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Ulises de Joyce


Enviado por   •  20 de Mayo de 2013  •  Informes  •  2.783 Palabras (12 Páginas)  •  282 Visitas

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El 16 de junio de 1904, Leopold Bloom -personaje principal de la novela Ulises de Joyce- inicia su jornada desayunando riñones de cerdo fritos con manteca, condimentados con pimienta y acompañados por un té. Durante diecinueve horas de ese día Leopold recorrerá diversos sitios de Dublín, capital de la República de Irlanda. Conocerá en una taberna a Stephen Dedalus (Esteban Dédalo, en castellano) y a su hijo Telémaco. Juntos tendrán diferentes peripecias, borracheras, descomposturas de estómago, peleas callejeras.

Numerosos analistas coinciden en que el tema principal del Ulises es la búsqueda simbólica de un hijo por Leopold Bloom, ya que perdió el suyo tiempo atrás, y es Stephen Dedalus, escritor en ciernes, la posible figura de concretar la adopción. Coinciden también en marcar como sus antecedentes a la Odisea de Homero y la Divina Comedia de Dante Alighieri, pues ambas tienen como centro un viaje: el retorno de Ulises, luego de la guerra de Troya, a Itaca, y la Divina hacia los infiernos y el purgatorio.

Sin embargo, lo importante de resaltar en el Ulises no es el tema ni los personajes, sino el procedimiento narrativo novedoso para la época, pues es una mezcla de estilos y géneros que van desde la poesía al teatro y el relato, pero sobre todo la inclusión del "monólogo interior", el discurrir arbitrario del inconsciente. Es esto último donde radica la verdadera revolución en la novela. Hasta entonces la novelística estaba resuelta en el simple discurrir objetivo; sabíamos los pensamientos de los personajes por sus acciones relatadas en estilo realista sin referencias a lo que él o los protagonistas pensaban. Primaba la acción, generalmente heroica, del personaje de ficción. Joyce introduce este "libre discurrir del inconsciente" en el monólogo de Molly Bloom -esposa de Leopold- desarrollando un compendio de obscenidades. Esto le causó al autor numerosos inconvenientes para publicar esta obra, al igual que la parte del primer capítulo que muestra a Leopold haciendo sus necesidades en el baño; el adulterio de Molly, y la descripción de una masturbación.

Si la literatura y el arte tienen como deber decir la verdad sobre la vida, como opinan muchos escritores y artistas, no se puede encuadrar al Ulises como una exposición realista. Debemos preguntarnos, entonces, "cuál es la verdad sobre la vida" y si existe una sola concepción de verdad.

Para nosotros la "verdad" es relativa y está íntimamente ligada a intereses de clase. La burguesía, como antes el amo y el señor feudal, justifica ideológicamente su posición dominante instaurando los llamados "principios universales", y por lo tanto inamovibles y a-críticos.

El Ulises da por tierra con esta concepción, pues "la verdad de la vida" no es sólo lo que ve y hace el protagonista, sino también lo que piensa y siente sobre lo que ve y hace, y esto constituye una realidad palpable. En esto también es revolucionaria la obra, y más viniendo de Joyce, educado en un colegio jesuita irlandés, de familia conservadora y de estrictos cumplimientos religiosos.

La novela rompe, también, con la concepción del realismo socialista que prescribe que sólo un revolucionario puede hacer arte revolucionario. El arte es una de las actividades humanas más complejas, pues actúan en él no sólo las "condiciones objetivas" del artista sino también las subjetivas y psicológicas. Esta combinación produce un entrecruzamiento de ambas, y no alcanza ser un revolucionario consciente para producir un arte que sea tal. Lo aprendido en la sociedad a través de la educación, lecturas, discusiones y pensamientos propios, conforman el bagaje cultural que se manifiesta en las obras del artista. Pero existen otros componentes: los psicológicos, que no obedecen a designios lógico-formales. Si el artista deja actuar libremente este enmarañamiento entre lo subjetivo y lo objetivo, es posible que el resultado sea una obra que rompa con los esquemas estéticos imperantes en una época acostumbrada a tener al arte sólo como una actividad distractiva, y puede producir una revolución en lo estético, como hemos visto en el transcurrir de la historia.

Promover una percepción diferente de la sociedad en la que se está inmerso es una actitud revulsiva. Esto no significa linealmente que el artista sea consciente de lo que hace ni que ante los problemas de la realidad política opte por posiciones revolucionarias. Hay muchos ejemplos de artistas políticamente reaccionarios que produjeran obras opuestas a sus ideas.

Por lo dicho, sintéticamente, el Ulises marcó un antes y un después, y todo lo escrito después de 1922, fecha de la primera publicación de la novela, está impregnado por la "revolución" joyceana. Como dice Anthony Burguess (autor del libro La Naranja Mecánica), rindiéndole homenaje a Joyce: "...Le debemos a ese irlandés loco que nos enseñó a tomar nuestro arte en serio; a ese irlandés cuerdo que nos mostró cómo son realmente los seres humanos".

Apostillas sobre el "Ulises" y referencias biográficas de James Joyce

James Agustine Aloysius Joyce nació en Dublín, capital de la República de Irlanda, el 2 de febrero de 1882. Su familia, de fuerte formación católica, puso especial interés en la educación de James. Lo envió a un colegio jesuita, donde aprendió todo lo concerniente a la religión. Muchos analistas han visto en su literatura estas marcas: la noción de pecado, de trasgresión a una ley divina y a una moral confesional. Egresado del colegio, se emplea en un diario pero fracasa. Realiza varios trabajos: dependiente de un almacén y una librería, vendedor de avisos publicitarios...

El 16 de junio de 1904 -día en que se desarrolla su obra más famosa, el Ulises- conoce a Nora Barnacle, empleada como mucama en un hotel y casi analfabeta, de quien se enamora apasionadamente, y se convierten no sólo en amantes, sino en compañeros para toda la vida. Junto con ella se "autoexilia" a la ciudad de Trieste, por ese entonces perteneciente al Imperio Austro-Húngaro. Con Nora, en quien muchos han visto a la famosa Molly Bloom de la novela, tiene tres hijos, muriendo uno de ellos y quedando Giorgio y Lucía como sobrevivientes. Para ese entonces Joyce ya había roto con la religión. Recién en 1931 formaliza su relación matrimonial.

Cuando se desata la Primera Guerra Mundial, se traslada a Suiza, pues este país mantiene su condición de neutral. Ya había publicado algunos libros: en poesía, Música de cámara y Poemas-manzana; en teatro, Exiliados, y un libro de cuentos, Dubliners ("Dublineses"). Pero es con Retrato del artista adolescente, publicado en Nueva York en 1916, que empieza a ser reconocido.

Era un gran aficionado

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