Teorias Del Envejecimiento (resumido)

Las teorías del envejecimiento

Relacionan la vejez a causas patológicas y degenerativas por el paso del tiempo. Entre ellas están las siguientes:

• Teoría del desgaste.

Habla sobre la vejez celular como resultado a la exposición a factores nocivos endógenos y exógenos. Se apoyó la concepción involucionista de la senectud, que sostiene, junto al retroceso somático y neurológico, un declive de la inteligencia y de la personalidad. El organismo cuenta con un sistema de regeneración, pero con el envejecimiento, se limita el potencial de autorreparación celular.

Hans Selye (1974 y 1976) sostiene que el estrés agrava el proceso del desgaste, lo que, de cierto modo, lo relaciona con la teoría de acumulación de desechos. Dice que si el proceso de la vejez es debido al estrés, se señala al sujeto como corresponsable, y por lo tanto, si es posible intervenir en la duración de la vida.

La relación entre comportamiento y salud pone de manifiesto el vínculo entre la perspectiva somática, la intelectual y la afectiva del proceso evolutivo.

El estudio de Belloc y Breslow en 1972, habla sobre 7 hábitos básicos: desayunar, comer con regularidad, equilibradamente, evitar las golosinas, dormir de 7 a 8 horas, no fumar, moderarse en el alcohol; los más sanos son quienes ejercen esos 7 usos, luego los de 6, después los de 5, etc.

• Teoría del acúmulo de moléculas en sangre.

Señala que con la edad se acumulan ciertas moléculas nocivas para el desarrollo celular. Ese acumulo de pigementos, obstaculiza el potencial de difusión en la membrana celular, lo cual ocasiona pérdida de la función celular.

• Teoría de la privación.

El envejecimiento ocurre por falta de un sustento preciso al que se ven sujetas las células, por ejemplo, el deterioro de las placas de colesterol en los vasos sanguíneos lleva a la arterioesclerosis.

• Teoría de los enlaces cruzados.

Se apoya en las alteraciones moleculares forjadas tanto extra como intracelularmente, ayudando a que diversas macromoléculas se traben entre sí de forma rígida y duradera, lo que impide ser restauradas o trabar de manera correcta.

El número de esos enlaces aumenta con la edad y así, minora la permeabilidad y elasticidad del entorno extracelular. Estos enlaces son los encargados de la falta de elasticidad de la piel, del endurecimiento de las arterias, de la inflexibilidad de las articulaciones, etc.

Una de las proteínas básicas, el colágeno, que rodea a los vasos sanguíneos y a las células obtiene un aspecto de masa con el transcurso de los años, se vuelve pastoso espeso, con menor tonicidad

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