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Trabajo Final De La EFF...HMarínG


Enviado por   •  26 de Agosto de 2013  •  2.881 Palabras (12 Páginas)  •  256 Visitas

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COMUNIDAD DE APRENDIZAJE

FORTALECIMIENTO DE LAS HABILIDADES INTELECTUALES ESPECÍFICAS

DE LOS FUTUROS MAESTROS EN FORMACIÓN INICIAL

Introducción

La experiencia que comparto a continuación se inició en el mes de diciembre de 2012, en la Escuela Normal Urbana, ubicada en Balancán, Tabasco, México; en el marco de la integración de una Comunidad de Aprendizaje (CA) con una visión alternativa. La finalidad de esta propuesta de intervención académica fue fortalecer las habilidades intelectuales específicas de los alumnos de primer semestre de la Licenciatura en Educación Primaria, quienes durante el diagnóstico de ingreso a la institución presentaban serias dificultades en lo concerniente a las habilidades lingüísticas.

El plan de mediación para mejorar se planteó desde un enfoque centrado en el aprendizaje, de tal manera que se logró constituir un espacio social de intercambio, análisis de la experiencia y de producción de conocimiento.

Los treinta miembros que conformaron esta Comunidad de Aprendizaje decidieron participar por voluntad propia, y en respuesta a la invitación que se les hizo desde la etapa de motivación. No omito manifestar que desde el inicio de la conformación como CA, se hizo evidente el papel protagónico que tendría cada participante en este proceso de corresponsabilidad para el aprendizaje; es decir, la caracterización del profesor como facilitador del aprendizaje de los alumnos y como un miembro más de una comunidad de aprendices.

El proyecto de Comunidad de Aprendizaje (CA) que hemos desarrollado se centró en el aula como comunidad de aprendizaje, pero desde la perspectiva de César Coll (2001): “La caracterización del aula como CA constituye al mismo tiempo una alternativa a los modelos transmisivos y otras prácticas pedagógicas tradicionales, y la manifestación de una nueva forma de entender el aprendizaje y la enseñanza”.

El contexto de aplicación de este proyecto de CA fue de carácter institucional; es decir, desarrollado en la Escuela Normal Urbana, mi centro de trabajo, con la participación de alumnos en proceso de formación inicial para la docencia. Asimismo, orientado hacia la organización de tipo funcional (Macarena Blando, 2003) para temas relacionados con nuestra función, en este caso, la docencia; y la temática, en relación a las habilidades lingüísticas, es decir, la buena ortografía y redacción.

Justificación

La distancia más remota empieza a disminuir desde el momento que nos atrevemos a dar el primer paso. Querer transformar nuestra práctica docente implica empezar a tomar distancia respecto de nuestra práctica y analizarla en cada una de sus dimensiones, para descubrir su significado e interpretarla desde distintos ángulos.

Podría surgir la interrogante: ¿Por qué ante un amplio espectro de temáticas, optamos por la conformación de una CA centrada en el fortalecimiento de las habilidades lingüísticas? Quizá otra profesión es menos exigente en lo referente a la buena ortografía y redacción de textos; pero quien ha decidido incursionar en la docencia debe estar consciente de que, uno de los principales requisitos que hacen evidente nuestras competencias como profesionales de la educación es la habilidad intelectual para expresar las ideas con claridad, sencillez y en forma correcta. Lo anterior implica tener los conocimientos básicos de la gramática española y su aplicación práctica en cualquier uso social de la lengua.

Se ha detectado en los diferentes escritos (tareas) que realizan los estudiantes normalistas, que hay muchas incidencias, casi exageradas, en cuanto a dificultades para escribir correctamente los textos que producen; tal es la gravedad, que en una sola cuartilla se percibían hasta diez o más faltas en el uso correcto de los signos de puntuación, acentuación o escritura correcta de palabras.

