Visita Media Luna

La experiencia vivida en las escuelas Media Luna, el Placer y el Plan, fue distinta a cualquier experiencia vivida en ámbitos educativos para mí, pues me encontré con una población de estudiantes en Media Luna que se encontraban en peligro de formar parte de bandas delincuenciales compartiendo el aula con estudiantes que van a crecer en ambientes puramente rurales alejados de este tipo de vivencias, dando un completo contraste en sus contextos y estilos de vida; esto lo supuse desde que la maestra que nos acompañó comentó que estábamos cerca del barrio La sierra, un asentamiento que ha sido ocupado por diferentes grupos étnicos, desde raizales viviendo en Medellín hasta campesinos que fueron expulsados de sus tierras. Por otro lado está la población nativa de Santa Helena, personas que viven cerca de la escuela en general y que se dedican a la silletería, labor típica de la zona y considerada como patrimonio cultural de la nación, llevando a que la educación en la escuela se dé desde un proyecto basado en las flores y el cuidado del medio ambiente.

Fue completamente renovador poder ver maestros y directivos docentes realmente preocupados por una educación brindada con todo el amor, preocupados realmente por el contexto en el que se encuentran, personas que ven en sus estudiantes todas las posibilidades de crecer y desarrollarse de una forma integral, dándoles a aquellos que lo necesitan una luz y un camino qué seguir, sin llevarlos de la mano guiándolos por un camino que, en la mayoría de los casos, los hará felices en sus vidas, y eso es más importante que instruir personas que reciban órdenes y tengan mucho conocimiento nemotécnico pero sin ser personas con un pensamiento crítico, preocupados por las situaciones que afectan a su comunidad y comprometidos con generar un cambio y construir un futuro mejor para ellos y las generaciones que vienen más adelante.

Como maestro en formación fue muy emocionante el hecho de poder formar parte de una obra teatral para alegrar a los niños de la sede Media Luna, aunque en él actúe como el malo de la obra y los niños me gritaban “grosero” por lo que tenía qué hacer en el acto teatral, pude sentir que les llegamos a los niños completamente, dándoles un mensaje claro de protección del medio ambiente.

Luego durante la visita a la sede el Plan pudimos conocer una sede con una infraestructura incomparable, dejándonos sin palabras, con salones con el tamaño apropiado para el trabajo, con suficiente espacio para cada niño, organizados y con materiales preparados para el aprendizaje, dejándonos impresionados el amplio espacio propicio para el aprendizaje en general, con un silencio en los alrededores permitiendo un ambiente que, como lo han mencionado muchos pedagogos en general,  es perfecto para formar a un ser humano integro, preparado para su contexto, empático, social y amante de la naturaleza.

Por ultimo estuvimos en la sede el Placer, donde pudimos conocer la historia de cómo empezó el proceso tan bello que llevo a la creación de estas tres escuelas rurales, que desde dio comienzo en un pequeño salón de junta de acción veredal, trabajando con pocos estudiantes y con muy poco apoyo desde las entidades gubernamentales y de la comunidad, que veía más importante que los niños trabajaran en la construcción de las silletas que el hecho de llevarlos a estudiar, llevando a las directivas de esta escuela a crear un vínculo profundo con la comunidad creando compromisos que permitieran que los niños no pierdan su identidad cultural única, pero tampoco falten a las clases en la institución, llevando a los padres de familia de la mano para la creación de una de las sedes educativas más hermosas que he visto, hecha con el amor que merece una institución, un lugar que inspira respeto y cuidado por el ambiente, construido con las manos de padres preocupados por un futuro para sus hijos y para el corregimiento de Santa Helena.

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