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Viaje Sin Igual

antoniorc20 de Marzo de 2015

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Viaje sin igual.

Para: mis amigos.

Hola, me encuentro de viaje, he estado mirando por la ventana del auto hace dos horas y no puedo contener la emoción de mirar las nubes detrás de una montaña al mismo tiempo que unos rayos de luz solar las atraviesan formando un espectáculo asombroso, es impresionante como las aves se tornan de negro cuando pasan por una de estas ráfagas de luz y vuelven a tomar su color al salir de ellas, es un acontecer soberbio que jamás lo he visto en una película o fotografía digital, simplemente asombroso, mi corazón se agita, sigo observando por la ventana y me doy cuenta que los eucaliptos y álamos se doblan por el poder del viento que simultáneamente arrastra el polvo y las hojas que ya han caído de los árboles, me hace sentir libre, no lo pienso más y bajo el vidrio de la ventana y saco mi mano, ¡que excitante sensación de libertad! El viento pasa por entre mis dedos y siento como si me acariciaran con seda y al mismo tiempo como si mi piel se secara, simplemente mágico ¿será este el cielo?; Amigos, ¡quisiera que pudieran verlo conmigo!, todos mis sentidos vibran al espectar este paraíso, es una imagen inigualable, ¿alguna vez han visto a un halcón posar con tanta gallardía y elegancia sobre la rama de un sauce? Apuesto que no, ¡es de admirarse!, parece que tiene todo bajo control y que con tan solo pararse allí, recibirá todo lo que necesita por que se cree merecedor de todo, es tan excelso que me hace envidiarlo, bueno les contaré más detalles cuando regrese.

Por ahora, solo continuaré con mi viaje, mi papá ha insistido en hacerlo, habla sobre una reunión que tiene en Guadalajara y dice que es un lugar maravilloso, yo no lo conozco pero creo que si lo es, siendo que si el camino que recorro es de lo más asombroso me imagino será mejor mi destino, lo he disfrutado bastante, suspiro. Es delirante la idea de que existe un mundo sin alteración tan cerca de nosotros y no lo disfrutamos, pues desde que salí de Culiacán he visto montañas imponentes llenas de arbustos y árboles pequeños, al igual que hierba espinosa, creo que debe haber muchos animales allí, aunque solo se ven las aves, se miran muchas hoyos en las montañas, mi papa los llama cuevas, creo que pueden ser el refugió de muchos animales, me han contado que hay venados en esas montañas, en esas cuevas han de vivir, me pregunto si también hay serpientes allí, no las he visto, pero según lo que nos enseñan en la escuela, y las fotografías que he visto de los lugares donde viven las serpientes se parecen a estas montañas… bueno les pudiera describir todos los detalles pero ya no tendría que contarles cuando los vea, espero se encuentren bien que yo si lo estoy, nos vemos pronto.

Juan.

Después de leer esta carta, Jaqueline comenta: ¡que padre!, Juan está de viaje, quisiera ver ese lugar yo también, se me hace que es muy bonito. Así es, dice el profesor, su compañero se fué con su papá unas semanas y al parecer lo disfruta, cuando yo he tomado ese camino no he visto tales cosas se me hace extraño de Juan añade; la voz chillona de Paula secunda la opinión final del profesor diciendo: Juan es un mentiroso siempre le pone de más a todo, no creo que se así como lo cuenta. La plática sobre si era verdad lo que les platicaba su compañero tomo cierto tiempo del horario de clases, y no llegaron a ningún acuerdo.

Estando en la jornada escolar el grupo de Juan se encuentra en la hora de recreo, los niños corren y juegan, se ríen y pelean, las pelotas, los trompos, canicas, cuerdas, tabletas, celulares, etcétera se hacen visibles, todo parece trascurrir con normalidad, pero en la cabecita de Pedrito, la idea o la imagen mental que le causo la carta de Juan le revolotean en el cerebro, se imagina tantos lugares maravillosos que pudiera visitar pero todos ellos están muy lejos, esto lo hacen sentir muy triste y su semblante lo delata, dada esta situación, Perla que lo nota extraño se acerca a él, que se encuentra mirando fijamente hacia el horizonte y le pregunta: ¿qué miras?, aquella montaña, le contesta, desde aquí se mira todo el tiempo y jamás me había causado interés, ahora, con la carta que nos envió Juan, me interesa saber que hay allá, me intriga todas las cosas divertidas que pueden haber allí o que animales pudiera encontrar, se me antoja estar allí, ¿a ti no?, siempre venimos a la escuela y hacemos lo mismo, sentarnos y escuchar al profesor, a veces siento que es como la cárcel, nunca he estado en una pero me imagino que así se sienten los prisioneros, no nos dejan hacer nada, ojalá algún día pudiéramos visitar todos juntos esa montaña. Es verdad lo que dices Pedro, le contesta Perla mirando el suelo como si lo estuviera asimilando, nunca lo había pensado y ahora que lo mencionas siento el interés de conocer que es lo que hay fuera de la ciudad, pero conocerlo bien, Juan dijo que se sentía libre al contemplar lo que estaba a su alrededor y sentir el aire fresco en sus manos, a mí también me gustaría sentirme así; siguiendo con la misma charla, a Pedrito se le hace fácil recostarse en el suelo, Perla lo acompaña y ambos miran las nubes, oye como que veo borroso, comenta Pedrito, si yo también, le responde Perla, voltean a verse y se ríen, al mismo tiempo que Perla comenta: al rato nos vamos a tropezar con todos o vamos a chocar con las paredes, mejor me levanto me encandilan las nubes, que mal dice Pedro, casi nunca vemos las nubes y cuando lo queremos hacer no podemos, tan padres que están.