Esta Comunidad de Aprendizaje, a través del trabajo colaborativo y sinérgico, ha aportado de manera significativa a todos sus miembros los conocimientos, habilidades y actitudes que fortalecen sus competencias lingüísticas para el buen ejercicio de la docencia; asimismo, que les permita ser buenos mediadores con sus alumnos de nivel básico (educación primaria) durante sus prácticas docentes en condiciones de reales de trabajo, y durante el ejercicio de la profesión al egresar de la Escuela Normal.

Durante el desarrollo de la propuesta de trabajo como CA, siempre se subrayó la importancia que tiene la construcción de un conocimiento colectivo como contexto, plataforma y apoyo a los procesos individuales de aprendizaje. Por lo tanto, colaborar en esta propuesta de trabajo ha sido, una vez más, una oportunidad para seguir aprendiendo, como formador de formadores, en el proceso de acompañamiento pedagógico de quienes se atreven a mejorar sus competencias profesionales; asimismo, a construir nuevos conocimientos que nos ayudan a ser nuevos sujetos y mejores seres humanos.

Análisis de los avances y reestructuración de la propuesta

Sin una visión de mejora continua, es difícil dimensionar nuestras posibilidades y metas a alcanzar. Con el análisis de lo que hemos hecho hasta ahora en nuestra comunidad de aprendizaje, pretendemos revalorar la corresponsabilidad en el proceso de aprendizaje colaborativo e imprimirle un nuevo significado, donde tratamos de romper con la concepción técnica de que el maestro sólo tiene como tarea el estar frente al grupo y bajar a la práctica, de manera simplificada, el currículo prescrito por expertos externos. Más bien, nuestro propósito fundamental como CA ha sido fundamentar nuestra práctica profesional desde el modelo hermenéutico-reflexivo, es decir, lograr conformar en el aula una Comunidad de Aprendizaje (CA) con pensamiento crítico y autónomo, dispuesta a buscar nuevas oportunidades y medios de aprendizaje para el mejoramiento de la capacidad profesional de sus miembros.

No caigo en la presunción de decir que hemos logrado en su totalidad los propósitos planteados al inicio del proyecto; aún hay inercias propias de modelos de práctica que condicionan tanto los procesos formativos como sus resultados, pero nuestra CA aún prevalece en el intento de ganar su autonomía y responsabilidad para el aprendizaje colaborativo. Continuamos firmes en la situación educativa que queremos transformar, y aún están latentes los objetivos que nos propusimos alcanzar al inicio de este proyecto de mejora continua:

• Promover la solidaridad y el apoyo de la comunidad, tomando en cuenta las fortalezas y limitaciones de sus miembros, para expresar sus ideas correctamente en forma escrita.

• Motivar a la Comunidad de Aprendizaje para que desee apoyar en el mejoramiento ortográfico de los textos producidos por los miembros.

• Compartir estrategias didácticas que coadyuven al mejoramiento de las producciones escritas que realizan los estudiantes en su proceso de formación docente.

• Socializar los resultados obtenidos en la comunidad de aprendizaje, para recibir sugerencias de los otros miembros de la especialidad “Formador de Formadores” que coadyuven al mejoramiento del proyecto.

Para centrar nuestra intervención colaborativa y estar conscientes del proceso a seguir, considero prudente describir qué son las comunidades de aprendizaje y qué las caracteriza. Me gusta mucho el concepto de comunidad de aprendizaje que presenta Rosa M. Torres (1999):

Comunidad de Aprendizaje es una comunidad organizada que construye y se involucra en un proyecto educativo y cultural propio, para educarse a sí misma, a sus niños, jóvenes y adultos, en el marco de un esfuerzo endógeno, cooperativo y solidario, basado en un diagnóstico no sólo de sus carencias y debilidades sino, sobre todo, de sus fortalezas para superar tales debilidades.

