Rojo amapola
weritaqueen20 de Abril de 2015
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ROJO AMAPOLA
Fausto Silva Torrescano había ganado una guerra sin haber disparada ni una sola arma de fuego. Hacía dos años que había conocido a María, una joven de 16 años, mientras él tenía 20,era hija del en ese momento fallecido reportero Joaquín Gómez- Vergara, razón por la cual tanto ella como su madre se encontraban de luto, sin embrago Fusto desde el primer día que la vio supo que ella sería su esposa tarde o temprano, la imagen de aquella señorita se sembró en la mente de este por su bella piel, sus cabellos y ojos negros, labios carnosos y de color natural rojo amapola, pese ser una niña mimada no era caprichosa, sino todo lo contrario muy serena, simpática , púdica e inocente.
Para Fausto hubiera sido fácil mover sus influencias para quedar bien presentado ante María, sin embrago sabía que tenía que esperar de lo contrario ella se vería ofendida y lo rechazaría de inmediato, por un momento se conformó con verla todos los domingos en misa, e investigando más sobre ella, por lo pronto sabía que se encontraba en edad de contraer matrimonio. Del padre de María tenía información valiosa, fue unos de los colegas más cercanos de Irineo Paz en la redacción de La patria, defendían a Juárez y la república y diplomático en Europa.
María y su madre llegaron a la ciudad tras la muerte de Don Joaquín, lo cual provoco ciertas habladurías sobre ellas, se dudaba de su honra y peor aún de su devoción católica, pero lo que más alegraba a fausto era que para llegar a María no tenía muchos contrincantes ya que los zopilotes que la rondaban habían sido rechazados. Para fausto María era una mujer diferente a todas las que conocía, ella le recordaba mucho a las jovencitas que se atrevían a desafiar a la sociedad y decidían estudiar, lo cual resultaba mucho más atractivo para él.
En 1895 fausto cursaba el último año de jurisprudencia, y aun así se encontraba sin rumbo ni vocación, la razón por la que estudio fue para complacer a su padre, quien tenía puestas todas sus esperanzas en él, la falta de vocación se debía a que tanto Fausto como sus amigos no tenían necesidad de trabajar sus padre les daban dinero para darse la gran vida en los bares, clubes e incluso para mal gastarlo en mujeres, a diferencia de otros de sus compañeros quienes tenían que conformarse con un trabajo miserable para poder solventar sus estudios . A él y sus amigos solo les interesaba vivir, pero María llego a cambiarlo todo, desde que la conoció solo podía pensar en las cartas que más tarde le escribiría.
Mientras tanto María vivía el luto por la muerte de su padre, se resignaba a vivir sin música, fiestas y vestir de negro como muestras de amor a su padre. Sin embargo había algo que la reconfortaba, en primer lugar sus sueños a futuro y sobre todo las apariciones de fausto, un joven a sus ojos muy esplendido, ágil e imponente de ojos casi verdes, siempre muy bien vestido, bigote negro y pelo entrecano., al principio no noto el interés de Fausto hacia ella ya que este era muy discreto, pero más tarde con las pláticas que tenía con su amiga Virginia Vigil se enteró de lo interesado que estaba aquel joven en saber acerca de ella y su situación, por otro lado había tenido la idea de convencer a su madre de crear un periódico para señoras, su madre en un principio se negó pero después de consultarlo con el señor Vigil se adentraron a la aventura que no tendría un buen final.
A NUESTRAS SUSCRIPTORAS
A pesar de los nervios que madre e hija sentían de ingresar al periodismo, su motivación no las dejaba caer, se sentían seguras de poder transmitir a otras mujeres una instrucción moral y sentimental que las ayudara a desempeñarse mejor en el hogar, incluirían cuidados para los bebes, recetas de cocina, así como también eventos de caridad, sin meterse en el tema de la política, después de varias tardes de sentarse en el jardín y pensar, lograron idear el periódico que querían al cual solo le faltaba un nombre, que finalmente fue bautizado como EL PERIODOCO DE LAS SEÑORAS.
A María se le ocurrió conseguir más colaboradores y la primera fu Virginia Vigil y Robles quien le ayudo a traducir algunos textos. En términos financieros contaban con algunos ahorros que habían hecho de la pensión de su padre, les alcanzaría por lo menos para mantenerse unos tres meses, confiaban que con toda la gente que conocían podrían incluir en su periódico el servicio de parteras, instructoras de piano, obstetricia, doctores, en fin. Además tenían la idea de crear una agencia de encargos, para ayudar a las señoras que no pudieran hacer sus compras personalmente, lograron tener contacto con personas de Baja California y hasta Guerrero.
