CIUDAD DE MEDIA LUNA

CIUDAD DE MEDIA LUNA

Sarah J. Maas

Todo empieza con la historia de Bryce Quinlan, una Hada que vive en la ciudad de media luna con sus amigos, en especial su mejor e inseparable amiga Danika, que pertenece a una manada de lobos que su deber es proteger su propio circulo de su especie. Bryce no tiene los poderes que la mayoría de la población tiene en ese lugar, es astuta y más inteligente de lo que aparenta debajo de esa ropa ajustada y esa fachada de persona despreocupada y fiestera; Bryce tiene citas a lo largo de su vida con diferentes ángeles, alfas, y más.

 Sin embargo no deja ver a nadie lo que esconde en lo más recóndito de su mente, donde están sus más obscuros y fatales secretos. Danika por otro lado, siempre esta alerta y es lo más franca que pudiese ser con todas las personas de su alrededor, siempre amenazante y lista para sacar las garras. Algo que de alguna extraña manera siempre hace sentir segura a Bryce.

Una noche, después de volver de su fastidioso trabajo donde siempre se encontraba aburrida y cuidando los objetos antiguos y muy caros de su jefa, decidió salir a divertirse con sus amigos, que por cierto y por casualidad que no tenía nada que ver con que fuera amiga de Danika, se divertía mucho; sin embargo todos le dijeron por llamada que podrían reunirse con ella porque estaban exhaustos por un día largo de trabajo, pero eso no detuvo a Bryce, se adentró en el bar y inhaló todo tipo de sustancias que pudieran entrar por su nariz, pero una antigua amiga le advirtió que no podía consumir de una en especial, ya que era sumamente dañina.

Bryce hizo caso, no quería arriesgarse más a quedar en peor estado, por lo tanto llamó a Danika, queriendo presumir lo bien que se la estaba pasando, pero solo la mandaba a buzón.

La noche se fue lenta, y cuando Bryce decidió que era momento de retirarse, llamo a un taxi y la dejo en la puerta de su departamento, donde esos lobos amigos suyos estarían seguramente recostados viendo algún partido, mientras que Danika se devoraba la pizza que quedaba.

Al entrar al departamento, lo único que pudo percibir era el olor particular a sangre y las manchas húmedas en el piso, no las reconoció, iba demasiado colocada para pararse a revisar.

Corrió hasta su cuarto silencioso en busca de Danika y la jauría, pero lo que encontró con los pocos rayos de luz que la luna le regalaba, la dejó paralizada en su sitio. Las manchas ne sus pies descalzos no eran gotas de agua y mucho menos charcos de refresco como se imaginò.no. Eran charcos enormes de sangre en donde pudo ver los cuerpos desmembrados de sus amigos, estaba hechos jirones innecesariamente destrozados por todos lados.

Un pánico la invadió de repente en todo su ser, y entonces se echó a correr con la sombra y los sonidos horribles de la bestia que quería matarla y que mató a sus amigos, su única familia estaba muerta, se dio cuenta.

Corriendo entre las calles como si estuviera escapando del mismo diablo, sus pulmones empezaron a arder y entonces chocó con alguien, era un ángel.

Era realmente alto y muy guapo, pero no tenía tiempo para pensar en un ángel guapo a la mitad de la noche estando drogada con una bestia correteándola, pidiendo beber un poco de su sangre para después matarla.

Bryce vio atenta como la bestia mordía fuertemente al ángel y lo dejaba casi muerto en la calle, como pudo tapó su herida, peor la bestia fue más rápida y le dio un fuerte manotazo con sus garras en la pierna, dejándola completamente adolorida, no supo cómo, pero la bestia se fue.  

Y así fue como conoció a Hunt, Hunt Athalar, un importante ángel caído que estaba siendo esclavizado por sus superiores por cometer errores de guerra hace más de 150 años. Hunt estaba siendo esclavizado de forma que no le golpeaban o le hacían la piel girones, a él lo tenían enmendando su error trabajando para ellos, convirtiéndolo en un sicario, que al completar un numero demasiado elevado de muertes sería liberado.

Hunt era el matón que atrapó los ojos grises de Bryce desde el primer momento, Athalar era alto, moreno, con unas alas realmente sorprendentes, pero lo que más destacaba de él, eran el tatuaje en su frente que era similar a una corona de espinas en su frente con una tinta que parecía atrapar la luz. Era su maldición por el error ya cometido, vagar con ese horrible tatuaje hasta que su cuenta fuera saldada.

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