Sentencia de Florence Marie Louise Cassez Crepin

29 de octubre de 2016

Beatriz Adriana Ruelas Benítez

Sentencia de Florence Marie Louise Cassez Crepin

Hace ya 11 años de esta gran farsa judicial en nuestro País, después de la detención, un espectacular montaje televisivo y siete años de investigaciones, declaraciones, testimonios manipulados, que concluyeron con un fallo de nuestro mas alto tribunal en favor de una extranjera.

 No se sabe con certeza si se trata de una verdad digna de sospecha o una mentira digna de indignación. Lo único que si se sabe y se pudo comprobar, son situaciones manipuladas, la ineficacia en un proceso y una evidente violación a los derechos humanos.

Después de todo esto, nos queda una gran lección, para valorar la importancia que tiene el debido proceso legal,  la relevancia también de la presunción de inocencia, el daño que hacen los medios de comunicación que compran y venden productos recreados, con el propósito de aumentar  su rating y más aún, las autoridades que se prestan para ello.

Al final de toda esta historia, no se juzga la culpabilidad o inocencia respecto a los delitos por los que fue detenida, el fallo que emitió nuestro más alto tribunal, estuvo apegado a derecho y fue en base a que existieron violaciones al debido proceso que se cometió en agravio de esta persona extranjera, sin embargo es imposible dejar de lado la voz de las víctimas que fueron objeto del secuestro y que derivado de la ineficacia en el proceso quedó en el olvido el verdadero sentido de la investigación.

Queda la duda de que quienes están en la cárcel sean realmente culpables o no, o quienes salen en libertad sean inocentes.

Tristemente, situaciones como esta ponen en juego la credibilidad hacia nuestro sistema de justicia, hacia las instituciones y nuestras autoridades.

Tenemos la obligación de terminar con estas historias, con los presuntos culpables señalados y sentenciados injustamente, con culpables puestos en libertad por errores durante el proceso. Se nos debe garantizar justicia e igualdad, y la certeza de que ningún funcionario, ninguna institución pública, ningún medio de comunicación están por encima de la ley.

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