Analisis De La Migracion En Mexico
Tonys1597 de Junio de 2012
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Análisis de la migración México-Estados Unidos
Introducción
Las relaciones entre México y Estados Unidos a lo largo de la historia se han venido desarrollando dentro de un marco continuo de tensión y relajación, siendo la cooperación y el conflicto, parte cotidiana de su trato internacional. En este sentido, las diferentes problemáticas a las que se han enfrentado ambos países, no siempre han resultado en un beneficio recíproco, ejemplo de ello es el proceso migratorio de mexicanos indocumentados hacia Estados Unidos.
El actual flujo de inmigrantes mexicanos hacia Estados Unidos representa una problemática para las dos naciones, puesto que mientras para los mexicanos éste se ha convertido en una válvula de escape contra las condiciones de vida imperantes y la falta de oportunidades, para Estados Unidos representa un serio problema de seguridad nacional que amenaza su soberanía.
El principal problema radica en que lejos de disminuir el número de mexicanos que cruzan la frontera, éste ha ido en aumento, siendo la globalización uno de los factores primordiales para la prolongación de dicho fenómeno. Así, tras la firma del TLCAN se observa que las exportaciones mexicanas efectivamente han crecido con rapidez, pero la migración ha llegado a niveles sin precedentes, pues el poder adquisitivo de la mayoría de la gente es menguante y la economía no genera suficientes empleos para absorber la creciente fuerza de trabajo.
De esta manera, la migración mexicana responde sobre todo a la gran diferencia en niveles de ingresos y oportunidades de empleo que surgen de una integración asimétrica, frente a la que Estados Unidos resulta ser una alternativa riesgosa pero viable para los mexicanos que deciden migrar. No obstante, las consecuencias de esta migración se vislumbran en la pérdida de capital humano, fuga de cerebros, desmembramiento familiar y desolación de comunidades, efectos que debilitan la consolidación y cohesión del Estado-Nación Mexicano.
Bajo estas consideraciones, este trabajo responde a la necesidad de forjar una valoración de las características más importantes acerca de la emigración de mexicanos hacia Estados Unidos, esto con la finalidad de localizar alternativas para la solución y limitación del fenómeno migratorio.
DESARROLLO
Dentro del estudio del fenómeno migratorio, la Teoría del Push and Pull”, “expulsión-atracción”, señala que las migraciones internacionales y los flujos de mano de obra son básicamente el resultado de la pobreza y el atraso de las áreas emisoras (Lacomba, 2001). Asimismo y a decir de Juan Manuel San Martín (2004), en este modelo no sólo se considera a las fuerzas expulsoras del lugar de origen, es decir, factores o condiciones que facilitan el cambio de residencia (bajos salarios, desempleo, presión demográfica, violencia, etc.), sino que también toma en consideración las fuerzas de atracción del destino (altos salarios, crecimiento económico, perspectivas de empleo, seguridad, etc.), y los factores de red (networks) , mismos que hacen puente sobre la frontera. Se podría decir entonces, que dichas variables causales, no son sino, la representación de una relación costo-beneficio y a simple vista estos supuestos parecen evidentes, pues los individuos migran de México a Estados Unidos y no a la inversa.
De acuerdo a lo mencionado, el fenómeno de migración de indocumentados mexicanos hacia Estados Unidos corresponde a una problemática sumamente compleja que tiene relación en el contexto económico, social, político y cultural de ambos países, y en la cual el factor económico ha sido, en primera instancia, el aspecto determinante para la migración de mexicanos hacia Estados Unidos. Así por ejemplo, las crisis recurrentes en la economía mexicana han provocado desempleo, bajos salarios y falta de oportunidades laborales, situación que ha posicionado a México como país oferente de mano de obra y a Estados Unidos como país demandante y receptor de la misma.
La migración indocumentada de mexicanos hacia Estados Unidos, no sólo ha supuesto una válvula de escape al desempleo en México, sino que también ha contribuido, en gran medida, al ingreso de divisas al país, pues según cifras del Banco de México durante el 2001, los mexicanos en Estados Unidos enviaron 8900 millones de dólares; mientras que, las familias que recibieron remesas de sus familiares trabajando en la Unión Americana, durante ese año destinaron 1500 millones de dólares en ahorros e inversiones, lo que representó alrededor del 30% de los más de 44,000 millones de pesos que el Congreso de México aprobó para combatir la pobreza en estados y municipios en el 2001(Vázquez, Gisela y Xanic Alejandra, citadas en Castillo, 2002).
