Alcoholismo ¿Por qué se bebe tanto?
0w3n3sp1n05aApuntes2 de Diciembre de 2022
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Una vez que tomar alcohol deja de ser divertido y se convierte en un problema. La incorporación del alcohol en la vida comunitaria ha desarrollado una falta de conciencia sobre los inconvenientes asociados a su abuso
El consumo de alcohol está bastante extendido en la población, en especial entre los más adolescentes. Es un rito de iniciación a la vida adulta que resulta económico, es accesible, permite la socialización, disminuye el estrés, desinhibe la conducta verbal y se asocia al descanso y a las celebraciones. Hay una secuencia de prácticas desarrolladas tradición: no hay celebración sin alcohol. La incorporación del alcohol en la vida comunitaria ha desarrollado una falta de conciencia sobre los inconvenientes asociados a su abuso. A diferencia de otras drogas, varios adolescentes no perciben el peligro y consideran que, en todo caso, sobrepasarse es un inconveniente que perjudica a otras personas.
¿Por qué se bebe tanto?, primordialmente, por el extenso arraigo social de este hábito y por la percepción generalizada de que el alcohol pertenece a las pautas de descanso y de adhesión social. Se bebe por todo y por nada: para divertirse con una carcajada simple, para consolarse, para combinar con amigos, para ligar, para espantar la soledad, para olvidar.
Como pasa además con lo demás de las drogas, los hombres son más bebedores que las damas, empero ellas son más sensibles a ciertos efectos adversos de la bebida (por ejemplo, ser víctimas de maltrato machista). Hay preguntas de tipo biológico (suelen pesar menos, poseen menor capacidad de procesamiento hepático y más grande cantidad de tejido graso) que argumentan la necesidad de consumir menores porciones de alcohol en las féminas. A grado motivacional, los hombres buscan más el impacto euforizante del alcohol, en lo que las damas tienden a hallar en esta sustancia un alivio del estrés o de la depresión. No obstante, entre los adolescentes las diferencias de consumo y motivacionales entre uno y otro sexo son más difusas.
Tomar alcohol deja de ser divertido y se convierte en un problema una vez que una persona bebe en solitario y con un estado de ánimo negativo, lo hace en ayunas o fuera de las comidas, no puede estar en una junta sin tomar, tiene lagunas de memoria (olvida conversaciones, citas o compromisos), se muestra irritable, celoso o desconfiado, sufre un deterioro del rendimiento gremial o académico, pierde amistades, se siente causante en los instantes de lucidez y miente sobre la proporción de alcohol que consume. Lo cual se crea, en último término, es una interferencia negativa en la vida diaria, la integración de un consumo de alcohol creciente a los hábitos diarios (no hay día sin alcohol) y un quiero fuerte de tomar, inclusive en situaciones inadecuadas. El alcohol se convirtió en el eje central de los pensamientos, emociones y ocupaciones del individuo. Entonces se encienden las luces rojas de alarma.
El alcohol podría ser la puerta de ingreso al consumo de cocaína u otras drogas estimulantes para contrarrestar el sopor o somnolencia provocados por el abuso de alcohol, continuar el ritmo de la canción y seguir bebiendo lo demás de la noche (tener una borrachera lúcida) o inclusive para adoptar una forma caótica de consumo indiscriminado y masivo de toda clase de sustancias.
Estas personas no son conscientes del alcance del problema pues distorsionan la verdad (creen tomar menos de lo cual beben) y ya que se percatan del rechazo social que producen los individuos con inconvenientes de alcohol. Tomar está bien observado socialmente, sin embargo perder el control sobre el consumo produce un rechazo social y una marginación del individuo afectada. Todo ello retrasa la averiguación de una ayuda terapéutica.
Lo novedoso de varios adolescentes presente es que van a tomar hasta que el cuerpo humano aguante y que salen a fin de emborracharse (no de divertirse).
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