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Sesión 5 ...LA DIMESNION ESTETICA DE LA EDUC AMBIENTAL

maylen5810 de Febrero de 2013

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Educación Estética y Educación Artística: Un diálogo no agotado desde la "infinitud cercana"

Enviado por Lic. José Manuel Ubals Álvarez,

1. Resumen

2. Introducción

3. El problema de los nexos dialécticos de lo estético y lo artístico.

4. ¿Qué es realmente la educación estética?

1.- Resumen

En el trabajo se aborda desde una perspectiva crítica los límites y las extensiones de categorías tan discursadas como educación estética y educación artística a partir de las lagunas de indefinición que aún persisten en torno al universo delimitado de cada una de ellas. Especial énfasis se le dedica a lo estético como metacategoría teniendo en cuenta de que el pensamiento estético filosófico mundial aún no se pone definitivamente de acuerdo en el sistema estructural y funcional de la misma así como en los "cosmos" donde actúa.

2.- Introducción:

Teniendo en cuenta que para comprender los problemas tradicionales y actuales de la educación estética se hace necesario tener una delimitación lo más exacta posible de los principios, conceptos, categorías, leyes y regularidades de los postulados teóricos de la misma, y ante las dificultades que en el orden conceptual, facto-perceptual y práctico se ha venido presentando en torno a al alcance de las categorías de lo estético y lo artístico, que por supuesto devienen en una especie de núcleos duros para el despliegue de toda la estructuralidad y funcionalidad de la educación estética, sin la comprensión de las cuales no es posible una teorización y mucho menos una praxis, pues exponemos en un primer momento, los postulados referidos a la relación al lugar de las necesidades artísticas y estéticas de los individuos y delimitamos paulatinamente qué debe entenderse por lo estético y lo artístico.

Encuadramos a su vez hasta donde puede hablarse de educación artística y cuando se versa sobre educación estética; a partir de lo que la literatura más avanzada ha logrado exponer y teniendo en cuenta, además, las tesis que hace algunos años sustentamos como resultado del ejercicio expositivo, de indagación y praxis sistemática que hemos experimentado en torno a esta ciencia y/o asignatura en la docencia universitaria de los últimos cuatro quinquenios.

Vale la pena destacar que la inamovilidad experimentada – hace algunos años - en una buena parte de los preceptos que se plantean - simbolizan la estabilidad en el arribo a determinadas inferencias expuestas.

Comencemos a dilucidar la temática que nos ocupa.

El problema de los nexos dialécticos de lo estético y lo artístico.

Nadie duda en nuestros días que la estética - en su doble condición de ciencia y discurso de la realidad social - ha logrado ir escalando peldaños de importancia tope, que la han ido convirtiendo en una especie de megateoría que opera en y con un socium complejo y multiforme, rico en aportaciones a la espiritualidad de los sujetos actuantes o receptores, y en cada uno de los contextos humanamente posibles.

A pesar de todo lo planteado con anterioridad, y del carácter milenario que tiene esta ciencia, se ha venido produciendo - por lo menos en nuestro país es fácil observarlo, y en el sector educacional con mucha más vehemencia, aunque no es el único - una especie de "ingenua identidad" o de un "desconocimiento no concientizado" sobre los límites, extensión y comunicabilidad posible entre lo estético y lo artístico.

Esto quizás ha venido sucediendo por una no acertada comprensión de las necesidades estéticas y artísticas de los humanos, ya sea porque no se han concebido, con la racionalidad que amerita, la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje en un momento determinado de sus vidas escolares y/o por limitaciones en la manera en que los principales subsistemas socializadores diseñados por nuestro proyecto social han operado con sus respectivos canales de

comunicación para lograr tan loables propósitos.

La historia del problema no es nueva, ni es atañable solo al caso cubano, ya los estetas en general, y en particular los de la tradición marxista-leninista, digamos específicamente, y de carácter más notable, rusos, alemanes y polacos, se han estado ocupando hace bastante tiempo de esta singular y delicada arista del conocimiento y la praxis científica.

Ahora bien, no es posible operar ni teórica ni prácticamente con el aparato conceptual y categorial de la estética sin tener una delimitación fiable en torno al campo de acción de ambos (lo estético y lo artístico) y de una cabal comprensión del rol que han jugado las necesidades estéticas y artísticas en este sentido, y ésta ha sido una de las indeterminaciones que han aflorado a ojos-vistas en más de uno de los profesionales e instituciones culturales nuestras (incluidas, claro está, las educacionales a todos los niveles), tratando de ofrecer su propuesta estético-decodificada en algún que otro proyecto de indagación científica en su rama concreta del saber.