Notamos que se subraya la importancia que en ellas (CA) tiene la construcción de un conocimiento colectivo como contexto, plataforma y apoyo a los procesos individuales de aprendizaje. De esta manera, las aulas que se organizan como CA reflejan una "cultura de aprendizaje" en la que todos y cada uno de sus miembros se implican en un esfuerzo colectivo de comprensión. Es posible identificar algunos rasgos ampliamente compartidos en la caracterización de las aulas como CA (Wilson y Ryder, s/f; citados por Coll, 2001) ), entre los que cabe destacar los siguientes:

• El acuerdo de hacer progresar el conocimiento y las habilidades colectivas;

• El compromiso con el objetivo de construir y compartir conocimientos nuevos;

• La insistencia en el carácter distribuido del conocimiento -entre profesores y alumnos y entre alumnos- y la importancia otorgada a los distintos tipos y grados de pericia de los participantes, que son valorados por sus contribuciones al progreso colectivo y no tanto por sus conocimientos o capacidades individuales;

• El énfasis en el aprendizaje autónomo y autorregulado, en la adquisición de habilidades y estrategias de aprendizaje metacognitivas y en el aprender a aprender;

• La selección de actividades de aprendizaje percibidas como "auténticas" y relevantes por los participantes;

• La puesta en marcha de estrategias didácticas de aprendizaje colaborativo; la utilización sistemática de estrategias y procedimientos diseñados con el fin de que todos los participantes puedan compartir los aprendizajes.

• La adopción de enfoques globalizadores o interdisciplinares y el rechazo a la organización tradicional del currículum en materias o disciplinas aisladas;

• La corresponsabilidad de profesores y alumnos en el aprendizaje;

• La caracterización del profesor como facilitador del aprendizaje de los alumnos y como un miembro más de una comunidad de aprendices;

• El control compartido y distribuido entre los participantes de las actividades de aprendizaje; la existencia de altos niveles de diálogo, de interacción y de comunicación entre

los participantes.

Haciendo referencia a las bondades pedagógicas del modelo hermenéutico-reflexivo para el ejercicio de una práctica profesional con visión alternativa de aprendizaje y de la enseñanza, De Lella (2003) confirma lo siguiente: “En esta perspectiva se estima que el docente debe enfrentar con sabiduría y creatividad, situaciones prácticas imprevisibles que exigen a menudo resoluciones inmediatas para las que no sirven reglas técnicas ni recetas de la cultura escolar”. No ha sido fácil resistir la tentación de asumir un papel protagónico y directivo en la función docente, para ser un miembro más de la comunidad de aprendizaje (CA); sobre todo cuando algunos miembros de la CA asumen una actitud pasiva y sólo esperan recibir indicaciones de cómo deben hacer tal o cual cosa, en función de lo que especifica el currículo desde un modelo transmisor de la enseñanza que genera ciudadanos “domesticados”.

Para implementar y dar seguimiento al proceso evolutivo de nuestra Comunidad de Aprendizaje (CA), hemos considerado las etapas de desarrollo (Blando, 2003)

de toda comunidad: motivación, socialización, intercambio y construcción.

En esta primera etapa, de motivación, he tratado, dentro de mi papel como facilitador, que todos los participantes se sientan bienvenidos y se animen a participar con libertad, sin temor a errar; asimismo, pedirles el compromiso de tiempo y dedicación necesarios para aprender.

En la etapa de socialización, he tratado de establecer puentes entre los participantes, mantener paralelismo para evitar excesos de protagonismo, facilitar la participación y controlar las divagaciones. Prácticamente mi rol, aunque con mucha dificultad, es menos protagónico; pero lo asumo como líder-moderador.

Considero que la etapa de intercambio y construcción no se han consolidado en nuestra CA, pero estamos en ese proceso; poco a poco los participantes se han ido responsabilizando de su papel protagónico para aprender. La etapa de motivación está en forma permanente, sobre todo para evitar la deserción de la CA.

