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Respeto


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  Ensayos  •  1.326 Palabras (6 Páginas)  •  181 Visitas

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Enseñemos a nuestros hijos a ser respetuosos

HAY un refrán español que reza así: Cortesía de sombrero, hace amistades y no cuesta dinero. En muchas culturas, los hombres acostumbraban quitarse el sombrero al entrar en algún hogar o al intercambiar saludos. Este gesto se consideraba una muestra de educación y les ganaba el respeto de los demás. Así pues, la idea detrás del citado refrán es que la gente tiende a ser más considerada y amable con quien es cortés.

Da gusto ver a niños y jóvenes comportarse con cortesía. Un superintendente de circuito de Honduras que predica con hermanos de todas las edades comenta: “He visto muchas veces que las personas quedan más impresionadas con la conducta respetuosa de los niños que con cualquier cosa que yo pueda decir”.

Aunque hoy la cortesía está en vías de extinción, es muy práctico y beneficioso saber cómo tratar a quienes nos rodean. Además, la propia Biblia nos anima a comportarnos “de una manera digna de las buenas nuevas acerca del Cristo” (Fili. 1:27; 2 Tim. 3:1-5). Por eso es vital que enseñemos a nuestros hijos a respetar a los demás. ¿Cómo podemos lograrlo? ¿Y qué debemos hacer para que les salga del corazón?

Los modales se inculcan con el ejemplo

Los niños aprenden por imitación. Así que una de las mejores maneras de enseñarles buenos modales es mediante el ejemplo (Deu. 6:6, 7). Aunque es necesario que los padres hablemos continuamente con nuestros hijos sobre la importancia de ser corteses, es mucho más importante que nosotros mismos lo seamos.

Veamos el caso de Paula, que fue criada como testigo de Jehová en un hogar monoparental. El respeto se convirtió en parte esencial de su personalidad. ¿Por qué? “Mamá nos puso el ejemplo —responde ella—, así que la cortesía era algo natural para nosotros.” Por su parte, un padre cristiano llamado Walter explica cómo inculcó en sus hijos desde pequeños una actitud considerada hacia su esposa no creyente: “Les enseñé a respetar a su madre, y lo hice con el ejemplo, pues nunca hablaba mal de ella”. Walter crió a sus hijos en la verdad, pidiendo constantemente la ayuda de Jehová. ¿Qué resultados obtuvo? Hoy, uno de ellos sirve en una sucursal de los testigos de Jehová y el otro es precursor. Y ambos aman y respetan a sus dos padres.

La Biblia indica que Jehová “no es Dios de desorden, sino de paz” (1 Cor. 14:33). Él siempre actúa de manera ordenada. Los cristianos debemos esforzarnos por imitarlo en nuestro hogar. Algunos padres acostumbran a sus hijos a hacer la cama antes de ir a la escuela, recoger su ropa y ayudar con las tareas domésticas. Algo que los animará a conservar en buen estado su habitación y sus pertenencias será ver que el resto de la casa está limpio y ordenado.

¿Qué piensan nuestros hijos sobre lo que están aprendiendo en la escuela? ¿Les dan las gracias a sus maestros por la labor que realizan? ¿Lo hacemos nosotros? Los niños tienden a asimilar tanto la actitud de sus padres hacia las tareas escolares como su opinión sobre los profesores. Debemos enseñarles a expresar su agradecimiento por la ayuda que les dan, pues es una excelente manera de mostrarles respeto. Por supuesto, hay que reconocer la labor de todo aquel que nos preste un servicio, sea médico, empleado de una tienda u otra persona (Luc. 17:15, 16). Los jóvenes cristianos que se distinguen de sus compañeros de escuela por ser amables y comportarse bien merecen nuestras más sinceras felicitaciones.

En realidad, todos los miembros de la congregación deben ser ejemplares al tratar a los demás. ¡Qué bonito es ver en el Salón del Reino a los niños pedir las cosas con educación y dar las gracias! Durante las reuniones, los mayores debemos mostrar respeto por Jehová escuchando con atención. Así los pequeños tendrán un ejemplo que imitar. Los actos de cortesía que observen en el salón les enseñarán a tratar con respeto a los vecinos cuando vuelvan a casa. Este es el caso de Andrew, quien, con tan solo cuatro años, ya ha aprendido a pedir permiso cuando va a pasar entre dos adultos.

¿Qué más debemos hacer para inculcar

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