Tipos De Autoridad
satresa16 de Septiembre de 2014
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TIPOS DE AUTORIDAD
AUTORIDAD
La autoridad podría definirse como: “la facultad para tomar decisiones que produzcan efectos”. Quien toma las decisiones que son obedecidas, aunque quien las toma no ejerza autoridad.
El mando es el ejercicio de la autoridad respecto a cada función determinada; puede decirse que es“la autoridad puesta en este caso”. El origen de la autoridad en las empresas esta dado por tres factores:
1. El convenio
2. La propiedad de los bienes productivos
3. El régimen económico-social imperante
TIPOS DE AUTORIDAD
Suelen distinguirse cuatro tipos diversos: los dos primeros de índole jurídica, forman el poder o la autoridad propiamente dicha; los dos últimos forman mas bien la autoridad moral que dan el prestigio, los conocimientos, etc., y son complementos que deben darse en cualquiera de los dos básicos.
Autoridad formal: Aquella que se recibe de un jefe superior para ser ejercida sobre otras personas o subordinados.
La autoridad formal debe constituir necesariamente una cadena que, en el ultimo termino, descanse en la persona (física o moral) de quien se deriva toda la autoridad de la empresa; Cualquier rompimiento de esa cadena haría nulo el ejercicio de dicha autoridad.
La autoridad formal puede ser a la vez de dos tipos:
• Autoridad lineal
• Autoridad Funcional
Ya sea que ejerza sobre una persona o un grupo de trabajo exclusivamente por un jefe, o por varios que manden en el mismo grupo, cada uno para funciones distintas.
Autoridad operativa: la que no ejerce directamente sobre las personas, si no que da facultad para decidir sobre determinadas acciones: autoridad para comprar, para cerrar una venta, para lanzar un producto, etc.
Estas decisiones deben ser respetadas y de algún modo obedecidas por otras personas, pero directamente este tipo de autoridad se ejerce sobre actos y no sobre personas.
Autoridad técnica: aquella que se tiene en razón del prestigio, la experiencia, la capacidad que dan ciertos conocimientos, técnicos, prácticos, que una persona posee en determinada materia. Es la autoridad del profesional, del técnico o del experto cuyas opiniones se admiten por reconocer capacidad y pericia.
Autoridad personal: la que poseen ciertos hombres en razón de sus cualidades morales, sociales y psicológicas, etc. Que los hace adquirir un ascendiente indiscutible sobre los demás, aun sin haber recibido autoridad formal alguna.
Autoridad de los padres son sus hijos
Es difícil actuar frente a un niño que está en la edad en la cual se construye su personalidad e independencia personal. No existen reglas generales para actuar en estos casos, pero a menudo es cuestión de sentido común y comunicación.
La autoridad de los padres.
El niño necesita ser guiado: ignora lo que es mejor para él.
La autoridad es lo que permite al niño asimilar las prohibiciones fundamentales relacionadas con el desarrollo social. La frustración es una experiencia necesaria en el desarrollo del niño que vive en sociedad, debe aprender a renunciar a la gratificación inmediata de sus deseos.También se debe tener en cuenta que el amor y la autoridad son compatibles: ambos nos ayudan a educar. De hecho, es porque usted quiere a su hijo por lo que debe fijarle límites, pensando en su seguridad y bienestar. Poner barreras o limites a un niño, le ayudará a estar más tranquilo, el niño va a ganar confianza y estar mejor preparado para alcanzar su independencia. Sin autoridad, el niño se siente descuidado o abandonado.
¿Cómo ejercer su autoridad?
El ingrediente esencial de la autoridad es la comunicación: una prohibición , sin explicación alguna, no tiene ningún significado para el niño, es inútil e incluso perjudicial. Es importante explicar con claridad y sencillez, por qué has prohibido a tu hijo ciertas cosas.También es importante que los padres están de acuerdo entre sí, si el niño oye un "sí" en un lado y "no" por el otro, se sentirá desorientado y además de no saber a que atenerse, intentará aprovecharse de la situación.También en aras de la coherencia, la autoridad significa que ustedes, los padres, se apliquen las reglas impuestas a su hijo.
No lo olvide: usted es un modelo para él.
Sin embargo, es importante para permitir que el niño tenga su espacio de libertad- de forma segura, por supuesto: esto supone una "toma de riesgos" necesaria para el desarrollo de la individualidad e independencia del niño.No frustrar al niño con excesivas prohibiciones: el niño debe ser capaz de forjar su personalidad a partir de su propia experiencia. El fracaso también tiene un valor educativo.