En la propuesta de Comunidad de Aprendizaje hay un elemento fundamental que cambia el rol de quien interviene, pedagógicamente, y éste es la implicación de los sujetos en la identificación misma de sus necesidades e intereses, desde su experiencia de vida y por lo tanto en la definición de los contenidos del proceso educativo. Será interesante durante el proyecto revisar en qué punto del proceso nos encontramos, porque del grupo de interés se pasa a la comunidad de interés y seguidamente a la comunidad de aprendizaje, que es nuestro objeto de estudio para la sistematización de nuestra experiencia en la construcción de nuevos conocimientos. Entonces, como si se tratara de la labor de un equipo de fuerza de trabajo, la agenda debe establecer un propósito, unas actividades y responsabilidades, con fechas de entrega y productos finales; esa es nuestra pretensión en nuestro plan de intervención, aunque parezca muy simple a la vista de los expertos en asuntos de sistematización de las experiencias de aprendizaje.

PLAN DE INTERVENCIÓN DE LA COMUNIDAD DE APRENDIZAJE

ACTIVIDAD PROPÓSITO RESPONSABLE PRODUCTO

-Diagnóstico -Tener evidencias de las necesidades de la comunidad

-Honorio Análisis de los resultados.

-Texto libre

(Freinet) -Compartir las producciones escritas libremente y hacer las correcciones ortográficas y de redacción, a petición de su autor -Miembros de la CA. Texto corregido y listo para ser ingresado a un libro nominado “Libro de vida”.

-Socializar saberes -Compartir saberes de cada miembro sobre particularidades de la buena ortografía y redacción. -Miembros de la CA.

-Construcción de un portafolio pedagógico.

-Sistematización, evaluación y difusión de la experiencia -Producir conocimientos y compartirlo con otros para aumentar el estado del arte. -Honorio -Edición de la sistematización de nuestra experiencia como CA.

En el caso de la CA cuya construcción se intenciona como proceso pedagógico, hay una fuerte responsabilidad de los impulsores de asumir tareas de mediación. “El mediador es quien está atento a la dinámica y a las necesidades de la comunidad, y llama la atención del colectivo sobre los momentos que se viven; de esta manera, cualesquiera en la comunidad pueden ser mediadores del grupo… Sin embargo, tiene una especificidad en el sentido de que lo que busca no es aportar, sino impulsar al grupo a la generación de cambios” (Berlanga B, 2003: 7). Los docentes muchas veces asumimos el rol de mediadores, aunque en ocasiones también podrán desempeñar este papel los estudiantes, pues todos los miembros de la CA asumimos una actitud de constantes aprendices; siempre hay algo nuevo que aprender, y todos aprendemos en comunidad.

Los recursos humanos, materiales, tecnológicos y de infraestructura que consideramos necesarios para el proceso de ejecución de nuestra CA, son especificados en el recuadro que se presenta.

Recursos

Humanos Materiales Tecnológicos Infraestructura

-Docente

-Estudiantes

-Subdirector

académico

-Equipo técnico

-Marcadores para pintarrón

-Pintarrón

-Rotafolios

-Láminas de papel bond, (…) -Laptop

-Proyector (cañón)

- -Sala de clase (aulas)

-Instalaciones de la sala académica, con mesas redondas.

-

El análisis que hago sobre el uso de los recursos es favorable, pues tanto los de tipo humanos, materiales, tecnológicos e infraestructura se han podido obtener de manera satisfactoria; bueno, en cuanto a los humanos, sólo se ha notado la ausencia intermitente de cinco miembros, pero no han desertado; quizá porque he platicado con ellos en varias ocasiones motivándolos a continuar en nuestra CA.

