A La Defensa Del Planeta

Como seres humanos que somos hemos necesitado de la naturaleza para sobrevivir, utilizando los recursos que esta nos brinda para poder alimentarnos, vestirnos y tener una vivienda; no obstante como toda evolución la sociedad se desarrolla constantemente aportando distintas tecnologías que también van formando parte de las necesidades del hombre y aunque estos avances permiten perfeccionar y favorecer el progreso de la humanidad ha dado pie al consumismo que de igual manera cada vez es más poderoso al pasar de los años.

Ahora bien, anteriormente satisfacer nuestras necesidades básicas no producía gran impacto en el medio ambiente y a pesar de que algunos productos se han calificado como desechables, frecuentemente se publica una renovación del mismo producto, haciendo a la versión anterior, obsoleta, y por consiguiente, generando más productos; de modo que conlleva a una mayor explotación de los recursos naturales, provocando un mayor deterioro del planeta.

Estos hechos sencillamente no pueden traer consecuencias beneficiosas, al contrario, solo trae injusticia con la gente que no puede adquirir los servicios y con las futuras generaciones, quienes encontrarán un planeta contaminado y agotado, gracias a las “necesidades” de sus antecesores, quienes creyeron que en el consumismo, podrían alcanzar la felicidad.

Razón por la cual, en 1968 Aurelio Peccei y Alexander King convocaron a un grupo de profesionistas quienes debatieron más particularmente sobre problemas relacionados con el consumo ilimitado de recursos en un mundo cada vez más interdependiente. Este grupo nombrado “El Club De Roma” quería hacer conciencia en los líderes mundiales acerca de los problemas provenientes, logrando demostrar la contradicción que suponía el consumo ilimitado y descontrolado de bienes materiales en un mundo con recursos finitos.

Antes bien, el éxito que tuvo el grupo no fue suficiente para convencer a todos debido a la aun creencia de que estos problemas mundiales se resolverían gracias a la “magia del mercado”. En cambio las complicaciones persistieron, ahora el aumento de las desigualdades, los efectos del cambio climático y algunos más que sin duda sirvieron para revalidar las teorías del club de roma, pues aunque los recursos del planeta son finitos resulta un peligro continuar consumiendo de manera abundante.

Por otro lado, en 1972 en Estocolmo se llevó a cabo la “Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano”, que por primera vez, introdujo de manera internacional la cuestión de la dimensión ambiental como condicionadora y limitadora del modelo tradicional de crecimiento económico y del uso de los recursos naturales.

Se logró más firmemente imponer una concepción ecológica en todos los participantes. Visto que, la población presenta continuadamente problemas relativos al medio ambiente y se deben adoptar normas y medidas apropiadas de solución.

Una vez más se reúnen en Río de Janeiro para llevar a cabo “La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo” en 1992. Reafirmando los puntos ya vistos en Estocolmo, ahora tratando de establecer una alianza mundial nueva y equitativa obteniendo nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las sociedades y las personas.

Naturalmente existieron conflictos con aquellos países quienes sus intereses siguen siendo explotar al máximo los recursos del planeta y no sólo de éstos, sino los de las clases poderosas capitalistas que saquean constantemente los recursos naturales de los países menos desarrollados.

Luego de cinco años toma lugar la Cumbre para la Tierra+5, en la cual se examinan los avances y retrocesos en el cumplimiento de algunos de los acuerdos que se hicieron en “La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”. En este tiempo

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