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Teoria General De Sistemas

moonny5 de Diciembre de 2012

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TEORÍA GENERAL

DE LOS SISTEMAS APLICADA A LA FAMILIA

Tradicionalmente, las ciencias exactas han sido progresivamente analíticas. Cuando algo no podía ser adecuadamente explicado, se diseccionaba en partes más pequeñas; si estas nuevas partes tampoco eran entendibles, nuevamente eran fragmentadas. Y así hasta que pudieran ser definitivamente comprendidas. Y reproducidas. La ilusión de este método como el único fiable, por lo menos, el más fiable, hizo que las ciencias de la salud diseccionaran cada vez más el organismo humano (aislándolo, además, de su entorno vital). Frente a lo propuesto por la teoría analítica surge la teoría general de los sistemas como un intento de comprender el funcionamiento de los organismos de una forma global. No desarrollaremos en este momento las bases de la epistemología sistémica, pero sí haremos alusión a aquellos conceptos que son aplicables a la familia.

Empezaremos definiendo lo que es un sistema abierto y cuáles son sus propiedades, para luego centrarnos en la familia como un sistema abierto.

Un sistema es un conjunto de unidades interrelacionadas entre sí, cada una de ellas con: diferente nivel de complejidad, límites de permeabilidad variables, sistema de comunicación interno, y medio de comunicación con el exterior. La mayoría de los sistemas son abiertos ya que establecen algún tipo de intercambio con su entorno; sin embargo, se podría hablar de sistemas cerrados en aquellos casos en los cuales el intercambio sería escaso o prácticamente nulo. Ahora veamos cuáles son las propiedades de los sistemas abiertos:

1. Totalidad, y su corolario no sumatividad. El todo es más que la suma de sus partes; esto es: existen ciertas propiedades del sistema que derivan no sólo de los elementos en sí mismos, sino de la forma en que estos se relacionan. Cada una de las partes de un sistema está relacionada de tal forma con las demás que un cambio en una de ellas desencadena un cambio en todas y cada una de las demás y, por tanto, en el sistema como un todo.

2. Homeostasis. La homeostasis es el estado interno de un sistema que se mantiene relativamente constante mediante la autorregulación. Define la estabilidad del sistema o su estado de equilibrio y su tendencia a mantenerse estable mediante dos formas diferentes:

- Retroalimentación positiva que tiende a modificar la estructura y funcionamiento del sistema produciendo crecimiento y diferenciación.

- Retroalimentación negativa que tiende a mantener el sistema estable proporcionando unión, sentido de pertenencia y apoyo.

3. Equifinalidad/multifinalidad. El concepto de equifinalidad defiende que el estado de un sistema está determinado por la naturaleza de la relación (proceso) y no por sus condiciones iniciales, de manera tal que, distintas condiciones iniciales pueden llevar a un mismo estado del sistema. El concepto opuesto, el de multifinalidad, hace referencia al hecho de que desde un mismo punto inicial se puede llegar a diferentes estados finales.

4. Calibración. La regulación por calibración consiste en el pasaje del sistema de un estado a otro (se la puede comparar con el modelo del termostato) y se constituye por las reglas que gobiernan la estabilidad del sistema.

La Familia como Sistema

Como hemos mencionado anteriormente, las propiedades que acabamos de exponer en relación con los sistemas abiertos son aplicables a la familia. Así, la familia como un todo es más que la suma de sus partes (totalidad/no sumatividad) ya que no depende sólo de las individualidades de sus miembros sino de las relaciones que entre ellos mantienen. Por tanto, la aparición de un síntoma o enfermedad en uno de los elementos del sistema familiar afecta a todos los demás miembros del sistema. Esto es importante ya que puede complicar determinados cambios de hábitos propuestos por el médico para un individuo al repercutir en el resto de la familia.

De la misma manera, la familia tiene tendencia a autoregularse con mecanismos de dos tipos: el de crecimiento/cambio frente al de autorregulación/homeostasis. La alternancia de estas dos fases señala el grado de adaptabilidad del sistema mientras que la maximización de una de ellas nos puede anticipar la aparición de alguna crisis. En algunos casos, la enfermedad en uno de los miembros de la familia puede ser un mecanismo de autorregulación al que apela el sistema en aras de su cohesión, como una alternativa reguladora que presiona en dirección de la estabilidad. Ambos conceptos, adaptabilidad y cohesión, serán explicados más adelante.

