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Adorno Y El Arte Como Negatividad


Enviado por   •  17 de Junio de 2013  •  1.363 Palabras (6 Páginas)  •  511 Visitas

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Adorno y el arte como negatividad :

Theodor adorno (1903-199) fue uno de los integrantes de la escuela de Frankfurt, formado en música y filosofía, y fue quien más se dedico a la estética. Publicó ensayos sobre el arte y la literatura, también sobre la reconocida tesis de la industria cultural. Adorno tuvo gran afinidad con la música, tanto que fue autor clave en el campo de la nueva música del siglo XX, su influencia en este campo fue enorme primordialmente por su obra “filosofía de la nueva música” de 1949, además de haber escrito ensayos sobre Wagner, Stravinski, y schonberg.

Teniendo en cuenta que las manifestaciones artísticas defendidas por adorno hacen parte de una época del romanticismo alemán, época donde el arte tenía unas connotaciones sublimes, caracterizadas por una autenticidad, por el “aura” como llamara benjamín a la magia y el rito que poseen ciertas obras de arte, el encuentro con la reproductibilidad, con la copia, con la masividad con la que llegan las nuevas obras de arte, será cuestionada por adorno quien dirá entonces que podía darse la liquidación del arte como consecuencia del predominio de la tecnología, y este debate pasa con rapidez al campo político.

Considera que el arte por el arte también está necesitado de redención, las críticas a las que somete adorno al arte contemporáneo, será la de la subestimación por el arte autónomo, y la sobreestimación en cambio del arte que depende de las nuevas tecnologías.

Un ejemplo de arte tecnológico será el cine, al cual incluye en la “industria cultural”, términos que encierran de por sí una contradicción, en cuanto la “cultura” es pensada como lo contrario de la industria, que repite mecánicamente sus productos sujetándolos a fines extraños.

El pesimismo de adorno responde a hechos como el de su decepción ante manifestaciones artísticas como el dadaísmo y el surrealismo, que no cumplieron con las expectativas de oposición al sistema sino que por el contrario resultaron incorporados en el. Adorno siente que el arte no escapa al circuito de la mercancía y que puede convertirse en industria perdiendo lo que le es esencial: su autonomía, es decir su libertad. El arte pierde su derecho a la existencia en la medida en que la distancia que lo separa del mundo empírico es artificialmente colmada por la industria cultural. Cosificadas o fetichizadas, las obras de arte pasan a ser un bien de consumo mas.

Nuestra sociedad está marcada según adorno, por el sentido para lo igual. Afirma que uno de los rasgos característicos de nuestra civilización es el hecho de que todo adquiere en ella un aire de semejanza. Así el cine y la radio son “industrias” “negocios” que sirven a la ideología dominante, mostrando lo siempre igual. Lo que estos medios muestran es lo siempre igual. Es un arte desartificado, integrado al mundo de la industria cultural, es un bien de consumo mas, una cosa más entre las cosas.

Adorno vera al arte como una promesa de felicidad, lo relaciona con la esperanza en una sociedad liberada, es la utopía o posibilidad prometida por la imposibilidad, que se asocia como una toma de conciencia individual y que crece al paso de la desesperación.

La utopía del arte se alimenta, de la indigencia y el sufrimiento humano, el arte si por algo se mantiene vivo, es justamente por su fuerza de resistencia, por ser “promesa de felicidad, pero promesa quebrada”. A través del arte la vida aspira a ser redimida; así las imágenes del arte son las guías que permiten rescatar los fragmentos de la vida mutilada.

La autonomia estética de Adorno es una estética vinculada a una sociología del arte y que, por si fuera poco, una estética no preocupada de la hermenéutica ni la recepción ni la interpretación ni la lectura

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