REFLEXIONES SOBRE FORMACIÓN DOCENTE

SEGUIR BUSCANDO, SEGUIR APRENDIENDO

Siempre recuerdo una clase de filosofía donde el profesor nos relató esta historia: en una caverna se encontraban un grupo de hombres, prisioneros de nacimiento, encadenados de forma tal que sólo podían mirar hacia el fondo de la cueva. Una hoguera y figuras manipuladas por otros hombres proyectaban en esa pared todo tipo de sombras. Para los prisioneros las sombras eran la única referencia del mundo exterior, esas sombras eran su mundo, su realidad. Uno de los prisioneros era liberado y se le permitía ver la realidad entera fuera de la caverna.

¿Qué tanto tiempo le tomaría acostumbrarse al exterior después de toda una vida de encierro? Posiblemente su reacción sería un profundo temor a la realidad ¿Podría entender lo que era un árbol, el mar, el sol? Asumamos que este hombre puede ver la realidad tal cual es y entender el gran engaño que era la caverna. Recuerdo que el profesor nos explicó brevemente las interpretaciones del mito en relación al conocimiento, la ilusión y la realidad, y cómo posiblemente estemos dentro de una gran caverna, que a su vez está dentro de otra, pero no cabe duda de la necesidad de ese hombre libre de regresar y compartirle al mundo lo que había visto.

Medios de comunicación, miles de libros, todos los discursos políticos, organismos internacionales, expertos, filósofos, páginas de internet; todos coinciden en la importancia de la educación. Se invierte en capacitaciones, mejoras en la estructura escolar, investigaciones. Se compran libros, netbooks, pizarras digitales. Se dictan cursos, suben salarios, bajan salarios. Se imitan modelos extranjeros, todo para mejorar la educación. Esto no evita que haya tantas escuelas como realidades sociales: escuelas marginales, para pobres, escuelas para obreros, profesionales, escuelas de clase media, escuelas públicas y privadas, escuelas para ricos, escuelas de la élite.

Gran parte de estas escuelas pretenden incluir y contener a la mayor cantidad de estudiantes, muchas otras se concentran en formar trabajadores de diferentes jerarquías y sólo unas pocas se dedican a los supuestos resultados de excelencia. Más allá de sus diferencias todas trabajan y aspiran a un ideal de escuela común.

¿Hasta qué punto esta escuela ideal nos ayuda a desarrollarnos individual y colectivamente? ¿Realmente este paradigma educativo busca que las personan tengan una buena calidad de vida y trabajen para la mejora de su comunidad? ¿Hay otro tipo de escuela que lo logre? ¿Hay alguna educación pensada con estos ideales? Esto me lleva a abrir las puertas de un mundo que desde mi experiencia es, en cierta medida, oculto.

Este ensayo es parte de un proceso que posiblemente no tenga fin, una pregunta que seguramente no tenga

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