Voto Del Mexicano En El Extranjero
danielpollo4 de Octubre de 2014
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EL VOTO DEL MEXICANO EN EL EXTRANJERO.
El proceso de conteo se lleva a cabo con la participación de 254 ciudadanos entre funcionarios de casilla y representantes cuya misión es contar los 40 mil 737 votos enviados por residentes de 91 países distintos. Esta cifra es sólo la que se considera como votos efectivos pues entre el 30 de abril y el sábado 30 de junio se recibieron 40 mil 961, sin embargo se anularon aquellos casos que aparecieron como irregulares: si la boleta estaba expuesta, datos incompletos, si el sobre contenía documentos y el caso de sobres vacíos, por ejemplo.
Una vez que se obtengan los resultados definitivos estos se darán a conocer como parte del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).
¿Qué se opina del voto del mexicano en el extranjero?
México • Con un costo de 5 mil 500 pesos cada uno, el voto de los mexicanos residentes en el extranjero resultó “un ejercicio caro y con pobres resultados”, afirmó el legislador priista Arturo Zamora.
“Estaríamos hablando de los sufragios más caros del mundo”, dijo, al subrayar que de 11 millones de potenciales electores en el exterior, solamente participaron 40 mil 714 en los comicios del pasado 1 de julio.
El vicecoordinador de Asuntos Jurídicos del PRI en la Cámara de Diputados sostuvo que el IFE dispuso de los recursos suficientes para alentar el sufragio en el extranjero y al final la participación fue marginal.
“Hubo un alto costo en promoción, incluso en viajes al extranjero de consejeros electorales y funcionarios, se creó una instancia dedicada a ello, además de inserciones pagadas en diarios y portales del vecino país, apariciones en noticieros, pero al final la estrategia fracasó con sólo poco más de 40 mil votos”, agregó.
Zamora precisó que el organismo electoral ejerció un presupuesto de 203 millones para la organización del voto en el extranjero, lo cual significa un costo de 5 mil 500 pesos por sufragio, en contraste con los 118 pesos por voto emitido dentro del territorio nacional.
El también senador electo por el estado de Jalisco se manifestó por una reforma electoral para facilitar el voto de los mexicanos en el extranjero, eliminar la burocracia, impulsar que líderes de paisanos tengan mayor representación en el Congreso y establecer “candados” para evitar el uso electorero de la red consular.
Cuestionó, en ese sentido, la actuación de las representaciones diplomáticas de México en Estados Unidos:
“Lo que sí operó con gran eficacia fue la red de consulados mexicanos en Estados Unidos a favor de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, lo cual confirmó las denuncias que desde el Congreso de la Unión hicimos sobre la forma en que trabajaron funcionarios para favorecer al partido en el gobierno”.
Señaló que mientras Vázquez Mota quedó aquí en el tercer lugar de los comicios presidenciales, en el voto desde el extranjero ganó, porque de los 40 mil 714 votos recibidos, ella obtuvo 17 mil 169 sufragios, equivalentes a 42.16 por ciento.
El 20 de agosto de 2008, el grupo par¬lamentario del Partido Acción Nacional presentó una iniciativa ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión con el propósito de mejorar las normas que ac¬tualmente rigen el voto de los ciudadanos mexicanos residentes en el exterior. Du¬rante el proceso electoral federal de 2006, miles de mexicanos residentes en el ex¬tranjero pudieron ejercer por primera vez el derecho a votar para elegir al siguiente presidente de la República. El propósito de este documento es evaluar, con base en los resultados de la votación de los ciuda¬danos mexicanos residentes en el extran¬jero, la necesidad y factibilidad de llevar a cabo modificaciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) en esta materia.
Desde mediados de la década de los noventa, el tema del sufragio extraterrito¬rial ya había sido un asunto de debate en el Congreso. En la última década, se presen¬taron más de 18 iniciativas al respecto en ambas cámaras. Sin embargo, no parecían existir ni la voluntad, ni las condiciones políticas, ni la viabilidad técnica y material para llevar a cabo un ejercicio de tal com¬plejidad. Finalmente, en junio de 2005, se aprobaron las primeras reformas al CO¬FIPE con relación al voto de los mexica¬nos en el extranjero. Así, a partir de 2006, quienes tuvieran credencial para votar con fotografía y se inscribieran en el Listado Nominal de Electores en el Extranjero (LNERE) podrían participar, vía la emisión de su sufragio por correo certificado, en la elección para el jefe del Ejecutivo federal.
