Redacción Periodística

Vivimos en una época en la que la mayoría de la gente desea estar informada. El periodista es el profesional encargado de suministrar al público esa información de actualidad y, además, de interpretarla, de explicarle los antecedentes de los acontecimientos y sus posibles consecuencias.

Para desarrollar esa labor de seleccionar noticias, de valorarlas y de interpretarlas, el periodista posee unas cualidades. Según el retrato-robot del periodista ideal trazado por la Escuela de Periodismo de Columbia, el periodista debe ser:

Curioso: Debe interesarse por lo que pasó ayer y por lo que puede pasar hoy, y buscar las fuentes de lo que puede pasar mañana. Debe preguntarse siempre el por qué y el cómo de los hechos.

Preciso: El periodista ha de tener una especial sensibilidad para los detalles.

Atrevido: El periodista debe indagar, a pesar de las versiones oficiales. Ha de tener valor cívico para aceptar, tras la investigación, resultados contrarios a su ideología.

Agresivo: El periodista ha de ser agresivo en el sentido de que, en plena tragedia, ha de seguir preguntando.

Íntegro: El periodista ha de ser, por encima de todo, íntegro, y perseguir la veracidad, es decir, escribir los datos más correctos.

Con estas cualidades, el periodista desarrolla en la sociedad la función de comunicar .

Toda comunicación lleva consigo, de forma clara u oculta, una cierta intencionalidad de influir sobre los otros. Con cada comunicación se busca, en mayor o menor grado, influir. Pero entendiendo que el término influir significa informar. La información supone un cambio: el receptor adopta una actitud crítica o una actitud favorable a la información recibida.

La intencionalidad implícita en muchos textos informativos lleva una carga política. Por eso el periodismo es un pilar básico en el juego democrático. Por eso el periodista desarrolla una importante función social.

Como dice José María Desantes, la democracia necesita una instrucción permanente del ciudadano para que pueda conducirse precisamente como un ciudadano y no como un súbdito. La democracia exige una información previa para que el ciudadano pueda participar e intervenir en las decisiones públicas. Además, la democracia necesita una crítica posterior de los gobernantes y de los representantes.

El informador cubre estas tres exigencias de la democracia. El periodista tiene una misión informativa, una misión pedagógica y una misión crítica.

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