A pesar de la emoción que mostraba su madre Doña Guadalupe, esta no se dejaba llevar por completo por la emoción ya que pensaba en todas las habladurías que se les vendrían encima, la primera que estaban necesitadas de dinero, y aunque María insistía en recordarle a las grandes mujeres periodistas que esta tanto admiraba, también recordaba todas las adversidades que tuvieron que enfrentar, pero su joven y entusiasta hija no la dejaba caer.
Lo primero que tenían que hacer era encontrar un local cerca de la Alameda para instalar su oficina, pero la búsqueda no fue fácil pues o el local era muy caro o estaba en un lugar no muy bien visto o muy lejos del centro donde se darían a conocer más rápido, sin embrago su amiga Rebeca Horcasitas las ayudo mucho ya que el señor Horcasitas les rento un local a precio accesible y en un lugar céntrico. En el momento en que María tuvo las llaves del local comenzó a imaginar cómo acomodaría su oficina, con dos escritorios uno para la directora y otro para la administradora, además deberían tener tijeras, un estante con libros, revistas y diccionarios, una mesa grande en donde se corregirían los textos, una lámpara, y ganchos para colgar los ejemplares de otros periódicos y cuando la imprenta comenzara a deja ganancias, se podrían realizar mayores mejoras.
De la administración se encargaría su tía , además hacían falta uno o dos mensajeros, y lo más difícil aun seria escribir las 16 páginas del periódico, María Mireles se encargó de la imagen principal del periódico, mientras se terminaba de escribir el prospecto del periódico. A pesar de que este se lanzó a cuatro mil señoras de la alta sociedad solo hubo respuesta de 369, la mayoría se vio ofendida por que una mujer decidiera salir de su casa para trabajar.
El luto estaba terminando y María podía recorrer las calles más libremente aunque ella se trazaba estrictamente un camino, disfrutaba del paisaje que atravesaba diariamente para ir de casa al trabajo aunque su madre no paraba de quejarse por el ruido de los tranvía, para María un progreso era poder realizar algo en menos tiempo sin embargo su madre añoraba los tiempos en que aún se escuchaban las voces humanas sin el ruido de las maquinas. La fecha de la publicación del periódica había llegado, a pesar de tener que enfrentarse a los hombres de la imprenta que no estaban acostumbrados a recibir órdenes de una mujer, todo marchaba bien, así como también llego a manos de María la primera carta de Fausto.
Ese día Fausto había encontrado a María en la calle, esta vez lucia muy distinta ya que no iba vestida de negro, discretamente busco su mirada y fue cuando decidió que sus demás asuntos podían esperar, tenía que mandar la primera carta a la voz de ya. Aunque también imaginaba la reacción de esta, ya que él estaba comprometido con la señorita Luisa Graff, otro asunto que debía resolver de inmediato, pues haciendo un recuento el ya no se sentía a gusto con ella, le aburría que solo pensara en tejer e ir a la iglesia, las visitas a su casa y con su familia eran sumamente aburridas, debía ingeniar un plan donde la joven no se viera afectada, además de enfrentar las burlas de sus amigos por enamorarse de María y sobre todo aprovechar la oportunidad que tenía para que su papa le consiguiera trabajo en el periódico, una forma de acercarse a María ahora que esta estaba escribiendo en el periódico de las señoras.
TELEGRAMAS
María tardo un par de días en responder en telegrama de Fusto ya que se encontraba bastante ocupada con su trabajo, pero en el primer momento que tuvo se sentó a escribir, ella se mantenía firme para marcar cierta distancia aunque en el fondo se moría de ganas de confesarle que también lo amaba, en el instante en que termino la carta ya la esperaban lo repartidores, así que mientras trabajaba uno de sus mozos llevaba la respuesta al Joven Fausto Silva. Para María era algo duro tratar de esa forma a Fausto pero saber que su apoyo al desarrollo femenino marchaba bien la reconfortaban, ese día fue muy agitado, y su vida cotidiana seria aún más ya que solo tendría cuatro días de plazo para que se llevara acaba la publicación de cada uno de sus semanarios.
Los primeros en felicitarlas fueron los señores Vigil, las suscriptoras iban abonándose poco a poco entre ellas Doña Carmen Romero Rubio, otra palmada de aliento la recibieron de Matilde Montoya la primera mujer médico, así cada vez María estaba más animada de escribir sus números en el semanario. En uno de sus diarios escribió” las leyes de la mujer casada”, aun así muchas mujeres se mostraban renuentes a leer sus publicaciones, ya que sus esposos no estaban de acuerdo, o decían que no necesitaban un instructivo para ser una buena esposa, o en todos ,los casos que no tenían tiempo, y no estaban de acuerdo con que la mujer trabajara.
Aun así en el periódico de las señoras hubo mejoras, se incluyeron varios textos que las mismas lectoras enviaban además de incluir un relato de Albertina Duchesse acerca del
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