Dichas modificaciones al COFIPE generaron grandes expectativas en torno a la participación de los millones de mexica¬nos que viven en el extranjero, principal-mente en Estados Unidos. No obstante, los resultados obtenidos en el ejercicio estu¬vieron lejos de cumplir dichas expectativas: del vasto universo de posibles votantes, apenas 54,780 solicitaron su registro en el LNERE; por si fuera poco, 13,904 de dichas solicitudes fueron rechazadas. Al final, de los 40,876 ciudadanos registrados, completaron el proceso satisfactoriamente es decir, enviaron su voto en tiem¬po y forma bajo los lineamientos estableci¬dos por ley. Según datos oficiales, 87.49% de los mexicanos enlistados residen en Estados Unidos y el resto se encontraba en otros 79 países en los cinco continentes –una proporción muy parecida a la distri¬bución total de la población mexicana en el extranjero.
Para explicar esta pobre participa¬ción, es importante tener en cuenta cuál es en realidad el potencial electorado mexi¬cano en el extranjero. De entrada, el resul-tado de este cálculo no sería muy certero. Hay casi 12 millones de mexicanos resi-diendo en el extranjero, más del 90% en Estados Unidos. De éstos, cerca de 4,2 mi¬llones estarían inscritos en la lista nominal de electores del IFE. Como ya se señaló, sólo quienes tuvieran a la mano su cre¬dencial para votar con fotografía podrían participar en los comicios. Sin embargo, de acuerdo con estimados publicados por el Pew Hispanic Center en 2005, 42% de los mexicanos en Estados Unidos llevaban consigo su credencial del IFE, es decir, unos 4 millones 700 mil. La estadística en otros lugares del mundo no existe o es difusa. En suma, no hay un dato oficial. En cualquier caso, la cifra potencial no es nada despreciable. Entonces, ¿por qué no hay incentivos suficientes para que nuestros connacionales ejerzan su derecho al voto?
Además de que es necesario conside¬rar que fue la primera vez que se organizó e implementó una jornada electoral fuera del territorio nacional, entre otros de los factores que podrían explicarnos dicha si¬tuación están la poca capacidad de difusión en el extranjero acerca de los procedimien¬tos de registro en el LNERE, como uno de los principales motivos que pudo haber im¬pulsado la participación ciudadana. Otras explicaciones estarían más relacionadas con el hecho de que una buena parte de los mexicanos en el extranjero no cuentan con credencial para votar y por tanto no pueden registrarse en el LNERE; adicio¬nalmente, el IFE no tiene atribuciones para expedir credenciales fuera del territorio. Si a esto se le añade el hecho de que el esta¬tus migratorio de la mayoría de los mexi¬canos en el extranjero, particularmente en Estados Unidos, es irregular, se complican más las cosas, tanto para quienes llevan consigo su credencial para votar como para los que no. Los primeros, al no estar bien informados o por simple desconfianza, pu-dieran tender a no registrarse en el LNE¬RE debido al temor de ser rastreados por alguna autoridad local y, en consecuencia, ser capturados y deportados. Los segundos, en caso de desear participar, tendrían que viajar a México para obtener su credencial. En este escenario, se antoja difícil que los mexicanos decidan regresar al país sólo para tramitar su credencial, dadas las cre¬cientes complicaciones propias de cruzar la frontera (legal o ilegalmente), y los costos económicos que conlleva el traslado ilegal transfronterizo.
Por otra parte, la relativa comple¬jidad del mecanismo de participación tampoco propició los incentivos para re¬gistrarse y salir a votar. Como se explicó con anterioridad, a fin de ser registrado en el LNERE, los potenciales votantes debían enviar por correo certificado su solicitud, asumiendo los costos del envío. Posteriormente,
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