Rasgos de personalidad clave

hacia los demás.

Pero algo que tiene en particular A. Allport es que no se puede hacer una generalización sobre la personalidad porque hay no hay una personalidad del ser humano, por esto definió un rasgo como una dimensión perdurable de diferencia de la personalidad y gracia a esta dimensión podemos diferenciar al individuo entre sí. Allport (1897-1967) hace una propuesta de unos modelos básicos sobre la personalidad, que este partió de la proposición de todo individuo tienen los mismos rasgos los cuales son: agresividad, ansiedad, sociabilidad y dependencia.

Para el dominio de estos rangos Allport plantea tres características para poder definir los rasgos que son básicos en la personalidad del individuo, los cuales los define como rasgos centrales, secundarios y cardinales.

Los rasgos centrales: estos son más comunes en la persona y más observables en su comportamiento, aunque no siempre sean tan evidentes como por ejemplo una persona violenta, tal vez no demuestre su comportamiento todo el tiempo. Según Allport solo necesitamos distinguir cinco o diez rasgos centrales para conocer suficientemente bien la personalidad del individuo.

Los rasgos secundarios: son caracteres que no constituyen una parte fundamental de la personalidad, pero estos están presente en ciertos momentos o circunstancias. Un ejemplo seria si una mujer que por lo general es callada, pero si en el transporte público un hombre la toca irrespetuosamente la mujer puede reaccionar de una forma muy agresiva o insultando al individuo.

Los rasgos cardinales: estos son atributos muy generales y tienen mucha influencia en todos los actos de la persona; por ejemplo sería el caso de una persona tolerante, cuyos rasgos los manifiestan continuamente.

Allport no está interesado en estudiar grandes grupos de persona ni de identificar las leyes generales de la conducta (el enfoque nomotético o dimensional del estudio de la personalidad, sino más bien en determinar lo que hace a un individuo “único” (el enfoque ideográfico o morfogénico). (Psicología, Diane E. Papila y Sally, pág.: 526).

La personalidad se puede admitir de dos formas: una puede ser innata y la otra adquirida.

Cuando hablamos de la personalidad innata se está hablando del temperamento ya que esta es una reacción reactiva y motivacional que expresa de manera particular de cómo cada individuo responde de manera particular a los eventos del ambiente. Además se puede entender el temperamento como combinación de rasgos genéticos, por los cuales los padres llegan a transmitir a los hijos a través de los genes de cierta forma de comportarse ante la sociedad. Ya que el temperamento de un individuo no desaparece del rasgo conductual, pero si el individuo puede manejar muy bien el temperamento ya que puede controlar,

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