En este sentido, el gobierno mexicano ha visto la importancia de los migrantes y sus remesas, razón por la cual ha impulsado una amplia y variada política de vinculación con su diáspora para mantener y fortalecer los vínculos entre los migrantes y su país de origen, promoviendo de esta manera, que las contribuciones económicas y las inversiones sean destinadas hacia México.
No obstante y según lo mencionan Andrew Sum y sus coautores (citados en Levine, 2004), el peso de los nuevos inmigrantes en el crecimiento de la fuerza laboral estadounidense es la más alta que se haya observado en los últimos 60 años, por lo que la migración de mano de obra mexicana hacia Estados Unidos, supone también para este país un crecimiento económico, en razón de los bajos salarios que se destinan y a la flexibilidad que existe para emplearla; así como también a la disposición del migrante para trabajar en oficios, muchas veces, relegados por el estadounidense. Sin embargo, este beneficio y el aporte económico que representa el flujo de trabajadores mexicanos para la economía estadounidense es subestimado por quienes critican la migración.
Por otro lado, vale recalcar que el fenómeno de la migración mexicana comprende muchos otros aspectos, fuera del tema de las remesas. Es decir, la migración de mexicanos es uno de los problemas fundamentales que afronta el Estado mexicano y que demuestra el fracaso de las políticas gubernamentales, de corte neoliberal, implantadas. La transnacionalización es ya una forma de vida y se transformará en el modelo a seguir en el futuro; en este sentido, el aumento exponencial en el número de migrantes hacia Estados Unidos, constituye para México pérdida de capital humano en lo que respecta a fuga de mano de obra, fuga de cerebros, desmembramiento familiar y desolación de poblados, consecuencias que mitigan el desarrollo económico del país.
Según el reporte “La Migración México-Estados Unidos, un enfoque binacional”, la demografía básica de la migración mexicana hacia los Estados Unidos ha estado evolucionando desde la Segunda Guerra Mundial, pero se han presentado cambios especialmente significativos en la última década, pues la migración ha ido en constante aumento. El estudio además señala que la migración circular ha seguido en descenso desde los años setenta, la diversificación a nuevos destinos se mantiene, y que un alto porcentaje de los mexicanos más educados salen para los Estados Unidos (Escobar y Marti et. al., 2006).
En este sentido y a pesar de que la principal causa que ha permitido el flujo migratorio mexicano hacia Estados Unidos corresponda a aspectos económicos, su intensificación tiene que ver también con otros factores, tales como la ola de violencia e inseguridad que agobia al país y que es producto de las acciones emprendidas por las redes del narcotráfico y el crimen organizado. En este sentido, el caso de los estados fronterizos del norte, como Chihuahua y Nuevo León es bastante alarmante.
Un estudio presentado por especialistas del Observatorio de Seguridad y Convivencia Ciudadana de Ciudad Juárez, reveló que cerca de 230 mil personas, desde el 2008 al presente año, huyeron de Ciudad Juárez, refugiándose en El Paso-Estados Unidos debido a la violencia y la inseguridad generada por el narcotráfico. Siguiendo esta misma lógica, Diario Informador de México señaló que debido a la multiplicación de secuestros, extorsiones y balaceras, muchos mexicanos que radican en ciudades como Reynosa, Matamoros o Monterrey han huido hacia el Valle de Texas. El mismo diario indica además, que la migración por la violencia, que ha impuesto el narcotráfico, ha dejado ciudades vacías y poblaciones sin autoridad, ejemplo de ello lo constituyen Mier, Camargo, Ciudad Miguel Alemán y Nueva Ciudad Guerrero, poblados que en la actualidad son comunidades fantasma.
Bajo este panorama, el Estado Mexicano no sólo se enfrenta ante la difícil tarea de reactivar su aparato económico a través de la implementación de empleos que garanticen mejores niveles de vida, sino que también debe reestructurar su política en materia de seguridad pública.
Asimismo, la fuga de cerebros es otro aspecto fundamental en la dinámica migracional que experimenta México. Según investigadores del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, México es el segundo país exportador de trabajadores calificados a Estados Unidos, con 500 mil personas, seguido de Filipinas y sólo superado por la India. Esta situación representa para México una pérdida significativa de su inversión en capital humano, pues como lo advierten las cifras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), desde que se inició el programa de becas en 1971 al 2008, México ha perdido a más de 2 mil 100 científicos y una inversión de
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