¿Qué ocurre cuando no tenemos autoridad en la familia? Que nuestro hijo se apodera de ella. Los educadores saben que una autoridad bien entendida obtiene el respeto del niño y es la piedra angular para desarrollar personas equilibradas y felices. De eso se trata, de ayudar a crecer. ¿Cómo conseguir autoridad? Es importante tomar decisiones correctas y útiles para el niño día a día.
La palabra autoridad se deriva del verbo latino “augere”, que quiere decir ayudar a crecer. Para un educador es importante distinguir entre:
“ser autoridad”
“tener poder”
“tener autoridad”
Una persona es autoridad por el cargo que ocupa. El director en la empresa, el alcalde en la ciudad, el profesor en la clase o el padre-madre en la familia son, por principio, la autoridad. Como consecuencia de ser autoridad tienen, a priori, un capital de prestigio y de reconocimiento que les permite tener autoridad.
En efecto, cuando nace nuestro hijo todos los padres disponemos del mismo capital de autoridad. En cambio, vemos a diario que, cuando un niño tiene sólo tres años, ya hay padres que han sido capaces de aumentar su autoridad y padres que han perdido gran parte del capital con que partieron. Para seguir teniendo autoridad es preciso ganarla día a día con decisiones:
correctas
justas
y útiles
Por otro lado, el ser autoridad conlleva no sólo tener poder para mandar a otros, sino también una capacidad coercitiva. Es aquello de que quien manda, manda, aunque mande mal. Cuanta más autoridad tenemos como padres, menos hemos de ejercer el poder. Y al contrario, en la medida que nuestra autoridad disminuye, debemos imponer medidas coercitivas: castigos, gritos, enfados, etc… que cada día han de ser mayores para que tengan efecto, deteriorando así la buena relación entre nosotros y nuestros hijos y, en consecuencia, la calidad de vida familiar.
¿Qué pasa cuando no tenemos autoridad en la familia?
Tenemos que partir de la base que la relación entre padres e hijos en edad de educar no es una relación de igualdad, sino jerarquizada. Un padre es un adulto al que se le supone una sabiduría que nuestro hijo no tiene. Los niños, hasta la adolescencia, tienen una gran capacidad para aprender datos y conocimientos, pero no tienen sentido común para afrontar muchas situaciones de la vida diaria. Hemos de ser nosotros, los padres, quienes pongamos los límites a su libertad individual para protegerlo físicamente, ya que puede, por ejemplo, cruzar la calle impulsivamente sin reparar en los coches que lo pueden herir o matar.
Igualmente debe ser un adulto quien le obligue en ocasiones a realizar una tarea que en principio no le apetece pero que a largo plazo supondrá un gran bien para él. Es el caso de muchos niños que tienen en un primer momento aversión a la natación, pero tras obligarles con firmeza y cariño aprenden a nadar y esta actividad acaba siendo una de las que más satisfacciones les produce.
Somos los padres quienes hemos de tomar decisiones por él para evitar males mayores que afectan además a otras personas, como compañeros y profesores.
Fernando Savater dice “el padre que no quiere figurar sino como el mejor amigo de sus hijos, algo parecido a un arrugado compañero de juegos, sirve para poco; y la madre, cuya única vanidad profesional es que la tomen por hermana ligeramente mayor que su hija, tampoco sirve para mucho más“.
Cuando no tenemos autoridad, nuestro hijo se convierte en “la autoridad”, llegando a disponer y a usar la correspondiente cuota de poder inherente a ella. Nadie desea un jefe que no tenga ni sabiduría, ni sentido común, ni ningún sentido de la medida para ejercer su poder, porque estaremos soportando y sufriendo un tirano, un dictador, que es en lo que se convierte nuestro hijo cuando se da esta circunstancia.
En segundo lugar, si nuestro hijo no encuentra “autoridad” en casa porque la hemos perdido, la busca fuera de ella. Busca líderes individuales que no siempre son positivos para él o se refugia en el grupo al que sigue y sirve de modo gregario (gregario quiere decir en rebaño) ciegamente, sin hacer caso a los esfuerzos de las personas que lo quieren bien.
Por último, muchos de nosotros, cuando llegamos a esta situación, nos sentimos impotentes, pedimos ayuda al Estado y a la escuela, y no sólo queremos que actúen por nosotros, sino que además exigimos resultados cuando a lo largo de los años no hemos sabido o querido vivir como un adulto con todas sus consecuencias.
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