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Socialismo Democratico


Enviado por   •  22 de Abril de 2015  •  4.927 Palabras (20 Páginas)  •  390 Visitas

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socialismo democrático

Hay diversos socialismos y diversas etapas en el desarrollo de cada uno de ellos. Solamente los dogmáticos de extrema derecha o de extrema izquierda suelen sostener lo contrario. La fecundidad de la idea socialista produjo, a través del tiempo, diferentes tipos de socialismo y, entre ellos, uno llamado democrático porque cree en el poder fecundante de la libertad, en el establecimiento de gobiernos legitimados por la voluntad popular, en el sistema de economía mixta y en la independencia nacional respecto de centros ideológicos o políticos externos.

A este socialismo no le interesa implantar un régimen autocrático que excluya oposición y discrepancia. Prefiere el diálogo democrático antes que el monólogo totalitario.

a) La cosmovisión socialista. Como todas las grandes ideologías políticas de la historia, el socialismo democrático es una concepción integral del mundo, que por lo mismo implica para el hombre que lo profesa una toma de posición ante la vida. El socialismo democrático entraña una interpretación global del cosmos —una cosmovisión— que envuelve a la persona en todas sus facetas y que le imprime una manera de ser, un estilo de vida —y de muerte—, que le distinguen de las demás.

Heredero del pensamiento dialéctico, el socialismo democrático concibe al mundo en permanente movimiento, en un ser y dejar de ser, en un transcurrir interminable. Todos los órdenes de la realidad están inexorablemente sometidos a las leyes dialécticas: la naturaleza, la sociedad, el hombre y la cultura. Nada es eterno, todo es perecible, todo es incompleto, todo es perfectible, todo es relativo. También las ideologías políticas, como parte de la sociedad y de la cultura, son seres vivos en continua mutación. El reposo de las ideas no existe. La vida del hombre es la incesante búsqueda de la verdad. La verdad de ayer puede ser la mentira de hoy, porque "la verdad es hija del tiempo",como dijo hace casi veinte siglos el filósofo y escritor latino Aulo Gelio.

Así avanza la sociedad.

La realidad está compuesta por una complicada trama de causas y efectos. Nada en ella es casual: todo es causal. Unas cosas actúan sobre otras. Nada permanece aislado y nada hay inconexo en el mundo natural, humano, social y cultural.

En cuanto a la teoría del conocimiento, el socialismo democrático afirma que la razón humana es la autoridad suprema para la búsqueda de la verdad. Reivindica la confianza en el poderío de la ciencia, del saber y de la inteligencia humana para descubrir los secretos del hombre, de la naturaleza y de la sociedad. No hay cosas misteriosas, arcanas ni esotéricas, sino simplemente no descubiertas todavía por la ciencia.

b) La doctrina política socialista. El socialismo democrático acoge, perfecciona y profundiza toda la estructura de libertades de la revolución burguesa de fines del siglo XVIII —<derechos humanos, <división de poderes, limitaciones jurídicas a la autoridad pública, soberanía popular, etc.— y también las preocupaciones por la equidad inherentes a las doctrinas socialistas, que las completa dialécticamente con sus propias aportaciones ideológicas de carácter democrático —organización popular, <partidos políticos de masas, sindicalismo, <pluralismo ideológico, elecciones universales, <constitucionalismo social, los nuevos derechos humanos, las responsabilidades social y ecológica de la propiedad, la equidad económica y otras— a fin de alcanzar una fórmula política moderna y dinámica lo suficientemente flexible para que se adecue a las distintas circunstancias de lugar y de tiempo.

El gran esfuerzo del socialismo democrático es conciliar —y en algunos lugaresreconciliar— la libertad política con la seguridad económica y, en las sociedades rezagadas, la libertad política con el cambio social. Las experiencias capitalistas y marxistas nos acostumbraron a ver como incompatibles la <libertad y la justicia social. Una de ellas se implantó generalmente a costa de la otra. Difícilmente se dieron las dos al mismo tiempo. Esa fue la experiencia histórica. El socialismo democrático —y, por su lado, la <socialdemocracia europea— bregaron por incorporar los dos elementos a la organización política, como valores complementarios para el alcance del bienestar humano.

Deja de ser apetecible la equidad económica conseguida al precio de la renuncia a la libertad. No es deseable una organización social montada sobre el desprecio y la humillación del ser humano como tampoco lo es otra que, postulando derechos inasibles que se agotan en la gramática de las leyes, condena al hambre y a la pobreza a la mayor parte de sus integrantes. Ni la equidad económica entre cadenas ni la libertad de morirse de hambre. El socialismo democrático plantea la concurrencia de ambos valores para formar una sociedad en que los hombres actúen libremente y vivan con dignidad. Tales valores no son intercambiables: la falta de libertad no puede compensarse con ingresos monetarios ni la pobreza puede suplirse con la libertad. Son valores complementarios. Los unos no tienen sentido si no van acompañados de los otros.

El socialismo democrático considera que la libertad es una de las grandes conquistas de la historia del hombre. Suprimirla es retroceder. La libertad —en su dimensión civil, política y económica— tiene un efecto fecundante sobre la sociedad. El poder creativo de la libertad conduce a la invención, al descubrimiento y al progreso científico y tecnológico. Por eso las sociedades que la han recortado han perdido dinamismo, como lo demuestró el colapso de la Unión Soviética y de los países de Europa oriental.

No hay socialismo sin libertad, ni libertad sin democracia, ni democracia sin socialismo. Los tres son conceptos que se implican mutuamente. El socialismo democrático, según la más certera de sus definiciones, es la extensión de la democracia a todos los resquicios de la vida social.

La toma del poder, para el socialismo democrático, debe hacerse por medio de la participación electoral de las masas y su método para la transformación social en los países de estructuras retardadas es, por tanto, el <reformismo. El cambio debe ejecutarse con los instrumentos del mando político. El socialismo democrático opta por los medios pacíficos para lograr sus ideales de transformación social, salvas situaciones extremas en que no sea posible lograr sus objetivos de esta manera.

De ello se desprende que, además de sus convicciones éticas, el socialismo tiene también un interés estratégico en la democracia, porque aspira a que el poder del Estado, manejado por una mayoría socialista,

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