Abelardo Estorino, Teatro Cubano.
13 de Mayo de 2013
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Abelardo Estorino: un clásico vivo de nuestra historia escénica. Breve reseña de su vida teatral, obra más significativas
Abelardo Estorino y su pensamiento. Valoraciones acerca de Abelardo y su obra. Su obra como sello del desarrollo cultural y teatral cubano
Conclusiones
Referencia Bibliográfica
Resumen
El teatro cubano, como toda nuestra vida ciudadana, nuestro carácter y nuestra cultura, se caracteriza por un esfuerzo titánico de individuos y grupos que luchan empecinadamente hacia un determinado objetivo, que se frustra frecuentemente por ese mismo individualismo que crea e impulsa y conduce a la discrepancia. A partir del triunfo revolucionario se abre una nueva vida para el teatro cubano, como para la cultura cubana en general: el alborozo se convierte en posibilidades y compromisos para los teatristas: trabajar para la patria y para el teatro. Por primera vez, ambas causas eran una sola. Abelardo Estorino es una de las figuras más importantes en la historia del teatro cubano. Su obra ha quedado como sello de identidad y sobre todo como representante y vocero de la política cultural cubana. Su trabajo ha respondido a los intereses de la revolución y su dramaturgia forma parte de la vigencia de los tiempos que se vivieron. Ha realizado una amplia labor como director y como adaptador, es uno de nuestros más capaces dramaturgos y su estructura dramática descansa en una técnica segura y apropiada. Tanto "El robo de cochino" como "La casa vieja" son dos títulos fundamentales de nuestro actual teatro, y en ambas la presencia de la revolución es cada vez más determinante. Por lo que se propone como problema de investigación: ¿Qué significado tiene la obra de Abelardo Estorino, para la identidad del teatro actual y la política cultural cubana? Para ello fue trazado un objetivo general que es el de: Determinar el significado de la obra de Abelardo Estorino, para la identidad del teatro actual y la política cultural cubana. El teatro cubano actual cuenta con los principios ideológicos y las temáticas sugerentes en torno a problemas sociales que se ven reflejados a través de la obra de Estorino y muestra en su faena un valor de humanismo, que hace necesario su tratamiento en la actualidad del teatro y es a su vez reflejo de la revolución cubana.
Introducción
El teatro cubano, como toda nuestra vida ciudadana, nuestro carácter y nuestra cultura, se caracteriza por un esfuerzo titánico de individuos y grupos que luchan empecinadamente hacia un determinado objetivo, que se frustra frecuentemente por ese mismo individualismo que crea e impulsa y conduce a la desavenencia.
Si uno mira a períodos cortos del teatro cubano, se encuentra con esfuerzos que no cuajan del todo y forman con frecuencia una sucesión de fracasos; sin embargo, vistos en la distancia configuran una trayectoria y suma de logros. El gran logro del teatro cubano puede ser sintetizado en la superación de las influencias culturales a las que se ha visto expuesto constantemente, pero, sobre todo, a la adecuación con su realidad social, para cuya transformación ha sido instrumento puntual y constante.
A partir del triunfo revolucionario se abre una nueva vida para el teatro cubano, como para la cultura cubana en general: el alborozo se convierte en posibilidades y compromisos para los teatristas: trabajar para la patria y para el teatro. Por primera vez, ambas causas eran una sola.
Transcurrido ya casi medio siglo de cultura revolucionaria se hace imprescindible establecer una periodización que permita un acercamiento más eficaz al desarrollo de la actividad teatral cubana: Hay una primera etapa, fácilmente distinguible, que se inicia con la toma del poder por la Revolución y se extiende hasta 1967, año en que se realiza el Primer Seminario Nacional de Teatro.
La segunda etapa estará comprendida entre 1968 y 1978. La tercera se abriría en los años 80 y ya habría que pensar si los años noventa constituyen el inicio de la etapa que está transcurriendo.
Como toda periodización tiene las limitantes de que nunca se cierra ni se abre una etapa definitivamente, por lo que no hay líneas divisorias absolutas, con esta relatividad hay que tomar estas fechas de inicio y fin; pero sí hay determinadas características que le dan unidad interna a la creación realizada en un determinado lapso. Eso es lo que nos permite proponer esta periodización.
