SISTEMA CARCELARIO

La negación de libertad y dignidad humana en el sistema carcelario

El material propuesto en clase, esto es la película “expreso de medianoche” y el libro “La colonia carcelaria” , no sólo constituyen una muestra, tal vez un poco cruda, de la realidad del sistema carcelario y judicial, sino que además abren la puerta a varios interrogantes desde el punto de vista del respeto a los derechos humanos y de la transformación de las personas cuando se encuentran en ambientes hostiles y de degradación de valores.

De esta manera, en la película “expreso de medianoche”, se representa una historia real, en la que se describe las diferentes circunstancias que debe atravesar un extranjero estadunidense en una cárcel turca, en la cual, al igual que en las demás prisiones del país se afrontan unas condiciones para la vida totalmente insalubres, los presos son sometidos a continuas palizas, torturas y violaciones por parte de los guardias. En esta película se observa como el sistema carcelario se encuentra totalmente corrupto y alejado de las finalidades, que para nosotros debe cumplir la pena.

Esta situación no es ajena a la percibida de la lectura del libro la “colonia penitenciaria”, incluso se encuentra aun más marcada, puesto que en esta historia todos los poderes se reunían en el comandante de la colonia, pues era: soldado, juez y ejecutor de la sentencia y hacia cumplir su voluntad con la utilización de una maquina de tortura: “la rastra”.

Esta historia se desarrolla en una colonia penitenciaria en donde un explorador extranjero descubre un sistema judicial y de condena totalmente inhumano, injusto y sin respeto alguno a las garantías procesales.

El explorador al ser invitado por el comandante a presenciar la ejecución de un soldado condenado por desobediencia e insulto hacia sus superiores, conoce el funcionamiento de la mencionada máquina con la que será ejecutado el soldado. Al activarla, la máquina escribe automáticamente sobre el cuerpo del condenado, la sentencia por la que merece la muerte. Es un proceso largo y doloroso, que finaliza luego de 12 horas, cuando las agujas han atravesado completamente al acusado, dejándole la mortal inscripción en su pecho.

En este sentido, en ambas historias se muestra que los derechos de los reclusos y demás libertades del hombre no existen y la miseria humana y la desesperación están a la orden del día.

Se observa que en ambas historias hay un marcado desequilibrio en la justica. Pues en ambas, los condenados fueron perseguidos, privados de la libertad, acusados y, en ambos casos, ninguno tuvo conocimiento claro sobre la pena que les iba a ser impuesta, lo que les hizo imposible ejercer su derecho de defensa.

Lo anterior se ve reflejado, por una parte, en la situación del protagonista de la película, quien al principio, todo parecía indicar sería condenado por posesión de estupefacientes, con lo que su condena sería de aproximadamente cuatro años, aunque por buena conducta se podría rebajar en un año. Pasado ese tiempo, y cuando todo parecía dispuesto para que la condena quedara cumplida, el Tribunal de Ankara revisa la sentencia y dicta cadena perpetua por entender que se está ante un delito de contrabando.

Por otro lado, el soldado acusado en la “colonia” no conoce su sentencia; con el pretexto que cuando la tenga escrita en la piel la conocerá “en carne propia”. Simplemente como dice el Oficial: “La culpa siempre es indudable”

Otro escenario planteado por las historias es como el individuo, al recibir crueldad de tratos, encontrarse en una situación de superveniencia, y que se ha visto obligado a afrontar tantas situaciones de presión, cambia la percepción de valores y sus conceptos sobre dignidad y respeto de derechos.

Así,

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