Haciendo un análisis del papel protagónico de cada participante, puedo mencionar que los resultados no son como se esperaban; es decir, una disponibilidad constante y abierta de todos los participantes para el aprendizaje autónomo y autorregulado. Sin embargo, aunque esporádicos, se dan intercambios relevantes de saberes en nuestra CA; tal es el caso de un miembro que compartió la investigación que llevó a cabo sobre el uso de los cuatro porqués (por qué, por que, porqué, porque). Realmente fue una actividad que llamó la atención de todo el grupo y considero que generó un alto nivel de diálogo, de interacción y de comunicación entre los participantes. No omito mencionar que fue una experiencia que nos enriqueció a todos, hablando académicamente; incluso, varios participantes manifestaron abiertamente en nuestra comunidad de aprendizaje que sólo tenían referencia de dos porqués: el que se usa para preguntar (por qué) y el que se aplica para responder (porque). Esta experiencia ha sido impulso motivador para que otros participantes también investiguen y compartan saberes en nuestra CA; quiero pensar que poco a poco nos iremos consolidando, y así será.

Conclusión

En este caminar juntos, como aprendices, estamos en el intento de consolidar una comunidad de aprendizaje. Estoy consciente que no hemos logrado todo lo que nos proyectamos, pero sí estamos en el proceso de construcción colectiva de una relación pedagógica cuyo efecto se manifieste en un mejor desempeño de todos los participantes en la vida cotidiana.

Haciendo alusión a una propuesta para la formación de formadores, Freire (1996), citado por Rosas (2003), menciona: “Entendemos la formación como el proceso mediante el cual los seres humanos nos vamos constituyendo en personas, en la interacción con los otros, en la práctica social en la que cada uno participa”. En nuestro caso, el proceso continúa, y en tanto proceso, es permanente; esto implica que debemos hacer, paralelo a esta propuesta, un sistema de seguimiento, acompañamiento y evaluación.

Podemos afirmar que hay avances significativos en referencia al fortalecimiento de las habilidades lingüísticas (ortografía y redacción) de los futuros maestros en formación inicial (estudiantes normalistas), pero aún es necesario seguir motivando e impulsando la participación como CA.

En otro espacio de análisis podríamos presentar algunas evidencias sobre el avance que hemos logrado, hasta ahora, al interactuar como comunidad de aprendizaje. Asimismo, compartir la experiencia que hemos vivido y el impacto que ha tenido en nuestra formación profesional, en un intento más por transformar nuestra práctica como formador de formadores.

Bibliografía

Berlanga, Benjamín (2003). La educación como relación pedagógica para la resignificación del mundo de vida: en la propuesta educativa de las comunidades de aprendizaje. Cuaderno de ideas. Revisión de la comunidad de aprendizaje – CESDER (febrero, 2005), pp.1-26.

Blando, Macarena (2003), Comunidades Académicas Virtuales. Compartir para mejorar. Instituto Politécnico Nacional. Secretaría de apoyo técnico. Dirección de tecnología educativa.

Coll, César (2001), Las comunidades de aprendizaje y el futuro de la educación: El punto de vista del Fórum Culturas. Simposio Internacional sobre comunidades de aprendizaje. Barcelona. [En línea] Recuperado el 3 de noviembre de 2010 de: http://aacademico.uacm.edu.mx/?q=node/2

De Lella, Cayetano (2003), Formación Docente. El modelo hermenéutico-reflexivo y la práctica profesional. Argentina: Instituto de estudios y acción social (IDEAS).

Rosas, Lesvia (2003), Una experiencia de formación de educadores de personas jóvenes y adultas. México: Centro de estudios educativos, A.C. SABERES. Otoño 2003, Decisio.

Torres, Rosa María (1999), Comunidad de aprendizaje: una comunidad organizada para aprender. Buenos Aires. Pp.1-13. Presentado en el Seminario de Educación Integral: Articulación de Proyectos y Espacios de Aprendizaje. CENPEC. Sao Paulo, 9-10 de diciembre de 1999, tomada de:http://184.154.0.244/campusvirtual/aulas2012/especialidades/mod/resource/view.php?id=585

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