Con la Revolución el teatro cubano conquista su identidad, el estado organiza conjuntos, crea el movimiento de aficionados, estimula la expresión infantil, promueve la enseñanza del arte, descentraliza el teatro, genera dramaturgos y hace de la escena una parte vital de nuestra cultura. Nunca antes el teatro fue tan nacional y al mismo tiempo tan solidario e internacionalista, y nunca antes nuestro teatro y nuestra escena se vincularon tan profundamente al pueblo, para reflejar su realidad, no solo con ánimo de explicarla sino también para ayudar a transformarla.
Abelardo Estorino es una de las figuras más importantes en la historia del teatro cubano. Su obra ha quedado como sello de identidad y sobre todo como representante y vocero de la política cultural cubana. Su trabajo ha respondido a los intereses de la revolución y su dramaturgia forma parte de la vigencia de los tiempos que se vivieron. Ha realizado una amplia labor como director y como adaptador, es uno de nuestros más capaces dramaturgos y su estructura dramática descansa en una técnica segura y apropiada. Tanto "El robo de cochino" como "La casa vieja" son dos títulos fundamentales de nuestro actual teatro, y en ambas la presencia de la revolución es cada vez más determinante.
Sus piezas han sido traducidas a varios idiomas y representadas en diferentes escenarios internacionales. Ha sido galardonado con el Premio Nacional de literatura en 1992 y el Premio Nacional de literatura en el 2002. Tiene el arma secreta para tratar de modo singularísmo el metabolismo (desintegración) de las familias, el antagonismo (oposición) de los sexos, el machismo endémico (epidémico), la hembra que se las trae, la voluntad de la trascendencia entre otros temas de gran interés y de críticas a la realidad social en la época que se esté viviendo.
La autora trabaja en la investigación algunas generalidades de la dramaturgia de Abelardo Estorino y de la importancia que ha tenido su obra para el teatro cubano. Mas que interrogantes y polémica este trabajo está dirigida a un acercamiento, valorativo cognoscitivo para acercarse a la obra del excelentísimo dramaturgo que es Estorino.
Por lo que se propone como problema de investigación:
¿Qué significado tiene la obra de Abelardo Estorino, para la identidad del teatro actual y la política cultural cubana?
Para ello fue trazado un objetivo general que es el de:
Determinar el significado de la obra de Abelardo Estorino, para la identidad del teatro actual y la política cultural cubana.
En el transcurso de la investigación el lector se percata de la importancia que ha tenido el trabajo de Estorino para el fortalecimiento de la identidad de la política cultural actual y lo que Fidel desde palabras a los intelectuales trasmite a los artistas y a la rama de la cultura en general.
Decía Fidel:
"que cada cual escriba lo que quiera, y si lo que escribe no sirve, allá él. Si lo que pinta no sirve, allá él, nosotros no le prohibimos a nadie que escriba sobre el tema que prefiera y que cada cual se exprese en la forma que estime pertinente y que exprese libremente la idea que quiera expresar"
Realmente en las palabras de Fidel a los intelectuales, se expresaba la actitud que los artistas, escritores y los de la rama del teatro debían adoptar frente a la revolución socialista. Y la decisión de la gran mayoría fue a favor del socialismo, de la revolución. Los grandes creadores del arte y la literatura que existían en el país hasta entonces se adsquibrieron a apoyar esencialmente con su arte y su acción las ideas del socialismo.
Capítulo 1:
Generalidades del teatro cubano. Perspectivas de desarrollo. Autores y obras más significativas
El teatro puede desempeñar un inmenso papel en la transformación de todo cuanto existe, pues está formado por el conjunto de creaciones de los pueblos, nacidos en un país o en la literatura, el mismo suministra la interrelación entre arte, la expresión, la tradición, la dramaturgia, la literatura y la actuación. El teatro tiene un valor y una fecundidad que lo hacen ser el crisol de las artes.
Justamente el propio desarrollo social, fue generando que el teatro reflejara segmentos de la sociedad cada vez más diferenciados, y es que a partir del triunfo revolucionario se abre una nueva vida para el teatro cubano, como para la cultura cubana en general: el alborozo se convierte en posibilidades y compromisos para los teatristas: trabajar para la patria y para el teatro.
Por primera vez, ambas causas eran una sola, hacer del teatro un arma eficaz al servicio del desarrollo de la Revolución, lo que significaba que el teatro debía expresar las necesidades del proceso revolucionario y colaborar con su transformación.
Hoy que ha transcurrido ya medio siglo de cultura revolucionaria, se hace imprescindible conocer mas acerca del Teatro Cubano, por lo que es necesario establecer y enmarcar las principales etapas, sus manifestaciones, autores y obras significativas que permita un acercamiento más eficaz al desarrollo de la actividad
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