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Resumen Maquiavelo


Enviado por   •  11 de Julio de 2014  •  2.451 Palabras (10 Páginas)  •  264 Visitas

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LIBRO EL PRINCIPE DE MAQUIAVELO

INTRODUCCIÓN.

EL príncipe de Maquiavelo es un claro ejemplo de cómo debe gobernar la persona que está a cargo de un país o un estado. Es un libro de consejos políticos que muchos de los representantes a nivel mundial deberían de tomar en cuenta.

El príncipe es un libro clásico de la ciencia política y es reconocido como uno de los pilares del pensamiento político y de liderazgo también narra las costumbres políticas de la época y de la naturaleza del hombre.

Aquí surge la frase "El fin justifica los medios", que es una clara definición de que si buscas llegar a una meta no hace falta detenerse para pensar en los demás. Maquiavelo se considera hoy en día como un consejero sabio, inteligente, capaz de analizar cualquier circunstancia y modificar el transcurso de las decisiones por medio de sus consejos.

EL PRÍNCIPE DE MAQUIAVELO

Maquiavelo comenta que para conocer la naturaleza de los pueblos hay que ser príncipe, y para conocer bien a la de los príncipes hay que pertenecer al pueblo. Es como en un trabajo, para que el dueño o gerente conozca todas las áreas es necesario haber pertenecido a cada una de ellas, para que cuando llegue al puesto donde tenga que dar órdenes, lo haga firme, y sepa lo que hace falta para tener un buen funcionamiento.

En esta oración se habla de lo que hoy en día se comenta, "Como te ven te tratan", cuando uno desea conocer a un persona importante, ya sea para una junta de trabajo, presentación e incluso cuando conoces a una persona que te gusta, tratas de ponerte lo mejor que tienes en el armario y mentir para impresionar, muchas veces esto llega a complicar la relación porque una vez que adulteras alguna información tendrás que seguir con la mentira y recordar todo para que no te tachen de persona no confiable.

Todos los Estados, todos los dominios que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados. Los principados son, o hereditarios, cuando una familia ha reinado en ellos largo tiempo, o nuevos. Los nuevos, o son del todo, como lo fue Milán bajo Francisco Sforza, o son como miembros agregados al Estado hereditario del príncipe de los que adquiere. Los dominios así adquiridos están acostumbrados a vivir bajo un príncipe o a ser libres; y se adquieren con las armas propias o por las ajenas, gracias a la fortuna o por medio de la virtud.

De los las formas de principados me inclino más por "Los nuevos", se requiere de valentía e inteligencia para tomar un país que ya estaba acostumbrado a otra forma de gobernar, una planificación adecuada y tener en cuenta que las complicaciones apenas empiezan. Sin embargo analizaremos las diferencias del principado hereditario y del principado nuevo con más profundidad.

Parece que es más fácil conservar un Estado hereditario, acostumbrado a una dinastía, que uno nuevo, ya que basta con alterar el orden establecido por los príncipes anteriores, y a adaptarse con los acontecimientos después con los cambios que puedan producirse.

La costumbre es una arma fuerte, el humano le teme al cambio, a la incertidumbre, es por eso que se dice que "es mejor malo conocido que malo por conocer", por regla general, la persona que acaba de llegar trae cambios o modificaciones que beneficiara o perjudicara a las personas.

El príncipe natural tiene motivos y menos necesidad de causar agravios, es simple, el pueblo está acostumbrado a su forma de gobierno, mientras no le quiten atributos económicos o castigue de forma severa a la ciudadanía, el Estado seguirá conforme con el príncipe.

Las dificultades existen en los principados nuevos, y si no es nuevo del todo, sino como agregado a un conjunto anterior, origina un principado que podríamos llamar mixto. La dificultad consiste en que los hombres cambian con gusto de señor con la esperanza de mejorar, esta creencia los impulsa a tomar las armas contra él. De modo que tienes por enemigos a los que has ofendido al ocupar el principado, y no puedes conservar como amigos a los que te han ayudado a conquistarlo.

De los principados que se adquieren con armas propias se dice que son más o menos difíciles de conservar, según lo virtuoso que sea el príncipe. Algunos de los príncipes que no se convirtieron por el azar, sino por sus virtudes fueron Moisés, Ciro, Rómulo y Teseo.

De los principados que se adquieren como armas ajenas se dice que si te hacen favores eventualmente se te cobrara con un interés alto, es por eso que en esa época se debía pensar detenidamente si se aceptaba o se pedía ayuda a otro Estado.

En el caso del principado que se adquiere mediante crímenes o contrarias a la ley humana o divina. Algunos gobernantes de esa época conservaron su poder por la crueldad, pero se debe hacer una diferencia entre el buen uso de esta o el mal uso. Porque las injusticias se deben hacer de una sola vez para que hagan menos daño.

Del principado civil se comenta que es aquel ciudadano, no por crímenes ni violencia, sino gracias al favor de sus compatriotas, se convierte en príncipe de su patria, es decir, asciende con el favor del pueblo o de los nobles.

La fuerza del principado se considera que es capaz de sostenerse por sí mismos y en el caso contrario, si no tiene la suficiente fuerza para tener que pedir ayuda de otros. En el primer caso, se puede sostener por abundancia de hombres o de dinero, pueden levantar un ejército respetable y presentar batalla a quienquiera que se atreva a atacarlos.

Se considera que los hombres son enemigos de las empresas demasiado arriesgadas, y no puede reputarse por fácil la invasión a alguien que tiene su ciudad bien fortificada y no es odiado por el pueblo. Una de las obligaciones que tiene el príncipe es no ser odiado por el pueblo, porque en el caso de que lo sea se verá obligado a retirarse sin gloria.

En el caso de los hombres, está en su naturaleza adquirir obligaciones entre sí, tanto por los favores que se hacen por los que se reciben.

Para los principados eclesiásticos existen dificultades antes de poseer al estado, ya que se adquieren con virtud o con fortuna y se conservan sin la una o sin la otra. Estos príncipes son los únicos que tienen que Estados y no los defienden; súbditos y no los gobiernan; los Estados, a pesar de hallarse indefensos, no les son arrebatados, y los súbditos, a pesar de carecer de gobierno, no se preocupan, ni piensan, ni podrán sustraerse a su dominio, por consiguiente estos principados son los únicos seguros y felices.

Esto se debe, en teoría, a que están gobernados por leyes superiores,

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