Sindicato De Accionistas

1. Introducción

1.1. Motivación y fundamentos.

“El Estado, dentro de la economía social de mercado, estimula la creación de la riqueza y entre otras cosas, garantiza la libertad de empresa, comercio e industria orientados al desarrollo integral del país. Esta libertad de empresa consiste en la posibilidad de crear libremente personas jurídicas dedicadas a actividades lucrativas, en las distintas formas que ellas asuman. Así, la Constitución Política permite que se discuta la constitucionalidad de las normas que, de una u otra forma, atentan contra el principio de Libertad de Empresa” según Bernales (1996: p.302). Es decir, no se impide la regulación, pero sí se excluye las normas y procedimientos que interfieran con el libre establecimiento y desarrollo de la empresa.

En este sentido, el sistema jurídico difunde y promueve la constitución de las Sociedades, y en especial las S. A., como un medio eficaz de desarrollo nacional. Estas S.A. están conformadas en su gran mayoría por montos de capital difuso (“desconocido”), provenientes de los llamados inversionistas externos o socios minoritarios, controlados, o especuladores, quienes saben que “con el capital invertido no podrán intervenir directamente en la marcha social, ni incidir con fuerza en las decisiones de la sociedad” en palabras de Echaiz (2003: p.70), quedando sujetos a lo que decide la mayoría; limitándose al beneficio pecuniario (dividendos) que generen sus aportes.

En consecuencia, los socios minoritarios, ven reducidas -llegando en muchos casos a ser nulas- sus posibilidades de participación en la gestión y administración de la Sociedad, lo que en muchos casos colisionan con sus intereses. Sin embargo, en las grandes sociedades son precisamente los inversionistas minoritarios quienes hacen posible la realización del negocio, en tanto mediante “pequeños aportes” se consigue lo que nadie aisladamente podría conseguir. Entonces, siguiendo esta concepción, implicaría valorizar adecuadamente el rol del socio minoritario y promover una corriente de pensamiento y regulación normativa que tienda a la salvaguarda de sus derechos. De esta manera, nuestra L.G.S. en muchas de sus disposiciones, ha regulado de manera oportuna, la protección a los Accionistas Minoritarios, como el caso del derecho a convocar a Junta General de Accionistas, al aplazamiento de la misma, de impugnación de acuerdos, así como la suspensión de los acuerdos impugnados, derechos de percibir utilidades líquidas, el de accionar contra el directorio, de solicitar auditorias internas, de separación, derecho de información entre otras; a tal punto que, en el caso de las S.A.A.., a fines de 1998, se dio la Ley N° 26985 de octubre de 1998, que amplió el campo de protección de éstos.

Empero, el proteger a la minoría no significa conferirle directamente derechos que entren en conflicto –que en ocasiones podría entorpecer la marcha societaria- con la voluntad social (asumida por la mayoría), sino que implica defender el orden jurídico societario, evitando los abusos en que se puedan

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