La visión sistémica de la familia nos ayudará a comprender que las relaciones que se dan entre los diferentes miembros tienen una causalidad circular, es decir, nadie es culpable y nadie es víctima. Todos, paciente y familia, juegan el mismo juego desempeñando cada uno su papel. El enfoque por parte del profesional desde esta perspectiva favorecerá una actitud neutral en su trabajo a la hora de decidir abordar e intervenir cualquier sistema familiar en particular. Quizás podamos empezar a "pensar de forma sistémica", abrir el ángulo y relacionar los síntomas físicos con los psicológicos dentro de un contexto más grande, la familia. A nosotros nos gusta comparar a la familia en cuanto sistema abierto, metafóricamente, como la familia como un grupo de personas, todas ellas en un bote. Parece fácil de entender que cuando algún individuo nuevo entra en él, el bote se desequilibra. Este caso pudiera equipararse con el sistema familiar cuando nacen los hijos o cuando el abuelo "itinerante" viene a pasar "un tiempo" en casa "porque le toca". Para que el bote consiga su equilibrio anterior (o incluso, un nuevo equilibrio, calibración del sistema), las personas que en él se encuentran tienen que moverse. Llevado a la familia, para integrar al nuevo miembro en el sistema, el resto de familiares tiene que asumir nuevos y diferentes roles (tienen que evolucionar, esto es, "moverse"). Igualmente, "cuando alguien sale del bote" (podemos pensar en la familia lanzadera o en plataforma de despegue, incluso cuando por alguna enfermedad uno de los miembros del sistema familiar fallece), nuevamente éste entra en crisis y su equilibrio se trastorna. El periodo de transacción de una fase a otra se realizará con ajustes, esto es, cambio en las funciones del resto de los miembros del sistema familiar. Este ejemplo sería válido para todas y cada una de las etapas del ciclo vital familiar. Como ejercicio se nos ocurre animaros ahora a pensar todas aquellas situaciones que pueden alterar el funcionamiento de la familia, y de qué modo se enfrentan a ellas los diferentes miembros del sistema.

Resumiendo, la familia es un sistema abierto, estable, gobernado por reglas y con límites que van desde los muy rígidos (padres inflexibles que imponen normas rigurosas) hasta los muy difusos donde cada uno hace lo que le da la gana; con una historia, inmerso en un suprasistema y compuesto por subsistemas.

Dentro de los sistemas se pueden apreciar pequeños subconjuntos formados por elementos del mismo sistema que se relacionan entre sí; es lo que conocemos con el nombre de subsistema. Así, un subsistema es un conjunto de elementos agrupados en torno a una misma función o cualidad. En el marco de los subsistemas, los patrones de interacción que se manejan no son válidos para el sistema familiar en su conjunto. También en la familia, los individuos que la componen pertenecen a varios subsistemas a la vez, en los que aprenden y desarrollan habilidades bien diferenciadas. Pensando en términos de familia, ¿qué subsistemas crees que podemos encontrar dentro de ella? Básicamente son tres los subsistemas que tendremos que valorar a la hora de realizar un abordaje familiar:

- El subsistema conyugal.

- El subsistema parental (o parento-filial).

- El subsistema fraternal.

La evaluación de los subsistemas familiares proporciona un rápido cuadro diagnóstico de la familia, en función de la cual se orientarán las intervenciones terapéuticas.

1) Subsistema conyugal, el formado por la pareja. Es el eje en torno al cual se forman todas las relaciones. Con el subsistema conyugal comienza y termina la familia, y lleva implícitos tareas de complementariedad y de acomodación mutua, en los que cada miembro debe adaptarse para formar una identidad en pareja, un "nosotros" que va más allá del "tú" y "yo". (Es el "uno más uno son tres" que menciona Phillippe Caillé, haciendo clara referencia a la pareja como argumento singular claramente diferenciado de las dos personas que la forman, como un ser vivo que teje su propia historia). Posee funciones específicas, vitales para el funcionamiento de la familia, como son el brindarse apoyo y seguridad, mostrarse afecto y tener relaciones sexuales satisfactorias.

2) Subsistema parental (o parento-filial), el formado por padres e hijos. Representa el poder ejecutivo y ejerce las funciones organizativas básicas. En este subsistema son básicos los principios de autoridad, jerarquía y diferenciación de sus miembros, con la necesidad de compartir sentimientos de unión y apoyo. Los padres deberán valorar a cada hijo como los seres únicos e irremplazables que son, sin compararlos entre sí, a la vez que les ofrecen igualdad de alternativas y de oportunidades sin ningún tipo de diferenciación a causa del sexo. Actualmente, en la sociedad en la que vivimos, cada vez hay más familias con un solo hijo, por lo que es importante que los padres, por una parte, fomenten la relación de éste con

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