Técnicas de mediación

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Nombre de la materia

Técnicas de mediación para la solución de conflictos.

Nombre de la Licenciatura

Administración

Nombre del alumno

Yuridia Coronel Villatoro

Matrícula

000020532

Nombre de la Tarea

Análisis de caso: Responsabilidad compartida ante el conflicto.

Unidad #4

Exposición de intereses y generación de opciones.

Nombre del Tutor

Mtra. María del Rocío Arriaga Rueda.

Fecha: 04 de junio del 2018.

RESPONSABILIDAD COMPARTIDA ANTE EL CONFLICTO

Introducción

El presente documento se desarrolla con el propósito de elaborar la tarea 4 de la unidad 4 bajo el tema: responsabilidad compartida ante el conflicto; en el cuál se presenta el caso de Ilse una adolescente de 14 años, hija de padres divorciados, ella vive con su mamá (Silvia), pero últimamente se ha vuelto rebelde, no quiere ayudar en las labores del hogar o si lo hace lo hace de mala gana, cuándo llega del colegio lo que hace es entretenerse con la computadora que recibió como regalo y sus tareas las comienza a hacer después de las 7 pm, lo cual hace que se duerma cerca de la media noche por estar en la computadora y esto ha ocasionado que no llegue a tiempo al colegio. Silvia ya no aguanta la situación porque el padre de Ilse no le apoya en su educación, lo que hace es llenarla de regalos. Siente que todo se le está complicando, porque por lo menos 3 días a la semana no está en casa por motivos de su trabajo.

Generalmente, la pareja está cargada de problemas y conflictos irresueltos que vienen remetiéndose por un largo periodo de tiempo y cada día empeoran más.

Cada uno tiene su percepción particular de los problemas y su punto de vista personal acerca de las causas y “culpables”. Después de que cada uno explica su visión de la problemática existente, sintiendo que tiene la razón y que es su expareja la que está equivocada y la que tiene que cambiar. Dentro de sus posibilidades y limitaciones, cada uno cree estar haciendo y dando lo mejor de sí mismo.

Por el contrario, para generar cambios duraderos y efectivos, es la de lograr que ellos resuelvan sus diferencias por el bien de Ilse, buscando estrategias que permitan a estas dos personas, comprometerse con la educación de su hija, encontrar soluciones alternativas para resolver sus diferencias y hacer más fluida su comunicación, en beneficio de la educación de Ilse y tener una comunicación más sana y armónica.

Sin embargo, la parte más difícil del proceso en estos casos se presenta cuando, buscando soluciones alternativas a las dificultades presentes, cada individuo se da a la tarea de concienciar su responsabilidad en relación a los problemas existentes.

En este sentido, resulta muy común que cada miembro de la pareja atribuya al otro la mayor parte, si no toda, la responsabilidad sobre los problemas, llegando a veces a convertirse en un círculo vicioso interminable que no soluciona sino empeora la situación.

Formulaciones tales como “si ella hiciera esto”, “si él cambiara su forma de ser“, o “si ella fuese más tolerante”, sólo demuestran lo fácil que resulta atribuirle al otro la responsabilidad del problema. (Cabe resaltar que se usa la palabra “responsabilidad” de forma deliberada a fin de no confundirla con la “culpa”, la cual tiene connotaciones negativas implícitas desde el punto de vista psicológico.)

En el proceso de resolver diferencias entre la pareja, resulta indispensable que cada individuo tome consciencia, desde una perspectiva sistémica, de su responsabilidad sobre lo que está sucediendo, en vez de querer “tener la razón” o buscar la responsabilidad del otro. Claro está que para que esta estrategia funcione, ambos tienen que asumir su responsabilidad, ya que si es una sola persona la que asume su responsabilidad, se corre el riesgo de establecer un vínculo desigual por parte de quien no la asume.

Carlos piensa que con llenar de regalos a su hija está cumpliendo con una responsabilidad como padre, queriendo llenar con ello el vacío que causa la figura paterna en la vida de Ilse, dejándole toda la responsabilidad de educación a Silvia su ex esposa.

En este proceso, donde las discusiones son frecuentes, es recomendable hacerse constantemente las siguientes preguntas:

1. ¿Cuál es mi responsabilidad en esta situación?

2. ¿Qué pude haber hecho diferente para que esto no sucediera?

3. ¿Qué puedo hacer ahora para evitar que el problema continúe?

Estas tres preguntas facilitan la toma de consciencia acerca de la responsabilidad personal en el problema, permitiendo asumirla y reactivando inmediatamente el proceso de comunicación efectiva, mientras que se diluye el efecto negativo de la comunicación defensiva generada al “acusar” o “culpar” al otro de la responsabilidad que tiene en el problema. Cada vez que le atribuimos la responsabilidad de una situación a otra persona, la reacción inicial de esa persona va a ser defenderse, y en la defensa no hay encuentro sino alejamiento.

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