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Aspecto político: la inestabilidad ideologica de los partidos


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2023  •  Ensayos  •  4.636 Palabras (19 Páginas)  •  38 Visitas

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Introducción:

Después de aproximadamente 401 años entre la conquista de México Tenochtitlán y el fin de la revolución mexicana, habiendo pasado por una etapa de inestabilidad en todos los sentidos, las expectativas de gran parte de la sociedad mexicana estaban en que vendría una época de paz y crecimiento en los siguientes años. Ahora ya en el siglo XXI, somos una población diferente que a la que hace 100 años, donde hemos progresado, pero la pregunta es ¿cómo?

El propósito de esta investigación, es analizar los cambios a través de los años para poder preguntarnos, ¿cuáles son las problemáticas de México en el siglo XXI?

A pesar de que como ya sé mencionó la población es diferente, pero esto puede significar nada. Aunque debido al contexto en el que nosotros como estudiantes tenemos, las problemáticas de manera general pueden ser corrupción, aumento descontrolado de la población mal manejo de recursos económicos, desigualdad social, malinchismo, etc. No las podríamos dar en mayor detalle ya que no tenemos el contexto completo y como dije hay dos caras de la moneda.

Desarrollo:

ASPECTO POLÍTICO: LA INESTABILIDAD IDEOLOGICA DE LOS PARTIDOS.

Primeramente, un gran obstáculo para el ámbito político saludable en el país es la inestabilidad ideológica entre los partidos PRI (Partido Revolucionario Institucional), PAN (Partido Acción Nacional) y PRD (Partido de la Revolución Democrática), la cual potencializada por los medios de comunicación y su desinformación, siendo así la población políticamente inactiva la más afectada.

Cabe mencionar que una constante en nuestra historia es la pelea de ideologías, en su momento lo vimos en la lucha de independencia con los insurgentes y realistas, cuando por fin se consiguió su objetivo pasamos a los centralistas y federalistas, y ya por último en la revolución mexicana lo pudimos percibir en las confrontaciones entre los grupos revolucionarios: Villistas, Zapatistas y Carrancistas. Pero por más diferentes que fueran entre sí, lo que marcaba un punto y aparte era que, en los momentos más decisivos de la historia, como lo fue la construcción de la constitución de 1917, donde más allá de que querían unos y que les molestaba a otros, se llegaba a un punto medio, pues lo importante era hacer políticas que salvaguardaran a todos los mexicanos sin distinción alguna.

Así pues, el problema se perpetua desde el poder legislativo con los senadores y diputados. El origen de esto se remonta a cuando la hegemonía política le pertenecía al PRI, por lo que al no tener una variedad de partidos que funcionaran como contrapeso, todo lo que proponía el presidente para legislar se pasaba sin complicación alguna; el quiebre surge cuando el PAN y el PRD empiezan a tomar una discreta fuerza política, debido a que al ser “partidos de oposición” empezaron a llevar la contra sin cuestionar que tan útil era la propuesta de ley o sugerir ligeras modificaciones que de no ser tomadas en cuenta afectarían más comparado a la legislación que se tenía pensada en primera instancia del partido en el que estuviera el presidente, por lo que como respuesta empezarían a ser los principales si de cambios se trataba.

Aunado a lo anterior, resulta de suma importancia lo señalado por Benito Nacif: “Sin embargo, durante las décadas de hegemonía del PRI, la fuente del cambio residió en el poder ejecutivo. El presidente de la República se convirtió en el actor dominante en el proceso legislativo y el papel del congreso se limitaba a revisar y aprobar la legislación originada por el Ejecutivo. Pero con la llegada del gobierno dividido esta práctica metaconstitucional dejó de existir. (...). Sin embargo, el fin de la presidencia dominante no redujo la capacidad del sistema para buscar cambios legislativos, (...), con el gobierno dividido, el poder ejecutivo perdió el control sobre el proceso de formulación de políticas públicas. (...). De hecho, con el gobierno dividido, los partidos políticos de oposición se convirtieron en la principal fuente de cambio.” (El fin de la presidencia dominante: La confección de las leyes en un gobierno dividido, 2012.).

Pues señala que, durante la época dorada del PRI, el poder legislativo realmente no estaba cumpliendo su papel, y que si bien en teoría un gobierno dividido a raíz de una variedad política suena como algo positivo pues significa una pluralidad de ideas, esto no es de completa utilidad si hay confrontaciones y no se llega a un punto medio.

En segundo lugar, lo negativo del aspecto anterior va encaminado a cuestionarse como continúa afectando la dureza ideológica de la oposición en otras áreas, por ejemplo, los medios de comunicación.

Como lo menciono Alejandro Guerrero (2012.), tradicionalmente los medios de comunicación tuvieron una relación con el régimen político basada en intercambios bilaterales que beneficiaban sobre todo a los políticos debido a la proyección de una imagen de confianza, esto a costa de la credibilidad e independencia de los medios que impulsaban estas acciones.

A la llegada de una diversidad política, la competencia entre los partidos era cada vez más reñida, llegando a un punto donde el estado era quién se moldeaba a sus demandas con tal de sus los artículos y noticias actuaran en pro de ellos, aunque eso significara ocultar la otra cara de la moneda.

Nuevamente, Guerrero (2012.) hace énfasis y evidencia cómo cambio el trato entre los políticos y los medios de difusión, pues:

“Si, en el pasado, los medios habían sido los que reaccionaban ante las iniciativas de acción del Estado, esta vez los concesionarios tomaron la iniciativa frente a un gobierno que no sólo aceptaba sus términos, sino que los defendía públicamente como suyos. El decreto presidencial y el nuevo reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión (LFRT) de 2002, así como la forma de cabildear la reforma de dicha Ley en 2005-2006 son ejemplos elocuentes” (p. 205,206).

Por lo tanto, el mexicano que aún continúa informándose por los medios de comunicación ya conocidos y establecidos, termina siendo el más afectado en esto, ya que por una parte tiene a unos partidos que mueven las leyes a su conveniencia y por otra, tiene periodistas que están hasta cierto punto obligados a suavizar la realidad política del país.

En último lugar tenemos a los ciudadanos de México, los más afectados de lo que hacen o dejan de hacer los diplomáticos y del mensaje que buscan dar los medios de comunicación masivos, pues de esto es que surge lo que conocemos como opinión pública y el dejar la política para los políticos.

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