Reseña Urbanismo

Cuando tenía 10 años mi familia decide mudarse, ese evento no fue tan agradable ya que todas las cosas cambiarían, y así fue, fue entonces que pasaron los años y a la edad de 12 años, casi 13 entro a la secundaria, una secundaria que quedaba al principio a 10 min de mi casa, para mí esa temporada fue de mucho aprendizaje, de grandes amistades, de grandes momentos en el que uno va creciendo y percibe las cosas de otra manera, es entonces que durante 3 años asisto, pasando el tiempo me percataba de que como iba pasando de grado, salir de casa era más temprano, es cuando tu madre te grita, -apúrate que ya hay mas tráfico,- esas frases a veces no las percibes y solo sales corriendo. Desde entonces el tiempo no fue mi mejor aliado, y el trafico conspiraba en contra de mi, eso pensaba, cuando llegaba corriendo y al poco tiempo, casi segundos, cerraban la puerta.

Es así como mis regresos a casa se transformaban en un recorrido rodeados de arboles altos, llenos de pensamientos o reflexiones, mirando el atardecer color naranja jugueteando entre loa arboles, mis recorridos al llegar a casa se transformaban para mí en un recorrido de pensamientos de ver los arboles, de ver la lluvia cuando bajaba del cerro o de ver la gente corriendo por la avenida, esa gran avenida era el punto de referencia para muchos, para otros la glorietita como generalmente le decían, era su paisaje perfecto del recuerdo de quince años, cuando pasabas los sábados generalmente veías vestidos rosados y pompones, diría mi abuela, esas lindas quinceañeras que posaban junto con sus chambelanes.

Recuerdo con nostalgia cuando podía recorrer la avenida en camión o en auto, mirar aquel recorrido, incluso con un buen fondo musical en mi reproductor de música me relajaba antes de llegar a casa, prefería irme por avenida Luis Cabrera a subir por San Bernabé, ya que se me hacia una avenida amigable, no tan transitada, con un camellón central lleno de arboles.

Ahora nada de eso es, la construcción de la Supervía de paga implicaría la destrucción de uno de los camellones más bellos de la Delegación, mejor conocido como el Parque de las Novias y las Quinceañeras, y de cortar todos los arboles que se encontraban en el camellón.

Ahora aquel parque que ofreció por más de cuarenta años no sólo un hermoso lugar de descanso y contemplación, sino el más bello y natural de los paisajes para los novios el día de su boda, o las quinceañeras en tan especial celebración, desaparecerá.

Automovilistas y peatones hemos contemplado por años a elegantes y vistosos chambelanes flanqueando a las cumpleañeras, enmarcados todos con hileras de esbeltos cipreses.

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