SER MAMA JOVEN UN TROPIEZO O UN MOTOE

Sin duda alguna todas las niñas desde pequeñas planeamos nuestra vida pero que pasa cuando a mitad de tu camino atraviesas por una sorpresa “vas a ser mamá” ¿En qué piensas? ¿Ahora qué voy a hacer? Son una y mil preguntas las que desbordan de nuestra mente en las que se interponen sentimientos y emociones eso me pasó a mí.

Desde niña mis planes siempre fueron realizar todos mis estudios de manera satisfactoria, ayudar a mis papas en la casa cuando consiguiera un trabajo, tener mi casa, mi carro, casarme, viajar y disfrutar mi matrimonio y después tener hijos, esta era mi lista de cosas que tenía en mi plan de vida, pero un dia por la mañana desperté y me sentía muy mal, decidí ir al doctor, me hicieron varias preguntas en el consultorio, posiblemente podía ser una anemia o algún desgaste físico,

--pase le aremos un ultrasonido para descartar una de mis dudas. Me dijo el doctor, al principio me asuste y pensé en lo peor, estando ahí recostada el doctor puso algo frio en mi vientre ese frio me recorrió el cuerpo de miedo al no saber que estaban a punto de decirme, de pronto me dice el doctor ---escuche esto—me quede con un signo de interrogación en mi cara y dije –que pasa doctor. El doctor me contesto con una sonrisa en el rostro –FELICIDADES VA A SER MAMÁ. No supe que contestar me quede callada y me baje de ahí, salí del consultorio temblando no sabía que iba a hacer en unos cuantos segundos pasaron por mi mente mil cosas, mis papas, mi escuela, mi familia y mi plan de vida, una vida estaba creciendo dentro de mí y no sabía cómo reaccionar, lo primero que hice fue llamar a la amiga que me ha acompañado desde mi infancia con la que tenía planes a futuro para cuando estuviéramos las dos graduadas, como viajar y conocer muchos chicos ahora le estaba llamado para decirle que iba a ser mamá y no sabía qué hacer, ella me alentó y me aconsejo que hiciera lo que mi corazón de mandara, pero lo primero era que debía decírselo a mi madre, claro que eso era lo que menos quería hacer, todos los días pensaba en cómo decírselo a mi mamá primero pensé en decírselo en diciembre como si fuera un regalo de navidad, pero paso la fecha y no tuve el valor, al segundo mes pensé en decírselo en año nuevo que fuera una bendición para toda la familia, pues así lo veía mi corazón, pero tampoco pude, en la fecha del dia de reyes, sí ese seria e dia indicado cuando le saliera un monito en su rosca ese sería el dia, termino el dia y no le había tocado ningún monito en ninguna de las rosca que había partido ese dia, no pude hacerlo ya me había decidió a no decirlo que ella se diera cuenta cuando creciera mi panista, conforme pasaban los días ella solo me decía –hija estas más gordita, era todo lo que me notaba, así pasaron los meses hasta que llegue a mis tres meses y medio asistiendo a ver crecer a mi niña y quienes me acompañaban eran amigas de la escuela o mis compañeras de casa, hasta que un domingo por la mañana al despertar vi que tenía mi cama llena de sangre y me dolía mucho el vientre, en la cama de al lado estaba mi amiga, había pasado esa noche en mi casa, la desperté muy asustada y me dijo –ya tenemos que decirle a tu mamá, fue al cuarto de mi mama y la trajo conmigo, la mire y con lágrimas en los ojos le dije –mama voy a tener una niña pero estoy sangrando mucho no sé qué pasa, ella quedo en shok no decía nada solo me tomo y me abrazo ella misma me ayudo a cambiarme y me dijo vámonos al hospital a mi nieta no le puede pasar nada, sentí una calma especial pues ya le había dicho pero al mismo tiempo estaba asustada porque no sabía que pasaba al llegar al hospital rápido me pasaron a checarme, me dieron malas noticias mi bebé no se iba a lograr todo estaba mal tenía muchas complicaciones, rápido me subieron a la ambulancia y me dijeron --vas directo a un degrado lo sentimos mucho tu bebe no está bien y tu menos si sigues con

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