Está demostrado científicamente que entre ambas categorías existe una especie de unidad, incluso a pesar de su independencia y de su indisolubilidad, su autonomía y sus mutuos condicionamientos.

Recordemos que es bastante tradicional la tesis de que la estética es lícito verla trabajada, por lo menos en la literatura que ha circulado entre nosotros, como una filosofía de lo bello, una filosofía del arte y como ciencia de la actividad artística del hombre, sin embargo esta triada de acepciones en torno a la autoridad legítima del discurso estético dista de ser integradora y quizás este haya sido el punto de partida para las truncas interpretaciones que en pleno siglo XXI se oyen a cada paso sobe el tema que nos ocupa.

El iluminado esteta leningradense Moisei Samoilovich Kagan en sus ya legendarias Lecciones de Estética Marxista-Leninista acotaba que sobre la correlación de lo estético y lo artístico "se han difundido tres puntos de vista: el primero se reduce a que no hay diferencia entre "lo estético" y "lo artístico", y que ambos conceptos se emplean como meros sinónimos; de acuerdo con el segundo punto de vista, "lo artístico" es un caso particular y la forma suprema de lo "estético", aunque la interpretación concreta y la argumentación de esta concepción por diferentes teóricos distan mucho de ser iguales; por último, el tercer punto de vista se expresa en que "lo estético" y "lo artístico" son declarados "sustancias" completamente diferentes, incluso se niega la legitimidad de su estudio por una misma ciencia y, por consiguiente, se propone separar de la estética la teoría general de las artes" (Samoilovich Kagan, M; 1984 p. 185).

Reforzando las ideas de M.S.Kagan, sigamos la tesis de Simón Marchán Fiz, el que decía que "el deslizamiento de la estética hacia la filosofía del arte estimula durante el siglo XX

una búsqueda afanosa de la especificación de lo artístico en las propias obras. Por este motivo, el pensamiento estético dominante ha sido hasta fechas recientes marcadamente objetivista, es decir, volcado hacia los objetos". (Marchán Fiz, S; 1992 p. 296).

No cabe dudas que las palabras de ambos estetas nos revelan lo complicado que ha resultado y resulta para el pensamiento teórico desentrañar una aproximación al problema de lo estético y lo artístico.

Desde nuestras humildes posibilidades, intentémoslo una vez más a partir de lo indagado, la experiencia acumulada y la autoctonía expositiva conque contamos.

Cuando el hombre - por naturaleza innata - establece su interrelación con el mundo circundante, utiliza toda una serie de analizadores que lo diferencian – de hecho – sustancialmente del resto de los animales y por tanto aprehende el macro y microcosmos con ellos, dirigidos por ese maravilloso órgano llamado cerebro que propicia que, lo racional sea lo que presida ese nivel de disfrute interior sensible, en este caso, del emisor o del receptor.

Carlos Marx dejó claro el vínculo que existe entre las interrelaciones con la realidad objetiva y subjetiva del hombre, y lo que significa para la evaluación de la vivencialidad inmediata o a mediano y largo plazo, en este caso, de las emociones estéticas.

En este orden planteaba que "nadie puede hacer algo, sin hacer esto al mismo tiempo en provecho de algunas de sus necesidades y para el órgano de esta necesidad". (Marx, C; 1973 p. 245).

A pesar de la claridad meridiana de la tesis anterior, lo que ha sucedido tradicionalmente (sin ser completamente absolutos) es que quienes evalúan el universo que nos rodea, bien por tradición, o por limitaciones cognoscitivas, se han acostumbrado a fijar más la atención en la explicación de ese universo (macro y microcosmos) desde las posibilidades que nos ofrece y/o aportan los resultados de nuestras valoraciones francamente pensadas, que por la expresión sustancial de sus necesidades, a pesar de que este proceso sea hartamente consciente y se infiera desde cualesquiera de las referencias acostumbradas a tenerse en cuenta en el nivel de cotidianidad del ser.

Y es que la referencia a la necesidad artística del hombre ha estado desde tiempos de la comunidad primitiva hasta nuestros días (y lo seguirá estando), ligada (no puede desligarse) a determinado desarrollo de la sociedad y al nivel que ha logrado la conciencia humana en cada formación económico-social.

Por lo tanto, la aparición permanente de una nueva necesidad ha venido estimulando al hombre desde siempre a lo que suele

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