Una vez en el salón de clases, Pedrito y Perla con su inquietud, le comentan al profesor sus ideas, y la clase los escucha con atención, otros se burlan diciendo: ¡uy sí! quieren correr agarraditos de la mano por el césped tirando flores, añadiéndole al comentario unas cuantas carcajadas, armando un escándalo, el profesor trata de arreglar esta situación y comenta, silencio niños, no deben de comportarse así, deben de respetar la opinión de sus compañeros, además es una buena idea, si pero no creo que sea tan padre andar allá, dice Jorge, además hace mucho calor, y el sol está muy fuerte; opiniones contrarias se debatieron por un momento para después continuar con la clase normal hasta que terminara la jornada.

María ya estando en casa, le dice a su madre: mamá, ¿Por qué nunca hemos salido de Culiacán?, quién extrañada le responde con otra pregunta: ¿por qué me preguntas eso?, es que Juan nos envió una carta del viaje que está haciendo con su papá y nos contó cosas muy bonitas e interesantes de los lugares por los que ha pasado, y después Pedro y Perla comentaron que tenían ganas de conocer las montañas de alrededor de la ciudad y me pareció una excelente idea, su mamá la mira sonriendo y le dice, ay hija no te pierdes de nada, yo no conozco las áreas de alrededor y no me parece que sean interesantes, además con este calorón que hace no se puede andar turisteando por la zona sin sudar a lo bárbaro, pues yo no sé, pero tengo muchas ganas de conocer las montañas de alrededor le contesta María a su mamá.

Paso el tiempo, y Juan regresó de su viaje, para esto sus compañeros ya tenían una larga lista de preguntas por hacerle a causa de la carta que les envió, el primero que lo abordo cuando llegó fue Pedrito y le pregunta: ¿cómo te fué? A lo que Juan le responde, muy mal, súper aburrido, a pedro le parece muy extraña esa respuesta pues según la carta que les envío se la estaba pasando muy bien, oye ¿por qué dices eso? creí que habías disfrutado tu viaje, le comenta Pedro, tu carta nos emocionó a la mayoría que hasta hemos planeado un viaje, ¡Excelente! Responde Juan totalmente entusiasmado y le cambia el semblante, oye la verdad es que solo el trascurso del viaje fue lo único que disfruté, al llegar a Guadalajara, me la pase encerrado en el hotel y solo salí un par de ocasiones cuando mi papá tuvo tiempo libre, pedro voltea y le dice: que mal, y cambiando de rumbo la conversación con toda la intriga que lo ha estado consumiendo le dice: pero cuéntame que más viste en el camino, la verdad es fantástico le contesta Juan, imagínate que pasamos cerca de un volcán, jamás había visto rocas tan grandes, el suelo era totalmente negro y se miraba como de película, pasamos por algunos ríos, que se miran sumamente hermosos, ves como la corriente arrastra las piedras y forma espuma, los ríos que tenemos aquí son muy bonitos también pero no se mueven el río cuando se mueve se mira fuerte y arrasador, es una imagen espectacular, te trasmite paz y quisieras permanecer allí más tiempo, cuando veas algo así entenderás… continuo por un momento más contándole lo que había visto y Pedrito se entusiasma.

Ese mismo día en el salón, al iniciar las clases, el profesor le da la nueva bienvenida a Juan y le dice: Juanito, que bien que ya estas con nosotros, el grupo te extraño, me imagino que vienes con la pila bien puesta ya que te la pasaste de maravilla en el viaje con tu papá, adorna su comentario con una sonrisa, la verdad no me la pase tan bien porque no hice casi nada allá, pero si me quede con una experiencia impresionante que fue el trascurso del viaje, como les decía en la carta, la naturaleza que hay por el camino es impresionante, te hace sentir diferente, no sé como pero te da la sensación de libertad… ¡muy bien por ti!, le responde el profesor y continua, niños ustedes me comentaban que quieren conocer las montañas de alrededor y estoy de acuerdo con ustedes en organizar una excursión para explorar la naturaleza de las afueras de la ciudad, ¡sí!, menciona Perla emocionada, y la mayoría del grupo se exalta, todos opinan al respecto, pero Jorge y Axel siguen con la idea de no querer ir, y algunos de sus compañeros tratan de convencerlos, y otros

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