación balanceada, enfermedades contagiosas y virales, el llanto, las conductas, bajo rendimiento escolar, el juego, entre otros. Al respecto Bastidas,(2006) señala:

En la etapa comprendida entre los dos y seis años, conocida como edad preescolar, los niños alcanzan más autonomía, desarrollan la iniciativa y consiguen otros logros como las destrezas motrices, el mayor desarrollo del pensamiento, la mejor comunicación verbal y gestual y la capacidad de compartir con otros, construidas con el acompañamiento inteligente y amoroso que se les brinde. Algunos de los elementos importantes que los adultos deben tener en cuenta para hacer este acompañamiento son el juego, los hábitos higiénicos, el control de esfínteres, los hábitos de sueño, la disciplina y el jardín infantil. (p.3).

En relación a lo anterior, el docente de educación inicial, está comprometido a estudiar cada uno de los niños en sus diferentes etapas, con la única finalidad de direccionar los diferentes momentos pedagógicos en función de las necesidades de sus estudiantes persiguiendo logros significativos que afiancen los aprendizajes y coadyuven a la aprehensión de los mismos.

Cabe destacar, que en el ámbito educativo, también es menester, que dentro de las universidades que forman docentes para las edades comprendidas de cero a seis años, la puericultura se convierta en una materia base, que oriente al futuro maestro en todas esas características básicas necesarias para su desenvolvimiento dentro del espacio escolar con sus estudiantes. Con base en esto, la articulación de los conocimientos con las prácticas diarias de los estudiantes en aulas de clase, garantizará todos aquellos logros educativos que en los primeros años se quieran alcanzar.

De manera que, estimular la puericultura debe trascender los limites de una materia teórica en las universidades, para pasar a ser el conjunto de experiencias vividas en la realidad, que le permitan al docente estimular todas las potencialidades de sus estudiantes, atendiendo sus diversidades, fortalezas y debilidades. Un niño sano y estable emocionalmente, podrá responder a todos los estímulos a los que se enfrente dentro y fuera del contexto escolar, esto debe constituirse en un reto para cada docente.

En una sociedad signada por el aceleramiento, el estrés ocupacional, hogares disfuncionales, instituciones educativas alejadas de la realidad

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